El último informe de Situación General del Crédito (SGC) medido por el Banco Central del Paraguay (BCP) refiere que los impedimentos para otorgar préstamos de largo plazo durante el 2022 se debieron a la volatilidad de la inflación. Sin embargo, las perspectivas son más alentadoras para este año.
El resultado de la encuesta mostró que el 38,5% de las entidades consideran que la escasez de depósitos a largo plazo fue la principal causa de impedimento para la concesión de créditos a largo plazo, el 23,5% respondió que se debe a la escasez de proyectos de largo plazo y el 19,2% mencionó a la falta de garantías. Por su parte, la volatilidad de la inflación también se ubicó entre los principales limitantes, con una incidencia de 7,7%.
Por otro lado, los encuestados señalaron que los tomadores de crédito manifiestan que las tasas de interés resultan muy elevadas y existe mucha burocracia, en el proceso de negociación del crédito.
En este contexto, el informe también señala que las actividades con mayor criterio de riesgo son los destinados a las mipymes, en 17,5%; siguen los préstamos para consumo, con 16,6%; y aumentar posición en el exterior, con 12%.
Con relación a los demás factores de riesgo para las entidades, el informe señala que se debe al flujo de caja del cliente, en un 34%; actividad económica del cliente, en 17,9%; y utilidades de la persona o empresa, en 12,8%.
Desempeño del sector financiero
A pesar de que el proceso inflacionario sea una limitante para la colocación de créditos, el sistema bancario logró mantener una tasa de crecimiento del 14% en el año 2022, lo que permitió cerrar con un valor de G. 127 billones.
En cuanto a la captación de depósitos, sí pudo observarse primeramente una desaceleración, hasta registrar caídas durante cinco meses seguidos. Esto, según los especialistas, se explicó por la pérdida del poder adquisitivo. La cartera de ahorro cerró con un valor de G. 131 billones y una variación del 3%.
La inflación viene mostrando una trayectoria descendente desde el año pasado, luego de haber alcanzado su pico máximo de 11,8% interanual en el mes de abril, pero sus efectos han sido sumamente negativos en la economía y el sistema financiero.
Actualmente, la inflación interanual logra ubicarse en el 7,8%, pese al aumento del 1,2% en el mes de enero, que según el último informe de índice de precios al consumidor (IPC) se explicó nuevamente por los aumentos de combustible, alimentos y energía eléctrica.
Pablo Alonso, director de Estadísticas Macroeconómicas del BCP, indicó que la trayectoria de la inflación incide en la perspectiva que tienen las entidades con relación a los riesgos de incobrabilidad. Aseguró que esto comenzó a verse con mayor claridad luego de que la banca matriz lograra anclar de nuevo las expectativas de inflación de mediano plazo, medido en el horizonte de política monetaria, coincidiendo además con el final de los ajustes de tasa de política monetaria.
Tasas de interés
Recordemos que el BCP finalizó su ciclo de aumentos de tasa de referencia en el mes de septiembre y la ubicó en 8,5%, nivel que se mantiene hasta hoy en día.
Como efecto de la trayectoria de la inflación, los últimos informes de indicadores financieros del BCP han mostrado una reducción del promedio ponderado de las tasas activas del sistema, es decir, los bancos comenzaron a otorgar créditos con menos intereses.
El documento señala que la tasa activa al cierre del último mes del año se ubica en 15,11%, inferior al 15,43% del mes anterior (noviembre). Este comportamiento también se había observado respecto al décimo mes del 2022, con una reducción desde el nivel de 15,58%.
Por su parte, el economista jefe del BCP, Miguel Mora, afirmó que la inflación muestra señales hacia el rango meta para este año. No obstante, sostuvo que la banca matriz aún no analiza una posible reducción en su tasa de política monetaria, en tanto vean consolidada el retorno a su meta de inflación.
Al ser consultado sobre a qué se debería el descenso de la tasa activa, cuando la tasa de política monetaria aún no desciende del 8,5%, Mora explicó que la situación responde a que las entidades bancarias observan un menor riesgo de incobrabilidad de los préstamos, luego de esperar un escenario macroeconómico más favorable conformado por un mayor crecimiento económico (4,5%) e inflación controlada (4,1%) para el 2023.
En otras palabras, indica que ante un mejor panorama económico, los riesgos para los bancos se reducen, ya que el prestatario tendría menos inconvenientes a la hora de cumplir con sus obligaciones de pago. “Entendemos que hay una cierta fluctuación en este sentido, pero es una oscilación normal, que está explicado a menores riesgos”, expresó Mora.
Morosidad
Es importante recordar que la principal causa del aumento de la morosidad en el sistema financiero se había atribuido a la inflación que afectó al poder adquisitivo de las personas, según los especialistas del sector.
En cuanto a la mora, según los datos del boletín estadístico se encuentra en 2,90% en los bancos y 3,84% en financieras, al cierre del 2022, siendo los préstamos de consumo los de mayor participación en cuanto a la morosidad en ambos segmentos (bancos y financieras).
En el sistema bancario, octubre fue el mes en el que la morosidad alcanzó su nivel más elevado, que fue de 3,30%, mientras que en financieras la tasa máxima fue de 7,10% en julio, casi al doble que en los bancos.
Los factores señalados, tasa de interés e inflación, son factores sensibles que siempre tienen incidencia en los resultados, por lo que el encarecimiento del crédito no es un indicador saludable para la economía, según lo que había manifestado el gerente general de Tu Financiera, Rene Ibarra, en conversación con MarketData.
Asimismo, sostuvo que si bien la pandemia ha dejado de ser un problema sanitario, aún persisten las secuelas económicas y sus efectos en el sistema financiero.
“Esperamos que en los próximos meses volvamos a niveles más regulares y sobre todo predecibles para seguir viendo un progresivo repunte de los diferentes segmentos
Además, es importante entender que los efectos sanitarios de la pandemia parecen haberse atenuado, pero los efectos económicos siguen muy presentes”, argumentó.
En este sentido Pablo Alonso, explicó que la morosidad logró reducirse progresivamente en los últimos meses y en especial en diciembre, a causa del efecto del cobro de aguinaldo.