Las proyecciones económicas para América Latina y el Caribe se ubican en la senda de crecimiento en el último informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI); sin embargo, esta expansión se da a un ritmo muy lento y con una tasa similar a la de hace 10 años. En un escenario a mediano plazo el organismo prevé que el crecimiento se mantenga cerca de su promedio histórico bajo.
Y es que en este escenario están influyendo una serie de aspectos que aún no han presentado un debido avance en los diferentes países: escasa inversión, baja productividad, cambio en la dinámica demográfica, fueron solo algunos de los puntos citados por Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
En el marco de la presentación «Perspectivas Económicas para las Américas», realizado en el Banco Central del Paraguay (BCP), el alto funcionario del FMI refirió que la curva inflacionaria avanzó de manera importante en la normalización tras los shocks reportados en los últimos periodos. No obstante, la política monetaria sigue siendo contractiva y ante esto consideró importante recalibrar la combinación de políticas.
«Si sacáramos un poco el pie del acelerador fiscal, que no es necesario por el lado cíclico, la política monetaria podría normalizarse más. Los bancos centrales fueron muy ágiles en subir las tasas de interés y las han ido bajando, pero hoy día el nivel de la tasa de interés real (la TPM menos la inflación de 12 meses) es particularmente alta en la región en comparación a otros ciclos económicos. Tenemos tasas muy altas y, por lo tanto, eso dificulta los negocios ya que lo fiscal no le deja espacio a lo privado, entonces es necesario este rebalanceo de nuevo para poder crecer más», precisó.
El FMI en su informe recientemente publicado hace hincapié en que debe prevalecer la consolidación fiscal con énfasis en incrementar ingresos, con la finalidad de reconstruir los márgenes de maniobra, protegiendo al mismo tiempo la inversión pública y el gasto social prioritario. Esto contribuiría a la normalización de la política monetaria y al afianzamiento de la credibilidad y la resiliencia de los marcos de políticas.
«La mayoría de los bancos centrales están en condiciones de proceder con la relajación monetaria, balanceando evitar el resurgimiento de presiones sobre los precios y evitar una contracción económica excesiva. Un retorno duradero de la inflación a su nivel meta ayudará, a su vez, a la dinámica de la deuda pública», apuntó.
MÁS GOBERNANZA = MÁS INVERSIÓN
El fortalecimiento del Estado de derecho, mejorar los índices de seguridad y contar con un gobierno más eficiente fueron algunos de los puntos fundamentales citados por Valdés para mejorar la gobernanza. Esto, desde la perspectiva de la organización, conforma parte esencial para la atracción de inversiones que finalmente repercuten en un mayor crecimiento económico.
“Los gobiernos no son todo lo efectivos que podrían ser; si no, miren el tema de la seguridad en la región, todavía no se controla la corrupción completamente en algunos países y hay un uso del imperio de la ley que todavía puede mejorarse”, subrayó.
En este aspecto consideró además que para impulsar la acumulación de capital es necesario mejorar el entorno empresarial, fomentar la competencia y promover el comercio internacional, al tiempo de agregar que también es necesario ampliar la inversión pública y hacerla más eficaz.
En este marco, otro tema relevante planteado es abordar la informalidad y flexibilizar los mercados laborales formales para que, entre otras cosas, puedan adaptarse a las nuevas tecnologías.
En cuanto a las políticas para hacer frente al cambio climático precisó que la transición energética cobran mayor importancia, aunque para aprovechar los beneficios de esta transformación es necesario fortalecer los marcos de inversión a modo de atraer capital y, al mismo tiempo, aumentar los ingresos provenientes de los recursos naturales para atender las necesidades de inversión social y pública.