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11 de mayo de 2024

Aspecto a cuidar para seguir aspirando al grado de inversión: Advierten que el próximo Gobierno recibe cuentas fiscales golpeadas

Si bien para este año Dende espera que el PIB real crezca 5%, estima que el crecimiento potencial del país es de 4,5% para los próximos años. Desde la organización advierten que el ordenamiento fiscal será uno de los desafíos más importantes que tendrá el gobierno entrante. Piden cuidar los fundamentos macroeconómicos logrados en las últimas décadas y critican al equipo de Mario Abdo por no haber controlado el déficit fiscal de manera más temprana.

La organización Desarrollo en Democracia (Dende) presentó esta semana la actualización de sus proyecciones económicas para el país. Así, esperan que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sea del 5% para el cierre de este año. El sector agropecuario, junto con el de producción de energía, tendría un crecimiento de casi el 25%, según la estimación, y serían los segmentos que impulsen el crecimiento total.

En lo que respecta al 2024, Dende prevé un crecimiento económico del 3,7%. 

Además, el estudio presentado cuenta con una estimación de la evolución económica potencial para los próximos años. En el mejor escenario, el promedio de crecimiento del PIB hasta el 2030 será de 4,5%, mientras que en un mal escenario se podría crecer un 3,5%. 

Fuente: Desarrollo en Democracia.

Durante la presentación, el economista y miembro de Dende, Cesar Barreto, advirtió que para que este crecimiento potencial proyectado pueda ser posible en la práctica, los próximos gobiernos deberán ser respetuosos de los fundamentos macroeconómicos que ha logrado nuestro país en las últimas décadas. 

Con esto último, Barreto hizo referencia tanto al ordenamiento monetario como al fiscal. Sin embargo, hizo especial hincapié en el cuidado que deberá tener el Gobierno entrante con el mejoramiento del manejo del fisco, ya que este ámbito fue descuidado por el saliente, en el contexto de la pandemia y la crisis económica generada en consecuencia. 

“Lo que le puedo reclamar al gobierno de Mario Abdo, que enfrentó una sequía y muchos choques, es que su plan de convergencia a la Ley de Responsabilidad fue equivocado, tenía que haberlo hecho en el 2022 como máximo”, mencionó Barreto. 

Añadió que lo que se genera a partir de esta situación es una especie de distorsión sobre lo que debe ser el manejo de las cuentas fiscales en el país hacia adelante. 

Así también, puntualizó que el crecimiento económico de Paraguay debe ir dejando de depender de la deuda y el déficit fiscal, para pasar a recibir inversiones extranjeras como la herramienta principal. 

Dijo que, sin embargo, para que esto sea posible se deben cuidar de manera celosa los fundamentos macroeconómicos, para lograr el tan mentado grado de inversión y poder recibir una gran cantidad de inversiones. 

Cabe recordar que nuestro país cuenta con una Ley de Responsabilidad Fiscal que establece los límites que puede haber en el desbalance de los recursos del Tesoro con respecto al PIB de cada año. El tope general está marcado en un déficit fiscal del 1,5% con respecto al valor de la producción económica del año, mientras que con cláusulas de escape en momentos de crisis este déficit puede ir hasta el 3%. 

Hasta el momento, el gobierno de Mario Abdo Benítez no ha podido lograr converger al límite del 1,5% y dejó esta meta recién para el 2024. 

“Lo que le puedo reclamar al gobierno de Mario Abdo, que enfrentó una sequía y muchos choques, es que su plan de convergencia a la Ley de Responsabilidad fue equivocado, tenía que haberlo hecho en el 2022 como máximo”.

Cesar Barreto, economista y miembro de Dende.

Desde el Ministerio de Hacienda se proyecta que el déficit fiscal para el cierre de este año estará en la línea del 2,3% del PIB, luego de que este indicador trepara a 6,2% en el 2020, el año más duro de la pandemia.

«Lo único que me preocupa es que pareciera ser que la deuda es la única variable disponible para hacer que esto pueda ocurrir, (esto) nos puede llevar a un ciclo político económico muy complicado que no hemos tenido en los últimos veinte años”,  apuntó el economista. 

Añadió que nuestro país ha eliminado en gran parte ese ciclo político económico que implica que los gobiernos inflan la economía a través de la deuda, lo que puede tener como consecuencia que en algún momento alguien tenga que corregir la tendencia, pero que el problema es quién va a ser el político que va a hacer el desinflado, por el costo de popularidad que esto puede conllevar.

Otra de las proyecciones realizadas por Dende en el documento presentado esta semana, en el hotel Sheraton de Asunción, tiene que ver con la deuda pública en relación con el PIB proyectado hasta el 204, para lo que se establecen dos escenarios. 

Fuente: Desarrollo en Democracia.

Actualmente, la deuda del Estado representa un 35% de la economía, aproximadamente. 

En el primer escenario de proyección de Dende, se supone el respeto a la Ley de Responsabilidad Fiscal y, por ende, un déficit del 1,5% del PIB al año, con lo que la deuda pública ascendería a 47% para el 2042. 

Por otra parte, se proyecta la deuda pública con el supuesto de un déficit fiscal del 3% del PIB al año, y con esto la deuda ascendería al 58% para el mencionado año. 

Barreto añadió que acuerdos como la aprobación de la Ley de Responsabilidad Fiscal solo tienen credibilidad si son respetados por distintos gobiernos. Insistió en que si no se cumple el plan de convergencia y no se baja el déficit fiscal al 1,5 % del PIB el próximo año, la Ley de Responsabilidad Fiscal pierde credibilidad y ya no sirve como instrumento de coordinación, expectativa y previsibilidad para los agentes económicos privados.

Cabe mencionar que en su primer año de gestión, el 2018, el gobierno de Mario Abdo cerró con un déficit fiscal de 1,3% del PIB, dentro de los parámetros normales de la Ley de Responsabilidad Fiscal. 

Sin embargo, ya para el 2019, por factores del contexto económico, se utilizó la cláusula de escape de la normativa y el déficit fiscal cerró en 2,8% del PIB. 

Con la pandemia del COVID-19, el resultado fiscal del 2021 fue un déficit del 3,6% del PIB, mientras que el 2022 cerró con un desbalance del 3% del PIB.

Por su parte, Alberto Acosta Garbarino, titular de Dende, refirió que este es un año muy especial que se divide en tres partes: la primera, hasta abril, marcada por las elecciones; la segunda, de abril a agosto, abarca un periodo de transición con muchas incertidumbres; y la tercera transcurre desde agosto, cuando asume el nuevo Gobierno. 

«Este Gobierno va a asumir en una situación muy diferente a la que asumieron los gobiernos anteriores, con entornos mundial y regional diferentes (….). Va a tener un entorno internacional complicado, porque nuestros dos grandes vecinos, Argentina y Brasil, están con problemas», expresó el ejecutivo durante la presentación de las proyecciones de Dende.

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