La desigualdad de género es una problemática de larga data en los países de la región y Paraguay no es la excepción.
La pandemia de COVID-19 y sus nefastas consecuencias a nivel social y económico vinieron a ensanchar todavía más las brechas de acceso al trabajo para las mujeres, así como para avanzar hacia cargos gerenciales o en las posibilidades de emprendedurismo.
Así lo comentan en esta entrevista Gustavo Canavire y Flavia Sacco, quienes se dedican a la la investigación sobre la pobreza y la equidad en la oficina para América Latina del Banco Mundial.
En este sentido, sostienen que la problemática debe ser combatida por medio de políticas públicas que incentiven la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito de las empresas privadas.
Ponen como ejemplo el establecimiento de cuotas mínimas de participación femenina en empresas de algunos rubros y la concesión de permisos por paternidad equilibrados con los de maternidad, de manera a que los costos por ausencia sean los mismos y se pueda eliminar la discriminación existente por ese motivo.
Otra de las alternativas que surge como una opción es la inversión en centros estatales de cuidado de niños para brindar más tiempo a las mujeres, de modo que se puedan desarrollar en el ámbito profesional a la par del rol de madre. También, la extensión de las jornadas escolares para los niños y niñas, con la persecución del mencionado resultado.
Los entrevistados elaboraron el documento del Banco Mundial “Diagnóstico de género en Paraguay. Brechas y Barreras”, en el que desglosan los detalles de la problemática en nuestro país.
Si bien el mismo comenzó a realizarse antes de la pandemia, toma algunos aspectos de la coyuntura actual y denota que la crisis económica ha golpeado mucho más fuerte a las mujeres, y que la recuperación del empleo femenino es mucho más lenta que en el caso de los hombres.
– Uno de los datos que resalta en el informe es la falta de ocupación de las mujeres en cargos gerenciales dentro de empresas ¿Esto también tiene que ver con la brecha? ¿Hay avances?
Gustavo: Hay un cierto avance que se ha dado a nivel latinoamericano en términos del cierre de la brecha en el sector privado, especialmente en la parte alta de la distribución del ingreso. Sin embargo, estas brechas se siguen manteniendo en la parte baja de la distribución del ingreso, es decir, en esas mujeres que están trabajando en distintas actividades.
Entonces lo que pasa es que hay un avance en el empleo y la participación laboral a nivel ejecutivos y en la parte baja de la distribución, pero los problemas que persisten tienen que ver con el choque de la pandemia, por ejemplo. El choque de la pandemia le ha dado mucho más fuerte a las mujeres que a los hombres en términos de mercado laboral.
Lo que estamos viendo es que el desempleo de las mujeres se está viendo muchísimo más que en los hombres y la recuperación que se da después es mucho más lenta para las mujeres. Tenemos algunos datos que demuestran esto y salen de las encuestas de hogares de Paraguay y parte de lo que se ve es que el desempleo de las mujeres en 2019 estaba en 7,9% y para fines del 2020 esto ha subido al 10,2%. En el caso de los hombres, el desempleo estaba en alrededor del 4,1% y aumentó al 4,9%.
Si tomamos solo estos dos datos, podemos notar que el golpe para las mujeres ha sido muchísimo más fuerte que para los hombres y esto se ha dado por sobre todo en áreas urbanas. Esto tiene cierta lógica porque en las áreas urbanas ha habido muchas más restricciones de movimiento y por la cercanía que hay, estas medidas fueron necesarias.
Pero la recuperación no es balanceada entre hombres y mujeres, entonces en los mercados laborales no hay respuesta equitativa entre unos y otros. Eso lo que termina haciendo es eliminar las ganancias que has tenido a través del tiempo en el Paraguay y entonces la brecha se va a ensanchar. La brecha dentro del mercado laboral se va a ensanchar y eso se va a traducir en que las mujeres terminan en trabajos menos calificados por la necesidad de acceder a un empleo, como trabajos familiares no remunerados.
Lo que hace todo esto es que se disminuyan las posibilidades de que mujeres terminen llegando a partes altas de la distribución (cargos gerenciales) de empleos y esto se hace cada vez más difícil. Entonces, el camino de una mujer para llegar a cargos más altos dentro de las instituciones se hace más difícil, porque tienen que volver a entrar a las empresas y volver a avanzar desde cero.
– ¿Por qué es más lenta la recuperación en el trabajo de las mujeres?
Gustavo: Hay varias razones en este punto, tiene que ver en parte con un cierto nivel de discriminación que existe en el mercado laboral contra las mujeres, eso no se puede negar y es algo que existe. Hay distintos tipos de discriminación que pueden existir, por un lado puede ser una discriminación de tipo más estadístico en que hay una percepción de que las mujeres tienen algunas restricciones en el mercado laboral, porque tiene que salir del mismo en un punto de su vida.
Pero también hay una razón que tiene un componente muy cultural y es muy importante en el caso de Paraguay, ya que en el estudio la comenzamos a notar. Hay normas sociales que comienzan a crear un contexto restringido para que se pueda avanzar en la igualdad de las mujeres y se hace difícil el poder avanzar hacia un escenario de igualdad, eso se refleja en la sociedad, pero también dentro de los mercados laborales.
Esto hace que se toque el techo de cristal, es decir, que se llegue a un nivel en que no se puede avanzar muy rápido porque, mal que bien, la sociedad sigue siendo bastante tradicional. Por ejemplo, una de las cosas que encontramos en el estudio es que gran parte de la sociedad paraguaya entiende a la mujer como un individuo que se dedica en mayor medida a las actividades del hogar. Esto no es nada nuevo, pero cuando uno empieza a indagar un poco en eso, esos factores que vienen a ser más sociales o culturales limitan a las mujeres en su posibilidad de ingresar al mercado laboral, y en su crecimiento personal. Es hora de que ese tipo de barreras se comience a romper.
– ¿Cómo se podría avanzar hacia la solución de este tipo de problemas?
Gustavo: Se puede pensar en cambiar, pero para cambiar se necesita un trabajo más profundo y más sistémico tanto dentro de las organizaciones como por fuera de las organizaciones mediante la inclusión de políticas públicas.
Una de las alternativas que se ha implementado en países tiene que ver con la condicional de cuotas en la participación de las mujeres en algunos casos, pero también parte del cambio tiene que ir al interior de las empresas porque la inclusión de la mujer comienza en la parte alta de la organización, y si no se logra romper ese techo de cristal y no se tiene un modelo de liderazgo más compartido, no es fácil que se pueda llegar a lograr equidad dentro de la distribución del ingreso.
Esto tiene un efecto fuerte sobre lo que se llama la voz y la agencia de las mujeres, y para poder cambiar las normas sociales, se necesita esa voz y agencia. En el estudio lo que nosotros analizamos es que uno de los factores por los que esto no se revierte es por la falta de voz de las mujeres y la falta de agencia en el sentido que no son capaces de poder entrar a discutir este tipo de cuestiones.
Flavia: Para complementar el tema de las políticas que desarrolló Gustavo, también encontramos que es necesario que existan políticas que estén destinadas a la familia en sí y no solo a las mujeres en el caso del mercado laboral. Por ejemplo, siempre se pone un énfasis en dar el permiso de maternidad a la mujer, pero nunca se enfoca en el padre que también puede cumplir un rol de cuidado del hijo.
Entonces es muy importante impulsar este tipo de políticas y no solamente sea la mujer la que se beneficie porque el cuidado es un rol tanto de la mujer como del hombre, y tenemos que enfocarnos en la familia y no solamente en la mujer. Con eso se puede atacar este tipo de estereotipos que se generan en el mercado laboral.
– Además de las cuotas y la implementación de los permisos por paternidad ¿Hay otros tipos de políticas que se puedan implementar para avanzar en este campo?
Gustavo: Un problema que hemos explorado en el documento tiene que ver con el tiempo y las razones por las que las mujeres no van a trabajar, en comparación por las que los hombres no van a trabajar. El hombre generalmente termina diciendo que no encuentra trabajo y por eso no está trabajando, en el caso de la mujer tiene mucho que ver con los cuidados del hogar y tiene que quedarse en su casa.
Esto es una señal, pero la pregunta es cómo se puede cambiar ese tipo de normas sociales. Lo que hay que hacer es recurrir al tipo de políticas que decía Flavia, en el que se genera un equilibrio entre hombres y mujeres, ya que eso termina eliminando de alguna manera la discriminación estadística de la que hablamos porque para el empresario ya termina siendo lo mismo.
Flavia: Nosotros encontramos, en cuanto a las reformas potenciales en el área de inserción laboral, que son importantes los casos de intermediación. A nivel internacional hay evidencia de que los programas de aprendices, servicios de intermediación laboral o subsidios para la búsqueda de empleo ayudan mucho a las mujeres para que se vuelvan a insertar al mercado laboral.
En Paraguay existen algunos de ellos, pero no encontramos evidencia robusta de su funcionamiento. No hay un seguimiento para ver si funcionan, o ayudan o no a las mujeres.
Gustavo: También en ese marco hay un tema importante que tiene que ver con que la razón por la que las mujeres no ingresan al mercado laboral es por el cuidado de su familia. Entonces, en algunos países lo que se ha pensado es en crear centros de bienestar de atención familiar que sirvan para que las mujeres puedan dejar a los niños durante su trabajo y entonces eso permitiría a la mujer tener un tiempo para poder dedicarle al empleo y poder romper las estructuras.
La extensión de jornada escolar también es otra política que sirve, porque todas estas políticas sirven para que las mujeres puedan tener más tiempo y bajarle más la carga de cuidado en el hogar. La paternidad es otra política importante, y otro elemento que no se ha tenido en cuenta es realizar campañas sobre la capacidad y el valor de la mujer en el mercado laboral.
En realidad, no hay una “bala única”, no hay un camino único para avanzar en este campo, sino que se trata de un conjunto de políticas que se pueden implementar para atacar este problema.
– ¿Cómo ven la recepción por parte del Estado de este tipo de información procesada, para implementar políticas públicas? ¿Se ve interés por parte del Gobierno y hay presupuesto para impulsar este tipo de políticas?
Gustavo: El primer tema es que para nosotros, como Banco Mundial, la igualdad de género es fundamental para lograr los objetivos que tenemos. Parte de los objetivos del Grupo Banco Mundial es promover la prosperidad compartida y mayor equidad en los países, entonces este tipo de ejercicios que nosotros hacemos los utilizamos para generar un mayor diálogo con los gobiernos.
Estos diagnósticos de género no son solamente un trabajo académico y analítico, sino que lo que buscan es llegar al gobierno y tratar de que el gobierno tome mayor atención a estos temas. La percepción que nosotros hemos tenido en estos casos, al menos en el caso de Paraguay, ha sido bastante buena y prueba de eso es que en este seminario tenemos la participación no solo del Banco Central, sino también del Ministerio de Hacienda.
Parte de la estrategia que nosotros tenemos para posicionar estos temas es que hay que hablar con quien “maneja la billetera”. Hay varias formas de entrar con estos temas, uno de ellos es el de ingresar por la sociedad civil, pero también se puede entrar por medio del Gobierno y el objetivo que tenemos es trabajar junto con el Gobierno para impulsar los proyectos, tanto desde el Ministerio de la Mujer, con quien tenemos una muy buena relación, pero también apoyarnos con el Ministerio de Hacienda.
La recepción que hemos tenido del Ministerio de Hacienda y del Gobierno en general ha sido buena, no nos podemos quejar, han sido bastante abiertos a estos temas y nuestra percepción es que el Gobierno reconoce el valor y la importancia de estos temas.
Ahora bien, Paraguay en estos momentos, al igual que toda la región, está viviendo un escenario de restricciones fiscales, el espacio fiscal que pueden tener los países no es tan grande y Paraguay no es la excepción, entonces el Gobierno tiene que pensar en priorizar este tipo de políticas en el marco de restricciones fiscales y el Banco Mundial está para apoyar en todo lo que se pueda. Estos diagnósticos se hacen para poder conversar con el Gobierno sobre estos temas, pero también sirven para informar al interior del Banco Mundial sobre los proyectos.
– Ya hemos hablado sobre el impacto negativo de la pandemia en este campo, pero ¿piensan que esta pandemia podría ser aprovechada como una oportunidad para plantear estos paradigmas y en el marco de la recuperación incluir a las mujeres de manera definitiva?
Flavia: Sí, definitivamente. Nosotros venimos trabajando en este informe desde mucho antes de la pandemia y ya identificamos estas brechas en oportunidades económicas, agencia y voz de las mujeres, e identificamos que existían brechas no solo entre hombres y mujeres, sino entre las propias mujeres del área rural y urbana.
Luego vino la pandemia e identificamos en el mercado laboral que esas brechas se ampliaron y entonces este evento vino en el momento indicado para llamar la atención sobre este tema y mostrar que, si no se hace algo al respecto muy pronto, las brechas se van a ensanchar más y va a ser más complicado de revertir.
En este sentido, encontramos mucho interés por parte del Gobierno y otros grupos sobre el tema y el ejemplo claro es la cantidad de personas que están anotadas para el evento y eso nos pone contentos porque trabajamos en el documento muchos años. Hace algunos años mencionar el tema de género era como un tabú, sin embargo, ahora vemos que las puertas están mucho más abiertas para trabajar en varios puntos e instituciones del país, lo que es muy bueno.
Gustavo: Esto parte del ejercicio y tiene que ver con visibilizar el tema, porque a veces no es bienvenido en algunos ámbitos, pero se lo tiene que tocar. Es un tema que existe y por más que cierres los ojos va a seguir existiendo, el tema de la inequidad que existe entre hombres y mujeres es importante.
Con respecto a la pandemia, lo que ha pasado es que se ensancharon las brechas y se ha empeorado la problemática. Tenemos datos que también ha aumentado la violencia en Paraguay como en otros países, pero la diferencia es que con información que tiene hoy el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) lo que se puede hacer es mostrar esos problemas que antes por ahí estaban más ocultos.
La pandemia tiene una parte mala, porque le ha pegado muy duro a las mujeres, pero lo que nos está permitiendo es mostrar estas brechas para plantear políticas e intentar cerrar las brechas más adelante. La oportunidad viene por el lado de mostrar la problemática que en muchos de los casos se asume que “no existen” y no por cerrar los ojos el problema va a desaparecer.