El último Informe de Política Monetaria (IPOM), elaborado por el BCP, da cuenta de que el crecimiento económico del país nuevamente estaría impulsado por los mayores envíos de granos de soja y otros commodities, pero que también el resultado se encuentra atenuado por otros rubros, en este caso, por el las construcciones que arrastra también a la baja los números en las inversiones.
En efecto, la Formación Bruta de Capital Fijo presenta una proyección de contracción de 3% para este año, principalmente por el negativo desempeño en construcciones y las compras de maquinarias e insumos subdivididos de este sector.
En cuanto al desempeño en el último año, se observa que desde el segundo trimestre del 2022 se comenzaron a registrar resultados negativos. En dicho periodo, cayó 5,2%; en el tercer trimestre, la reducción fue de 0,7% y en el cuarto, de 12,4%; mientras que en los primeros tres meses del presente año mostró una contracción del 10,5%.
Coincidente, el sector de la construcción viene manteniendo una dinámica negativa también desde el segundo trimestre del año pasado, en el que registró una caída de 6,3%; en el tercero siguió contrayéndose, en 7,3%; y en el cuarto disminuyó en 13,1%.
Los resultados al cierre del primer trimestre de este año no son alentadores, ya que se observa una nueva caída, de 12,9%, y con esto, el panorama para este segundo semestre tampoco lo es.
De hecho, la proyección es que acumule una caída de 4% para el cierre del año.
Con estos resultados, el nivel de las inversiones que se realizan a nivel local también ha sido arrastrado a la baja, puesto que el indicador denominado formación bruta de capital fijo tiene una dinámica negativa.
El año pasado, este indicador ya había cerrado con una caída del 21,4% y las proyecciones iniciales para el FBKF apuntaban hacia una contracción del 2,5% para este año. Sin embargo, en el nuevo informe se corrigió nuevamente a la baja, agrandando la brecha negativa hasta un 3%. La corrección fue de -0,5% adicional.
Al respecto, el economista jefe del BCP, Miguel Mora, explicó que esta proyección se basa en los efectos de la menor ejecución de obras públicas por parte del Gobierno y su compromiso en una convergencia del déficit fiscal de 3% del PIB para el 2022 y 2,3% para este año.
Mora indicó que esto se refleja en el aspecto de las inversiones, ya que a raíz de esto se observan menores compras de maquinarias e insumos para esta actividad.
“En lo que respecto a la formación bruta de capital fijo, se destaca principalmente la caída de la construcción y la adquisición de maquinarias y equipos”, argumentó el economista jefe.
Cabe mencionar que desde el rubro de las construcciones habían manifestado que la dinámica era favorable a pesar de esta situación, siempre y cuando se tenga en cuenta el consumo privado.
Sin embargo, el atraso del gobierno con las empresas constructoras ya ha generado problemas financieros para estas, ya que muchas de ellas no pueden cumplir con los compromisos de deudas, afectando la calificación crediticia. Esto, además de otros efectos agregados como dificultades para el pago de otros servicios y la generación de empleo.
Recientemente, desde MarketData conversamos con los encargados de la administración pública saliente y afirmaron que la deuda con los proveedores del Estado (entre ellos las constructoras) alcanzaría aproximadamente unos USD 500 millones, los cuales podrían pagarse durante la segunda mitad del año, a través de nuevos préstamos o emisiones de bonos. Hasta el momento, aún se desconoce el detalle real de la deuda y de la forma de pago que utilizará el nuevo Gobierno.