El instrumento del fideicomiso como manera de invertir en bienes raíces es considerado una de las maneras más frecuentes en mercados más desarrollados como los de Chile o Estados Unidos, debido a la seguridad y garantía que ofrece dicho modelo de negocio.
Alejandro Zucolillo, director de Zuba inversiones inmobiliarias, explicó que apostaron al modelo de negocio del fideicomiso debido a que considera una manera innovadora, práctica y que ofrece una garantía para el consumidor o inversionista de que podrá obtener un retorno favorable.
“Creemos que el fideicomiso es una entidad muy transparente y le da la garantía al inversor de que el 100% de los recursos serán destinados para la construcción de la obra o de algún proyecto, es un patrimonio autónomo y está custodiado por un banco que actúa como intermediario”, expresó.
Mencionó que el objetivo es construir un edificio que estará ubicado en el barrio Jara de Asunción, por un valor de USD 3,5 millones, con prestaciones de alta calidad. Asimismo, adelantó que para el 2023 proyectan recabar unos USD 20 millones para continuar con los siguientes proyectos.
Hasta el momento comentaron que de los USD 3,5 millones, ya lograron obtener un 50%. El monto inicial para invertir en el proyecto es de USD 5.000, según detallaron los directivos.
Comparó a esta figura con la opción de inversión que constituye el Certificado de Depósito de Ahorro (CDA), que actualmente se ubica por encima del 8% anual, pero con la diferencia de que la inversión en el fideicomiso de renta inmobiliaria estará respaldada en el mismo inmueble y tendría dos rentabilidades.
“A diferencia de un CDA, al finalizar está el pago de dividendos, pero al final te devuelven tu plata, la cual puede presentar una devaluación con el tiempo, en este caso no porque el dinero invertimos en un activo real que tiende a valer más. Así también, tenemos una segunda rentabilidad que consiste en la venta o alquiler del inmueble, que va para el inversionista”, explicó.
Es importante mencionar que el fideicomiso está compuesto por tres partes, en primer lugar por un fideicomitente, quien es la persona que otorga los bienes o activos a otra que actúa como intermediario que se encargará de administrar y velar que se cumpla el contrato, y por último el beneficiario, quien es la persona que recibirá dichos bienes.
En qué consiste una fibra de renta residencial
Se trata de una rama que aún no se ha implementado en el país. Es un modelo que combina una inversión en renta fija y renta variable, elemento valioso para portafolios de inversión. La Fibra ofrece a los inversionistas pagos periódicos continuos provenientes de los alquileres de los activos bajo manejo, aún beneficiándose de las plusvalías de capital a raíz de la apreciación de los inmuebles.
El plazo total de una fibra es de 10 años, en los que el inversor puede obtener ganancias de manera mensual, trimestral, semestral; sin embargo, esta rentabilidad está ligada a la venta o alquiler de cada inmueble.
Adicionalmente, debido a los precios de alquileres accesibles que ofrece Eleva, serán beneficiadas familias o personas independientes que posean ingresos de al menos 2 salarios mínimos y deseen vivir en uno de los barrios más solicitados de Asunción a un precio económico, según explicaron sus impulsores.
“Esta propuesta brinda un instrumento de inversión en ladrillo líquido, rentable y libre de trámites administrativos para el inversor. Al operar múltiples viviendas como una sola unidad de negocio, Fibra Eleva incrementa la eficiencia administrativa y oferta de servicios, beneficiando tanto al inversor como al consumidor final”, finalizó Zucolillo.
