El último informe del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al año 2022, revela que la población total paraguaya en situación de pobreza multidimensional fue de 17,66% -unas 1.297.537 personas-, inferior en 3,1 puntos porcentuales (p.p.) a lo registrado en el 2021, cuando la incidencia fue de 20,76%.
En lo que respecta a la comparación de esta variable con respecto al año anterior, se nota una disminución del 13%, ya que el año 2021 había cerrado con unas 1.505.422 personas en esta circunstancia, según las cifras publicadas por el Instituto de Estadística.
Esta tendencia a la baja se observó tanto en áreas urbanas como rurales, siendo más notable lo ocurrido en áreas rurales, donde la incidencia pasó de 40,94% en el 2021 a 35,62% en el 2022, es decir, un descenso de 5,32 p.p. Por su parte, en las áreas urbanas del país, la reducción fue de 1,63 p.p., pasando de 8,98% a 7,35%.
Cabe mencionar que el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) es una medida oficial que analiza las carencias de la población desde cuatro puntos de vista: el acceso a trabajo y seguridad social; vivienda y servicios; salud y ambiente, y educación.
Además, el IPM complementa a la medición de pobreza monetaria, la cual es estudiada desde hace 25 años en el país desde la perspectiva del ingreso de las personas.
Es por ello que se puede constatar que el 55,74% de la población paraguaya pobre -unas 723.255 personas- se encuentran en situación de pobreza multidimensional y monetaria al mismo tiempo, en el 2022; mientras que el 44,26% -alrededor de 574.282 personas- padecen pobreza multidimensional, pero no monetaria.
Privaciones con mayor impacto
De acuerdo con el informe del INE, en el año 2022, las privaciones con mayor presencia entre los pobres multidimensionales fueron la falta de aporte a caja jubilatoria, con 16,06%; seguida de las prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basuras, con 15,85%; el uso de carbón o leña para cocinar, con 11,65%; y por último, la falta de saneamiento mejorado, con 8,03% de incidencia.
No obstante, el documento demuestra una importante reducción en el periodo 2021 y 2022 en la falta de aporte a una caja jubilatoria, la cual pasó de 19,57% a 16,06%, mientras que el uso de carbón o leña para cocinar pasó de 14,86% a 11,65%; y por último, mostraron una reducción las prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basura, pasando del 18,79% a 15,85%.
Al desglosar por áreas de residencia, se puede observar que las tres principales privaciones censuradas que han presentado una mayor reducción en el área urbana fueron: el hacinamiento, que pasó de 4,56% a 2,91%; personas enfermas o accidentadas sin acceso a atención médica profesional, que pasó de 3,51% a 1,95%; falta de aporte a una caja jubilatoria, que pasó de 8,42% en el año 2021 a 6,89% en el año 2022; y el uso de carbón o leña para cocinar, que pasó de 4,72% a 3,41%.
Por su parte, en el área rural se puede observar que las privaciones que presentaron reducciones considerables fueron de igual forma la falta de aporte a una caja jubilatoria, que pasó de 38,67% a 32,05%; seguido del uso de carbón o leña para cocinar, cuya incidencia en el año 2021 fue de 32,23% y pasó a 26,01% en el año 2022.
El tercer indicador con mayor reducción fueron las prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basura, que pasó de 40,42% a 34,68%.
Por último, al analizar a nivel nacional, los indicadores según la contribución al IPM del año 2022, se observa que las prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basura explican el índice en un 20,23%. Sigue en orden de importancia la falta de aporte a caja jubilatoria, con un 12,30%; seguido del uso de carbón o leña para cocinar, con el 11,15%.
Estos tres indicadores contribuyeron en un 43,69% al IPM del año pasado y son los que más aportan al índice.
