La pandemia de COVID-19 implicó un significativo golpe a las economías de todo el mundo y Paraguay no es la excepción.
No obstante, el Banco Central del Paraguay (BCP) corrigió recientemente su proyección de variación del producto interno bruto (PIB) para el 2020. Confirmó así la expectativa de que el impacto económico de la emergencia sanitaria en el país será menos severo de lo que se esperaba.
Con el ajuste al alza aplicado al pronóstico de contracción económica para este año, a un nivel de -1,5%, la banca matriz considera que la brecha abierta por el nuevo coronavirus se cerrará en el segundo semestre del 2021. En otras palabras, los efectos de la pandemia se superarán en la segunda mitad del año que viene.
Este escenario fue presentado en el último Informe de Política Monetaria (IPoM). Su materialización depende de que se concrete un mayor dinamismo del consumo, impulsado por una política monetaria expansiva, junto con los resultados de los programas de apoyo a los ingresos y la reapertura de las actividades económicas.
“En el IPoM de junio se señalaba un deterioro significativo de la actividad económica en el segundo trimestre, reflejado en una apertura importante de la brecha del producto”, recuerda el BCP, respecto a la proyección de caída de -3,5% que se contemplaba previamente.
«Además, las proyecciones contemplaban una recuperación gradual a partir del tercer trimestre, las cuales incorporaban como supuesto el repliegue de las medidas sanitarias preventivas y la reapertura de algunos sectores económicos», agrega.
“Para este IPoM se asume una trayectoria similar. Sin embargo, los indicadores efectivos de actividad y de demanda, en el segundo trimestre, revelaron un mejor desempeño con relación a lo previsto anteriormente. Con estos resultados, se verifica una brecha del producto más cerrada (menos negativa) que la estimada en el informe previo”, relata el BCP, en referencia a la situación actual.
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Efectos en el trabajo
Los sectores de comercio y servicios figuran entre los más afectados por la pandemia de COVID-19. Esto se debe principalmente a las restricciones a la interacción social que se dictaron para frenar la propagación del virus.
Estos segmentos concentran una parte importante de la población empleada del país y no ingresan todavía a una senda de recuperación plena en cuanto a sus niveles de producción.
En consecuencia, el BCP considera que el deterioro del mercado laboral persistirá por un “periodo largo de tiempo” y se irá reduciendo solo de manera gradual, a medida que se retomen las actividades económicas de los distintos sectores.
“Las holguras de capacidad en el mercado laboral permanecerán amplias por la pérdida de empleos”, detalla el IPoM de setiembre del 2020.
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La banca matriz reconoce que sus proyecciones contemplaban inicialmente un mayor impacto de la pandemia sobre los sectores de servicios – como los transportes, intermediación financiera, alquiler de vivienda, servicios a empresas, hoteles y restaurantes y servicios a los hogares –.
Esto, considerando que la naturaleza de sus actividades implicaba una mayor interacción social y, al mismo tiempo, la oferta de algunas de ellas estaba limitada por las restricciones sanitarias.
“No obstante, los últimos registros han mostrado un repunte importante y más rápido a lo anticipado, posibilitado en parte por la flexibilización de las medidas sanitarias”, agrega.
