El valor internacional de la soja en el tablero de Chicago pegó este mes un salto interanual del 30% y cotiza por encima de los USD 430 por tonelada.
Este commodity alimenticio se desempeña en un mercado cuyos productores son tomadores naturales de precios y si bien los mismos habían sido golpeados por la crisis mundial, hoy ya están en pleno proceso de recuperación.
Hugo Pastore, director ejecutivo de la la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), explicó que la expansión en el precio del producto tiene varios motivos.
Destacó que la demanda de China, el gran comprador de soja del mundo, ha vuelto a ser constante y, además, se prevé una menor producción en nuestra región.
La sequía que agobia tanto a Brasil como a Argentina y Paraguay tendrá como resultado una menor producción soja y, por ende, una menor oferta en el mercado internacional. Naturalmente, este elemento será uno de los que impulsen el precio al alza, por la tendencia hacia la escasez que habrá en los próximos meses.
“Son varios factores: hay una demanda de China que continúa muy activa en el mercado. Por otro lado, hay una preocupación del mercado en general por la producción sudamericana, por la coyuntura de falta de lluvia en Brasil, Paraguay y Argentina”, relató Pastore.
El experto agregó al análisis que la volatilidad del dólar ante la crisis que ha generado la pandemia, hace que los productores puedan pagar más dólares por el producto valorizado en sus monedas.
Refirió que, a su vez y como consecuencia de la coyuntura, los fondos de inversión ven potencial en que esto siga subiendo y, entonces, compran posiciones en la bolsa. Esto resulta en una demanda por papeles en el mercado a futuro y la apuesta especulativa también colabora a una valorización del commodity, en este momento.
Cautela
Sin embargo, una gran parte de los productores paraguayos no podrá aprovechar a plenitud esta coyuntura de precios, ya que existe una gran cautela en las siembras, por la sequía.
Sobre la producción disponible de la siembra pasada ya se ha comercializado al momento del crédito, según explicó Pastore; y tomar nuevos compromisos se ha vuelto complejo, por la falta de lluvias y la incertidumbre.
“Mirando lo que es nuestra realidad en Paraguay, hay mucha preocupación y cautela por el clima. Al productor le encantaría vender a estos precios, pero muchos de ellos ya asumieron compromisos, porque con el financiamiento ellos ya tienen que asumir compromisos de comercialización; entonces, hoy en día es difícil que puedan asumir nuevos compromisos justamente por la falta de lluvias”, sostuvo.
