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12 de mayo de 2024

Desaceleración de créditos bancarios retorna a niveles de inicio de la pandemia

La cartera de préstamos en el sistema bancario creció solamente 5,5% interanualmente a marzo y los depósitos crecieron un 15% en el mismo periodo; esta menor continuidad en la concesión crediticia se asemeja ya a los primeros meses de la llegada del coronavirus a nuestro país. Por su parte, la AFD reportó un crecimiento de 55% en los préstamos para la vivienda.

La pandemia del COVID-19 se encuentra en su punto más álgido en el país desde su llegada en marzo del año pasado. 

Si bien en la última parte del 2020 muchos indicadores económicos mostraban signos de recuperación, la imparable cantidad de contagios y muertes por día ya se ha llevado parte de esa mitigación e incluso se han recortado las perspectivas de crecimiento del producto interno bruto (PIB). 

Es el caso de la cartera de créditos bancarios que, según datos del Banco Central del Paraguay (BCP), cerró el primer trimestre del año en un nivel de G. 99 billones, lo cual representa un incremento de solamente el 5% con respecto al mismo punto del año pasado. Cabe recordar que la concesión de créditos cerró el 2020 con un crecimiento interanual del 8,2%. 

De esta manera, el crecimiento de la cartera de préstamos en bancos viene experimentando un proceso desaceleración y ya se ha igualado a los primeros meses de la pandemia. 

En marzo del 2020, con la noticia de los primeros casos de COVID-19 en el país, justamente los créditos se desaceleraron para crecer solo un 6,2% -casi a la mitad del nivel de 11,3% en que habían cerrado el 2019- y la cifra bajó hasta un 4,2% en abril de ese mismo año. 

Por otra parte, cabe mencionar que la variación mensual de esta cartera ya ha sido incluso negativa en los tres primeros meses del 2021, con contracciones de alrededor del -1% entre mes y mes desde enero. 

Se nota, así, que los efectos de la incertidumbre económica y la falta de respuestas del Gobierno con una campaña de vacunación masiva ya se comienzan a sentir en el sector financiero. 

En contrapartida, los ahorros en el sistema bancario siguen creciendo a ritmo de dos dígitos y cerraron marzo con un aumento interanual del 15%, aunque también con una desaceleración desde el 19% en que habían cerrado el 2020 

Estos ahorros no se traducen en nuevos préstamos, con lo que parece comenzar de vuelta el ciclo de cautela con dinero guardado en los bancos y no en inversiones que generan valor y fuentes de trabajo, dada la circunstancia. 

Año difícil 

Al ser consultado sobre este tema, el economista y directivo del banco Familiar, César Barreto, apuntó que efectivamente la incertidumbre generada a partir de la nueva ola de contagios de COVID-19 ya se está sintiendo en los números bancarios. 

La demanda de créditos, que se venía acelerando, ha tenido frenos salvo en sectores específicos como la agricultura y la ganadería. 

“Los primeros dos meses había un repunte que venía desde el año pasado, pero cuando la gente empieza a asustarse de que parece que nuevamente no va a ser el año que estábamos esperando, obviamente que todos realizan sus propias decisiones y el la gente se vuelve prudente y trata de no asumir compromisos que eventualmente no va a poder cumpir”, refirió. 

Agregó que la situación sigue siendo complicada, no solamente para los bancos, sino para todas las entidades que trabajan con créditos, tales como las cooperativas y las financieras. 

Consideró que las mismas muy probablemente necesitarán apoyar a sus clientes generando planes adecuados para hacer frente a la imposibilidad de pagos que persistirá por la pandemia. 

Sobre el tema de los depósitos, recordó que el año pasado hubo un crecimiento importante por la inyección del gasto público, que este año ya no será el mismo, pero sí vendrá por el lado de la soja y de la carne -que tendrán precios muy altos- y probablemente tendrán su impacto en los recursos denominados en dólares. 

Vivienda 

Por su parte, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) reportó un crecimiento del 55% en sus líneas de crédito para viviendas al cierre del primer trimestre del año, con un promedio de 167 operaciones por mes. 

De este modo, se puede notar que a pesar de la desaceleración a nivel general de los créditos, los préstamos para vivienda siguen teniendo un buen ritmo. 

De hecho, en el mismo boletín de la banca matriz, se ve que en la disgregación por tipos de créditos en el sistema bancario, los de vivienda han tenido un aumento del 12% en marzo, en comparación con el mismo mes del año pasado. Se ubican, así, por encima del crecimiento promedio del 5% que se ha mencionado. 

Según se apuntó desde la AFD, el incremento estuvo explicado mayormente por la reducción de tasas aplicada a finales del año pasado y a las simplificaciones de procesos en la presentación de las solicitudes de créditos.

El banco público de segundo piso asegura que estas medidas propiciaron un mayor dinamismo en la solicitud de financiamiento pese a la coyuntura económica, en un contexto de exceso de liquidez que hoy existe en el mercado financiero e incluso a pesar de la incertidumbre derivada de la situación sanitaria.