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26 de abril de 2024

Índice de pobreza subió a 26,9% en el 2020, con mayor impacto en la población urbana

Unas 264.590 personas retrocedieron en su nivel de vida con el estallido de la pandemia y 247.454 de ellas residen en las ciudades, según últimos datos del INE. Sostienen que sin las transferencias del Gobierno la incidencia hubiera llegado a 30,1% y se reporta casi nula variación de la pobreza extrema.

Los indicadores sociales se hacen eco del impacto de la pandemia de COVID-19 en Paraguay.

El índice de pobreza subió a 26,9% en el 2020 y se ubicó en 3,4 puntos por encima de la cifra registrada en el 2019, según últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los principales resultados de pobreza monetaria, que se recogieron a través de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) 2020.

De esta manera, unas 264.590 personas fueron afectadas negativamente en sus niveles de vida durante el año pasado y un total de 1.921.000 personas viven ahora en condiciones de pobreza.

El impacto más significativo se observó en las zonas urbanas, con una tasa que pasó de 17,5% a 22,7% del 2019 al 2020 e incluyó a 247.454 personas que cayeron bajo la línea de pobreza.

En el área rural, la incidencia de la pobreza aumentó de 33,4% a 34% y perjudicó a 17.136 personas, en coincidencia con el menor efecto que las medidas de confinamiento ejercieron sobre la actividad en el campo, según explicaron desde el INE

La pobreza extrema, por su parte, se mantuvo casi sin variaciones, pues pasó de 4% a 3,9% del 2019 al 2020. En la zona rural hubo una ligera reducción, de 7,8% a 7,4%; y en la zona urbana se mantuvo en 1,8%, siempre de acuerdo con las estadísticas oficiales.

El incremento de la pobreza en el país se explica por la reducción de ingresos que sufrieron las familias a lo largo del año pasado.

En el área urbana, la caída fue de un promedio de -10,6% en el ingreso per cápita total, al pasar de G. 1,8 millones en el 2019 a G. 1,6 millones en el 2020. Las contracciones más intensas se observaron en los deciles de mayores ingresos afectados a la pobreza, donde los ingresos laborales bajaron hasta en -14,5% y -16,1%.

En la zona rural, la reducción de los ingresos de los hogares estuvo en un promedio de -9,1%. Los deciles afectados tanto a la pobreza extrema como a la pobreza total, en este caso, tuvieron incrementos en el ingreso per-cápita laboral.

Efectos del auxilio económico

El INE sostiene que las transferencias monetarias realizadas por el Gobierno a la población vulnerable (Pytyvõ, Tekoporã y Adultos Mayores) evitaron que la pobreza total trepe al 30,1% en 2020

Esto implicaba un aumento de alrededor de 497.000 personas en situación de pobreza – es decir, cerca de 233.000 personas no cayeron bajo la línea de pobreza gracia al auxilio económico implementado para contener los efectos de la pandemia, según el cálculo –.

Por su parte, se considera que las transferencias monetarias también impactaron en la población expuesta a la pobreza extrema, pues el INE asegura que con esta medida se evitó que cerca de 184.000 personas ingresaran a condiciones de indigencia y se impidió que la tasa ascienda al 6,4%

Datos preocupantes

El mencionado incremento de la pobreza en el 2020 generó preocupación entre los analistas económicos.

Carlos Fernández Valdovinos, expresidente del Banco Central del Paraguay (BCP), sostiene que esta suba en el indicador de nivel de vida no se observa desde el 2005 y describe a la situación como un ejemplo de “cuando la macro llega mal a la micro”.

“El gobierno debería dejar el discurso de ´haber sido la economía que menos cayó`. La gente está mal y los números micro lo muestran. No es momento para la complacencia”, expresó el economista, en su cuenta de Twitter.

Carlos Carvallo, ex miembro del Directorio del BCP, reconoció por su parte que los resultados de la pobreza en el 2020 están en línea con lo que se esperaba y coinciden con la situación que se vive en la región de Latinoamérica. Instó a que esto genere un cambio en las políticas de acción del Gobierno, con una enfoque más social y no basado únicamente en los números macroeconómicos.

“A la hora de diseñar políticas, como he venido alertando, hay que mirar menos el PIB (producto interno bruto) y más el ingreso de las familias y el mercado de trabajo. Tiempo de cambiar el énfasis de lo contracíclico, a políticas focalizadas”, manifestó el economista, también en redes sociales.