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28 de abril de 2024

S&P: La economía paraguaya seguirá necesitando apoyo financiero, debido a la pandemia

La firma considera que continuarán aumentando los activos improductivos, los créditos RRR y los préstamos otorgados bajo medidas transitorias relacionadas con la emergencia sanitaria.

La calidad de los activos será el principal factor cuya evolución se debe monitorear en el sistema financiero de Paraguay, como efecto de la pandemia de COVID-19. Con este mensaje, la calificadora de riesgos Standard & Poor´s (S&P) dedica a nuestro país un capítulo de su informe “América Latina: Panorama bancario – tendencias para 2021”.

La firma califica a la situación actual como “la prueba más dura para los bancos desde 2009”. En el caso de Paraguay, advierte que la calidad de los activos en el sistema financiero se seguirá debilitando, incluso cuando se reactive el crecimiento del crédito.

En este sentido, pronostica para el cierre del 2020 una expansión de 9% del mercado crediticio, levemente por debajo del 9,7% en que se ubicó en el 2019, pero con la perspectiva de un mayor dinamismo para el 2021, mediante un crecimiento de 12%.

“La calidad de activos se debilitará en términos de los activos improductivos (préstamos con 60 días de vencimiento + saldo de bienes adjudicados), y en términos de la cartera de crédito RRR (renovados, refinanciados y reestructurados) y bajo las medidas transitorias del Banco Central que permiten a las empresas refinanciar algunos créditos”, señala el reporte, entre sus principales conclusiones.

Los activos improductivos pasaron de representar el 3,9% de los créditos en todo el sistema, en el 2019, a posicionarse en el 5,5% en el 2020, según cálculos de S&P. La expectativa es que la tendencia continúe al menos durante el 2021, hasta un nivel de 5,9%

De esta manera, S&P espera que la recuperación de la calidad de los activos sea más lenta que la aceleración de los desembolsos de préstamos. Esta, por su parte, prevé que adquiera un ritmo que vaya en línea con la recomposición del dinamismo económico del país.

“La calidad de activos empeoró el año pasado, aunque en parte contenida por las medidas emitidas por el regulador para refinanciar préstamos afectados por la sequía. Proyectamos que los activos improductivos, los créditos bajo RRR y los préstamos bajo las nuevas medidas transitorias relacionadas con la pandemia continuarán aumentando debido a la pandemia”, agrega.  

Menor rentabilidad y sus efectos

La calificadora prevé, además, que la rentabilidad del sistema financiero disminuya, presionada por menores márgenes y gastos relacionados con provisiones. Recuerda que los bancos de plaza entraron al shock con un capital regulatorio adecuado, pero advierte que la capitalización podría disminuir tras la mencionada menor rentabilidad.

Anuncia que monitoreará posibles aumentos en las pérdidas crediticias que puedan darse en los próximos años. Esto podría afectar los niveles de rentabilidad y capitalización de los bancos, así como limitar el crecimiento del crédito una vez que termine la pandemia, añade.

Como muestra de esta situación, detalla que el índice RoAA (Retorno promedio del sector sobre activos promedio) bajó de 2,1% a 1,5% del 2019 al 2020 y pronostica que ascenderá solo a 1,7% en el 2021

Por otro lado, el Banco Central del Paraguay (BCP) registra una caída de 20% en las utilidades de las entidades bancarias, hasta octubre. La suma acumulada durante los primeros diez meses de este año fue de G. 2 billones, mientras que en el mismo periodo del 2019 estuvo en G. 2,5 billones.  

Perspectivas económicas

Por otro lado, el informe de S&P reconoce que la contracción económica de Paraguay de este año será más leve que la de los demás países de la región. Señala que una recuperación más sólida dependería de las expectativas agrícolas, las condiciones climáticas y la demanda mundial.

“Seguiremos monitoreando la recuperación de la economía paraguaya durante el resto de 2020 y en 2021, junto con Brasil y Argentina (los principales destinos de las exportaciones de Paraguay). Los eventos climáticos podrían afectar la economía, como los recientes incendios forestales, el bajo caudal de los ríos (principal canal de exportación) u otros impactos en las cosechas agrícolas”, culmina.