La pandemia del COVID-19 afectó duramente a las economías y los mercados laborales de la región, que experimentaron en 2020 una contracción sin precedentes tanto en su actividad económica como en la participación y la ocupación laboral. Esto impactó sobre todo a los sectores económicos y a los grupos de trabajadores más vulnerables.
Desde entonces, conforme la respuesta a la crisis sanitaria y la implementación de políticas económicas posibilitaron la progresiva recuperación de las actividades económicas, también se observa una normalización de los principales indicadores del mercado laboral, aunque inicialmente con rezagos en los colectivos más vulnerables, según un informe de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe indica que la economía y el mercado laboral regional experimentaron una evolución marcada por los efectos nocivos de la pandemia y el tránsito hacia la progresiva recuperación de los niveles prepandemia.
Cuando se compara la evolución del PIB per cápita regional y de las tasas de ocupación y participación, que incorporan en su denominador el crecimiento demográfico a través de la población total y en edad de trabajar, se observa que el desempeño del PIB real fue incluso contractivo en los años previos a la pandemia.
Si bien en 2020 la contracción fue más fuerte en el caso de la tasa de ocupación, en 2022 tanto el PIB real per cápita como la tasa de ocupación alcanzaron niveles casi idénticos a los observados en 2019.
Pese a que la evolución de la tasa de ocupación regional muestra que en 2022, como promedio ponderado, el indicador recuperó exactamente el nivel anterior a la pandemia, cuando se analiza su desempeño a nivel de los países se observa que la recuperación es aún incompleta en un grupo de países.
En 2022 siete países habían superado la tasa de ocupación que registraban en 2019, con el Estado Plurinacional de Bolivia y la Argentina en los lugares más destacados, mientras que cinco países estaban a menos de 1,2 puntos porcentuales de recuperar el nivel prepandemia.
En este mismo año, la tasa de participación laboral se incrementó en las economías de América Latina y el Caribe, siendo este el segundo año consecutivo de alza de este indicador luego de la pandemia de COVID-19. Así, ese año el promedio ponderado regional de la participación laboral se incrementó un punto porcentual respecto de los valores observados en 2021, alcanzando el 62,6%.
El informe señala que, pese a la recuperación antes mencionada, la tasa de participación regional aún no alcanza los niveles anteriores a la pandemia, y el valor de 2022 es menor que el promedio registrado en esta variable en el período 2014-2019 (62,8%), y al valor informado en 2019 (63,3%).
En 14 de las 20 economías de las que se dispone de información se observó un aumento en la tasa de participación, que fue de más de dos puntos porcentuales en Chile, Colombia y Panamá.
En cambio, esta tasa se redujo en seis países, destacándose los casos de Belice, Guatemala, Honduras y el Paraguay, con caídas iguales o mayores a un punto porcentual.
Lo que podría estar explicado de una posible sobrerreacción de las personas en búsqueda activa de empleo en 2021, producto de la rápida recuperación de la actividad económica observada ese año, cuyo ritmo no se mantuvo en 2022
Un elemento que cabe destacar es que la recuperación de la tasa de participación en la región fue mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres, con lo que se redujeron las amplias diferencias entre ambos grupos.
Así, mientras la participación femenina se incrementó 1,7 puntos porcentuales en 2022 (51,8%) respecto de 2021 (50,1%), la participación de los hombres se incrementó 0,3 puntos porcentuales en 2022 (74,4%) respecto de 2021 (74,1%).
Debido a la diferencia en los ritmos de recuperación de la tasa de participación, la brecha entre hombres y mujeres en esta variable fue de 22,6 puntos porcentuales en 2022 (1,4 puntos porcentuales menos que en 2021).
A pesar de la mejora observada en 2022, 48 de cada 100 mujeres de América Latina y el Caribe en edad de trabajar no están participando en el mercado de trabajo.
Cabe mencionar que la tasa de participación de los hombres se incrementó en 12 países en 2022, destacándose los aumentos de más de un punto porcentual observados en Barbados, Chile y la República Dominicana; en cambio, la tasa de participación masculina se redujo en cinco países, con una disminución de 1,8 puntos porcentuales en el Paraguay.
Acciones para la mitigación del desempleo
Sin embargo, varios países de la región implementaron modalidades que facilitaron la recuperación en el mercado laboral o por lo menos se atenúe el avance del desempleo, sobre todo en 2020 y 2021, fue la aprobación de leyes (o la activación de disposiciones legales previas) que permitieron el teletrabajo, para posibilitar la operación de las empresas cuyos trabajadores no podían estar físicamente en el lugar de trabajo.
Con anterioridad a la emergencia provocada por la pandemia de COVID-19, algunos países de la región ya contaban con legislación sobre el teletrabajo (Colombia desde 2008, el Perú desde 2013, el Brasil desde 2017 y Costa Rica desde 2019) y en 2020 otros países (como la Argentina, Chile, El Salvador, México, Panamá y el Uruguay) avanzaron en la implementación de leyes al respecto.
En 2021, el Paraguay aprobó la Ley núm. 6738, que establece la modalidad del teletrabajo en relación de dependencia, y Colombia sancionó la Ley núm. 2088, por la cual se regula el trabajo en casa y se dictan otras disposiciones.
Estos ajustes legales permitieron que entre el 20% y el 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando desde sus domicilios durante la vigencia de las medidas de confinamiento, lo que, sin duda, contribuyó a que el impacto en la pérdida de empleos formales, producto de la crisis sanitaria, se atenuara.
Reducción de la informalidad
En consonancia con el incremento del número de asalariados y sobre la base de cifras disponibles a la fecha de redacción del informe, se observa que la tasa de ocupación informal promedio de la región experimentó una pequeña reducción durante 2022, al pasar del 48,8% en 2021 al 48,7% en 2022.
La informalidad se redujo en 8 de los 11 países de los que se dispone de información, destacándose la reducción en Colombia (2,0 puntos porcentuales) y Costa Rica (1,7 puntos porcentuales). Por su parte, en tres países se informó de un alza en la tasa de informalidad, que en el caso de la Argentina fue de 4,1 puntos porcentuales. En esta línea, Paraguay logra reducir este indicador en un 0,5%.
