En el informe macroeconómico de América latina y Caribe 2023 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se prevé que, en los próximos 12 meses, todos los países de la región con regímenes de metas de inflación se situarán por encima de su banda de meta, excepto Paraguay, que presenta una proyección de inflación de 5% para el cierre de este año, mientras que para el plazo de 18 a 24 meses se sitúa en el 4% fijado como centro de la meta del Banco Central del Paraguay (BCP).
Recordemos que, en cuanto al anclaje de la expectativas de inflación medida en el Horizonte de Política Monetaria (HPM), el BCP había logrado equiparar en el plazo de 18 a 24 meses a finales del año pasado, luego de haber acumulado 9 meses en desanclaje
De acuerdo con la encuesta de Expectativas de Variables Económicas (EVE), efectuada por el BCP, los agentes económicos mantuvieron durante casi medio año una estimación de inflación de 4,5% para el HPM, luego de que abandonaran el nivel de 4% en marzo, lo que había significado una cierta desconfianza en cuanto a las proyecciones y objetivos que traza la banca matriz y, a la vez, una preocupación.
Ya en el mes de diciembre del 2022, el BCP finalmente logró volver al 4% para los siguientes 18 a 24 meses y a 4,5% para la expectativa a 12 meses, luego de mantener una trayectoria descendente de la inflación, que había alcanzado en abril del año pasado un pico de 11,8%.
Es importante mencionar que, actualmente, la proyección de mercado medida por el EVE -correspondiente al mes de febrero de 2023- sitúa en 4,5% a la estimación de inflación de aquí a un año, mientras que para el plazo de 18 a 24 meses se encuentra en 4%. Las expectativas que utiliza el BID en su informe son las que se mencionaron en diciembre del 2022.
Para ello, el BCP también había elevado su tasa de política monetaria desde un diagnóstico prematuro, previendo los impactos y choques que se registraron meses siguientes, según explicaron desde la banca matriz. El resultado permitió al regulador dejar la TPM en un techo de 8,5%, para mantener la estabilidad y la convergencia de la inflación hacia el rango meta de 4%.
Esto lo había afirmado el titular del BCP, José Cantero, quien señaló que emprendieron una escalada en su tasa de política monetaria en agosto del 2021, adelantando posibles shocks inflacionarios. En septiembre, la banca matriz dejó de elevar su TPM, luego de la suba iniciada en agosto del 2021 desde el nivel históricamente bajo de 0,75% al que había retrocedido durante la pandemia.
Recordemos que Paraguay posee una banda de objetivo de inflación que va de 2% a 6%, según el esquema de metas de inflación del BCP.
El economista jefe del BCP Miguel Mora, había explicado que el anclaje de las expectativas estaría respaldado por los resultados que se observa en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que se mantiene en una trayectoria descendente. Además de eso, atribuyó a los efectos de la política monetaria.
Inflación en América Latina
En cuanto a los resultados de la expectativa de la región, el informe del BID muestra que las mayores diferencias se observan en Jamaica y México, donde las expectativas de inflación se sitúan 5,6 y 4,4 puntos porcentuales por encima del límite superior de su respectiva banda.
Jamaica espera que su inflación en 12 meses se sitúe en 11,6%, mientras que México lo ubica en 8,6%.
Sin embargo, las expectativas de inflación a mediano plazo se mantienen bien ancladas: en todos los países, se prevé que la inflación se situará dentro de la banda de sus metas, o estará menos de un punto porcentual por encima del límite superior en los próximos 24 meses.
Asimismo, desde el BID explican que la convergencia de las expectativas de inflación con las metas es una buena noticia, e implica que se mantiene la credibilidad de las políticas de los bancos centrales. Al respecto, y con este objetivo en mente, destaca que los bancos centrales reaccionaron enérgicamente en 2022 para evitar el aumento de la inflación y sus expectativas.
En esta misma línea, los resultados de la política monetaria muestran que los países con menor tasa de inflación en el 2022 fueron Brasil, con 5,9%; República Dominicana (7,6%); Costa Rica (7,9%); y Paraguay, con 8,1%.
Es importante mencionar que Brasil es el país con la tasa de política monetaria más elevada de la región (13,8%).
Inflación y pobreza
En cuanto al impacto que posee la inflación, el BID advierte que el actual contexto macroeconómico de alta inflación y aumentos de las tasas de interés despiertan preocupaciones sobre la dinámica futura del mercado laboral, la pobreza y la desigualdad.
Sin embargo, regresar al desempeño favorable que registraba la pobreza a comienzos del siglo y sostener la mejora en las tendencias del empleo es difícil, debido a las tasas de interés elevadas y a la baja demanda agregada. Un escenario de inflación alta podría ser incluso peor para la pobreza y el empleo, destacaron.
Un aumento sostenido de los precios, particularmente de los alimentos y la energía, incrementa la pobreza a través de al menos dos canales. La inflación reduce el ingreso disponible y los salarios reales cuando los salarios nominales crecen a un ritmo menor que los precios. Cuando la inflación aumenta, si el ingreso nominal se mantiene constante, la capacidad de comprar bienes y servicios disminuye.
El ingreso también puede disminuir durante los brotes inflacionarios como respuesta a los ajustes en el mercado de trabajo. Cuando el ingreso real de los hogares disminuye, las personas tienen que trabajar más horas para mantener el mismo nivel de consumo. Los más susceptibles ante estos cambios suelen ser las personas de menores ingresos.
El impacto de la pobreza en la región ha afectado significativamente a algunos países en mayor proporción. Según datos del BID, Guatemala, Nicaragua y Honduras son los que registraron mayor aumento de la pobreza y pobreza extrema a causa de la inflación.
Paraguay, por su parte, ha registrado un aumento del 2% en lo que respecta a la pobreza extrema y de 3% en pobreza, siempre tendiendo como causante a la inflación.
Política monetaria e inflación
Según el mismo informe, el analista privado promedio prevé que el crecimiento será de cerca del 1% para la región, en 2023. Esta baja proyección de crecimiento refleja, entre otros factores, un menor crecimiento mundial, tasas de interés más altas, mantención de una política monetaria restrictiva en el mundo y en la región, una consolidación fiscal gradual y niveles de deuda relativamente altos.
Asimismo, indica que los países de América Latina y el Caribe se enfrentan a un año en el que puede que la demanda global esté deprimida, compensada parcialmente por la reapertura de China después de sus estrictos confinamientos relacionados con el COVID y altos costos financieros.
Por otro lado, informaron que en algunos países que todavía se esfuerzan en estabilizar la inflación, los costos de financiamiento podrían seguir aumentando. En este contexto, los países de la región todavía tienen espacio para maniobrar mediante acciones de política y evitar contracciones económicas más profundas de lo necesario para que puedan enfocarse en el triple desafío social, fiscal y de crecimiento, recalca el organismo.
“Las políticas monetaria y fiscal son ejemplos claros en los que la región necesita ajustes no sólo para evitar un aterrizaje fuerte, sino también para establecer las condiciones de una recuperación más rápida después de los retos de 2023”, sostienen desde el BID.
En el frente monetario, los países todavía tienen que mantener, o en algunos casos endurecer, su política monetaria para asegurar que la inflación vuelva a sus metas hacia 2024.
El BID sostiene que es necesario que la política fiscal acompañe la política monetaria, acelerando la consolidación fiscal, ya que esto es crucial para disminuir las primas de riesgo, reducir los costos de financiamiento, la tasa de interés neutral de la política monetaria y generar espacio fiscal con el fin de apoyar las políticas necesarias para promover el desarrollo económico y social.
Crecimiento económico
Luego del repunte económico con fuerza visto en el 2021, desde la profunda recesión provocada por la pandemia del COVID-19 en 2020, se preveía que el crecimiento en América Latina y el Caribe disminuiría progresivamente hasta llegar a su promedio de más largo plazo. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania generó un shock que se hizo sentir en todo el mundo, agrega el reporte del BID.
A raíz de esto, los precios de los commodities se dispararon, las expectativas de crecimiento global se desplomaron y los bancos centrales tuvieron que aumentar las tasas de interés y advirtieron que tendrían que mantenerse elevadas durante un período largo para controlar la inflación.
En este contexto, las perspectivas de crecimiento para la región en el 2023 parecen menos prometedoras que el período de recuperación de 2021 y 2022, lo que podría contribuir en el aumento del riesgo de que crezcan las brechas asociadas con el triple reto de la región de mejorar las condiciones sociales, fortalecer las cuentas fiscales y promover el crecimiento de largo plazo, según lo que explica el organismo multilateral.
Los acontecimientos mundiales han tenido un impacto en América Latina y el Caribe. La región se recuperó con fuerza después de la recesión de 2020 y se prevé que el crecimiento de 2022 se acerque al 3,9%, aunque en 2023 volvería a caer.
Las previsiones de crecimiento del FMI para América Latina y el Caribe para el 2023 fueron rebajadas del 2,5% en abril de 2022 al 1,7% en octubre, y fueron ligeramente corregidas al alza en enero de 2023 hasta el 1,8%.
En este contexto, el Paraguay también se posiciona como el país con el mayor crecimiento económico de la región, luego de un año de recesión a causa de la sequía.
Destacan perspectivas de Paraguay
Las buenas perspectivas económicas para el Paraguay, con una proyección de crecimiento del 4,5% para el 2023 sustentada en una importante recuperación del sector agrícola y acompañada de los buenos desempeños de otros sectores como manufactura, electricidad y agua, y servicios, fueron destacadas por el ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, durante la reunión que mantuvo con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn.
Este encuentro tuvo lugar en la tarde del viernes pasado, en Panamá, en el marco de la Reunión de Asambleas de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Asambleas de Gobernadores de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII-BID Invest), según informó el Ministerio de Hacienda.
El secretario de Estado también enfatizó que el Gobierno continúa con su plan de convergencia fiscal y retornará de forma gradual a la meta de déficit fiscal del 1,5% del producto interno bruto (PIB) para el año 2024, manteniendo la inversión en proyectos públicos prioritarios y gastos sociales esenciales como salud, educación y protección social.
En lo referente al desarrollo del sector privado, el ministro Llamosas expresó que es clave movilizar recursos hacia iniciativas de este sector, al igual que los proyectos públicos, y espera que el BID continúe apoyando a Paraguay para fortalecer herramientas como las Alianzas Público-Privada.
Riesgos
El BID avizora que la desaceleración económica que la región podría vivir en 2023 despierta el grave espectro del deterioro de la pobreza y la desigualdad. “Muchas conquistas sociales que tanto ha costado lograr en la región en la primera década del siglo se han revertido. Es prioritario evitar más pérdidas y generar las condiciones para recuperarse y avanzar en dichas conquistas”, advierte el organismo.
La manera en que los mercados laborales respondan a las políticas implementadas a lo largo de 2022 para poner freno a la inflación puede dejar otras cicatrices que afecten los ajustes de los mercados laborales en el futuro, agrega.
Especifica que las políticas tienen que diseñarse teniendo en cuenta a las poblaciones más vulnerables e incluir políticas fiscales focalizadas para abordar sus necesidades ante los shocks monetarios y financieros. “Los mercados laborales en la región todavía tienen que aumentar sus niveles de formalidad para contribuir mejor a llenar los vacíos de desarrollo”, asevera.
“A pesar del aumento de los costos de financiamiento globales, los mercados de la región se han mostrado resilientes. El acceso al financiamiento global se ha mantenido abierto, aunque su costo ha aumentado considerablemente. A medida que la dolarización financiera se amplía en varios países, las autoridades deben desarrollar estrategias para contenerla con el fin de evitar la materialización de las vulnerabilidades de los balances y aumentar los riesgos financieros”, expresa el BID, respecto a los desafíos de la región.