ANÁLISIS
Como cada 27 de septiembre, hoy se conmemora el Día Mundial del Turismo, sector de la economía que ha sido uno de los más afectados por la pandemia del COVID-19 a nivel global.
En este contexto, las empresas de este segmento celebran con la esperanza de empezar a recuperar el tiempo perdido y volver a los niveles en que se encontraban hacia el 2019, antes de la expansión del virus.
Cifras proveídas por la Secretaría Nacional del Turismo (Senatur) dan cuenta de que para julio del 2021 se pudo detectar un crecimiento sostenido en la llegada de turistas internacionales al país, por tercer mes consecutivo.
En el séptimo mes del año, hubo un ingreso de 4.648 extranjeros, mientras que en junio solo ingresaron 4.283 y en mayo, 3.212.
De los 4.648 turistas que ingresaron al país, unos 1.948 (el 42,7%) fueron ciudadanos brasileños, mientras que el 16,4% fueron argentinos.
Con la apertura de las fronteras terrestres de la Argentina, se espera que el turismo receptivo comience a fluir nuevamente, ya que de este país ha llegado históricamente la mayor cantidad de extranjeros para actividades de distensión.
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Carlos Cardozo Penayo, presidente de la Asociación Paraguaya de Agencias de Viajes y Empresas de Turismo (Asatur), considera que ya existe cierta reapertura con respecto al turismo, especialmente para el turismo emisivo de paraguayos que van a otros países. Sin embargo, la recepción de extranjeros todavía está trabada y habrá que ver cómo reacciona el mercado con la apertura de Argentina.
“Estamos viendo una ligera reactivación del mercado, todavía no alcanzó los niveles que estábamos acostumbrados en la pre-pandemia. La vacunación masiva ayudó bastante, entonces todas esas personas están esperando para poder viajar. La palabra que yo usaría sería la esperanza al sentir esta pequeña reactivación, muchos viajes quedaron pendientes del 2020 y se van recuperando”.
Carlos Cardozo Penayo, presidente de Asatur.
Afirmó que en los últimos años, el sector del turismo en nuestro país ha avanzado bastante, con una mayor oferta de vuelos y el crecimiento de varios servicios relacionados con la recepción de extranjeros. Un ejemplo de esto son los vuelos al Caribe de la última década, así como una mayor oferta en materia de tarjetas de crédito y financiación de viajes.
En cuanto a la recepción de turistas extranjeros, refirió que también se ha notado una mejoría en los últimos años, y la estabilidad económica del país ha sido una determinante para esto.
Sin embargo, admitió que Paraguay sigue siendo un “misterio” dentro de América Latina, con mucha potencialidad para el turismo que se debe trabajar para poder explotarla.
“Esto depende de una sinergia entre el sector público y el sector privado, el privado se encarga de la atención en sí al turista, pero la otra pata fundamental es también el sector público en el sentido de ofrecer infraestructura, seguridad, y por eso el turismo en el país es un proceso que depende de varias cuestiones para que el turista venga y luego hable bien para que venga más gente”, puntualizó.
El empresario también habló del efecto derrame que tiene el turismo sobre otros segmentos de la economía, ya que interrelaciona con varios rubros como la gastronomía, la estadía, la movilidad, el ocio y otros más. De este modo, el dinero se expande bastante rápido, lo que hace que haya circulante constante de dinero que viene desde otros lugares.
Esperanza
Por su parte, Gustavo Díaz, miembro de Asatur y presidente de la empresa Servi Travel, coincidió en el análisis al afirmar que se ve con mucha esperanza al 2022, luego de lo duro que fue el golpe durante la parte más difícil de la pandemia. Refirió que el sector del turismo fue el sector más afectado por la pandemia y la mayor dificultad fue la falta de conectividad.
Explicó que la apertura de Estados Unidos, para lo que se denominó “turismo de vacunas”, significó una pequeña “primavera” para aliviar las cargas de un segmento económico que venía muy perjudicado. Sin embargo, las ventas luego volvieron a bajar y recién ahora han comenzado un tímido proceso de recuperación que esperan consolidar en el 2022.
“En este momento el turismo emisivo está en una etapa de empezar a planificar. En los últimos tiempos el paraguayo cambió su estilo de vacacionar, ahora se planifica más y lo hace con bastante antelación. Ya no solamente se hacen viajes en verano, sino en cualquier época del año. Ahora lo que está haciendo la gente es empezar a averiguar y consultar sobre paquetes para el año que viene”.
Gustavo Díaz, miembro de Asatur
Turismo receptivo
Con respecto al futuro del turismo receptivo, afirmó que la eliminación del cobro de visas para ciudadanos estadounidenses, canadienses, australianos y neozelandeses es un hito importante para el futuro que podrá impactar de manera positiva en el mercado paraguayo. Sin embargo, expresó que esto no es suficiente y que se necesita más inversión pública en infraestructura para poder vender el país.
“De hecho que tenemos muchas expectativas con el tema de la eliminación del cobro de visas, justamente desde el sector turismo hemos hecho bastante lobby al Congreso porque eso es una limitante. Nosotros no somos muy visibles, no es fácil vender Paraguay, entonces un operador mayorista quiere vender nuestro país, pero es una traba y eso complica demasiado”, puntualizó.
Dijo que todavía hay mucho trabajo por hacer desde el márketing para que Paraguay pueda ser un producto mucho más “apetecible” para los turistas extranjeros, ya que el país cuenta con una gran potencialidad para ese efecto. Dijo que la naturaleza del país puede proyectarse como un producto turístico, pero hace falta una estructuración.
Apuntó que si bien se ha mejorado en los últimos años, especialmente por la estabilidad económica que se ha logrado en los últimos años, falta un trabajo mucho más profesionalizado para poder generar condiciones reales que apunten a la venta masiva de paquetes. Agregó que esa es la tendencia, pero hace falta hacer conocer el producto.
En este sentido, consideró que las condiciones de las rutas y la inseguridad que se vive en muchas zonas del país son un problema estructural que todavía no se ha podido solucionar.
“El Estado tiene que apostar a dotar al país de infraestructura para que podamos desarrollar un turismo sostenible, porque si no hay caminos, vías y educación vial, será siempre muy difícil”, puntualizó.
En cuanto a la capacidad hotelera y de camas, recordó que se ha crecido bastante en la última década, especialmente en las ciudades más grandes como Asunción, Ciudad del Este y Encarnación, a la que consideró como una “joya” a la que se debe poner especial atención para potenciar el turismo. No obstante, también se ha crecido en materia de hospedajes rurales, que también han tomado popularidad.
El empresario del turismo concluyó diciendo que la esperanza está apostada para el 2022, pero que es probable que recién hacia el 2023 se pueda generar una recuperación plena y llegar a los niveles de movimiento económico que había antes de la pandemia.