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22 de noviembre de 2024

«El resultado del PIB podría oscilar entre -0,8% y 0,2% para 2022»

La sequía y el incremento de contagios de COVID-19 en el arranque del año desalentaron las perspectivas económicas. Desde el sector empresarial se espera, en el mejor de los casos, apenas un ínfimo crecimiento.

Patricia Toyotoshi, presidenta de la CAP, comparte una actualización de las expectativas que manejan en el gremio, así como sus apreciaciones sobre el mercado laboral y las políticas fiscales.

Las estimaciones para la variación que pueda tener este año el producto interno bruto (PIB) paraguayo se van corrigiendo. En los distintos comentarios y ámbitos de discusión, analistas locales enfocan su atención en la incertidumbre generada por dos factores que son cruciales: por un lado, la sequía del campo, y por otro, la expansión de la variante Ómicron en el arranque del año. 

En esta entrevista, Patricia Toyotoshi, presidenta de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), comenta su perspectiva sobre la economía para el 2022, haciendo referencia a las amenazas que llegaron de manera desprevenida. Por este motivo, ya reconoce que este año se puede volver a producir una contracción económica -similar a las que se observaron en 2019 y 2020- o, en el mejor de los casos, un ínfimo crecimiento.

Por otra parte, relata la manera en que la pandemia generó una serie de cambios y necesidades de adaptación en diversos ámbitos de la vida, y uno de ellos fue el entorno laboral. El teletrabajo se impuso como una herramienta válida en muchos casos, de modo a mantener empleos que pudieran realizarse no necesariamente de manera presencial, pero surge la pregunta de si esta modalidad se podrá extender más allá de la vigencia de la emergencia sanitaria. 

No obstante, recuerda que seguimos teniendo un déficit importante en la conectividad, lo que deberá ser resuelto para que el teletrabajo pueda ser realmente bien aprovechado. 

.– ¿Cómo ven las expectativas de crecimiento económico para el año, como gremio empresarial?

Teníamos buenas expectativas para este año, la recuperación económica venía consolidándose prácticamente en todos los sectores hacia el último trimestre del año pasado, con la excepción de la venta de supermercados, la cual se veía impactada seriamente por el contrabando.

Lastimosamente comenzamos el año con un brote acelerado de la nueva variante Ómicron. La nueva variante, aunque menos peligrosa que las anteriores, conlleva un impacto económico y laboral importante en algunos sectores, debido al alto nivel de contagio y la necesidad de aislamiento. 

Los sectores comerciales y de servicios resienten el avance de la variante. Los organismos internacionales han cambiado sus proyecciones alertando que desacelera el crecimiento de la economía mundial al 4,4% y, en Paraguay, sucedería algo similar, con los altos niveles de ausentismo sumada la sequía.

A su vez, los efectos de la sequía tendrían un impacto, dado que la economía paraguaya es de clima dependiente, por su base agroindustrial. Las pérdidas del sector agrícola podían alcanzar el 60% de la cosecha, con la consecuente disminución en el PIB Agrícola, lo que a su vez significaría un resultado del PIB total a un nivel que podría oscilar entre -0,8% y 0,2% para 2022. De esta manera, se observa la incidencia de la agricultura, específicamente de la soja, en el desempeño macroeconómico del país.

Además, se espera que las pérdidas productivas impacten en otros segmentos: fertilizantes, agroquímicos, maquinarias y combustible. Además de ello, los servicios relacionados al sector también se verían afectados, como el transporte de carga, tanto terrestre como fluvial, el comercio, la manufactura, la actividad intermediadora, entre otras.

– ¿En qué medida pueden impactar este año la sequía del campo y los contagios de COVID que repuntaron?

Las perspectivas no son alentadoras, por la relevancia que tiene la producción de soja en la economía nacional. Los impactos macroeconómicos serán importantes en el crecimiento del PIB, en el ingreso de divisas al país y en los ingresos tributarios.

Este año tendremos una menor actividad, pero un buen clima y buenos precios de la soja para el próximo año provocarán un rebote, como en ocasiones anteriores, y la economía seguirá creciendo con estos vaivenes en los siguientes años.

Manuel Ferreira, asesor económico de la CAP, plantea diferentes escenarios que toman en consideración no solo las variables agrícolas, sino también otras actividades afectadas por la sequía, como lo son la generación eléctrica y la ganadería.

Así, el escenario base contempla una caída en la cosecha de soja del 60%, acompañada de un crecimiento de 10% en los cultivos de maíz y de 5% para el trigo. A la vez, para la actividad de ganadería se estima una caída del 5%, dado el importante nivel de faena registrado durante el 2021. También se asume que la generación de energía podría incrementarse un 10%. Bajo estas premisas, el crecimiento de la economía alcanzaría un 0,2%.

Por su parte, el escenario negativo contempla los mismos supuestos para el agro y la ganadería, y un estancamiento para la generación eléctrica (tasa de variación interanual de 0,0%). En este contexto, la caída del PIB real sería del 0,8%.   

Un punto importante que hay que recalcar es que la recuperación del sector servicios es fundamental para aminorar el impacto negativo del sector agrícola. En este sentido, es importante recalcar la importancia de la campaña de vacunación y la aplicación de las dosis de refuerzo. Si bien la vacuna no impide el contagio, disminuye el impacto de la carga viral y permite una recuperación más rápida.

La variante Ómicron se caracteriza por el alto contagio, lo cual genera un importante ausentismo laboral. En sectores de alto contacto, como el de servicios, es importante reforzar la vacunación y los protocolos sanitarios, para evitar retrocesos en la recuperación. 

– ¿Cómo evalúan la nueva modalidad de teletrabajo que surgió desde la pandemia? ¿Podría continuar así más allá del virus?

El teletrabajo ha permitido seguir operando y garantizar la salud y la seguridad a muchas empresas. Se va a seguir utilizando, por las ventajas que representa. La tecnología permite hacer cosas y presenta oportunidades para aprovechar los cambios en la organización del trabajo, a fin de diseñar nuevos planes de empleo y modelos de gestión.

Algunos estudios muestran que el teletrabajo, en circunstancias normales, genera una serie de beneficios, como un horario más flexible, la reducción del tiempo de desplazamiento, la posibilidad de que los trabajadores se centren en sus tareas sin las distracciones que se generan en el espacio de trabajo y una oportunidad para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y profesional.

El teletrabajo permitió salvar cientos de empleos en Paraguay. No obstante, otros miles se perdieron por la imposibilidad de adoptar esta modalidad de trabajo.

De hecho, cabe resaltar que el sector servicios, al tercer trimestre de 2021, empleó al 63,1% de la población ocupada y, además, concentra el 49% del PIB, incluye numerosas actividades que requieren la presencia física. Por tanto, el teletrabajo continuará; pero, en Paraguay, dada la estructura económica, son pocos los sectores que se han beneficiado de dicha forma de trabajo.   

En síntesis, en un país como Paraguay, con condiciones laborales precarias, el trabajo a distancia evidenció la necesidad de idear estrategias que permitan mejorar la estructura de conectividad del país, que permita el acceso a una computadora y una conexión a internet a la población, de forma que puedan acumular capital humano y cumplir con sus tareas profesionales.

– ¿Cómo evalúan la oferta de mano de obra en el país en cuanto a la calidad y el profesionalismo, actualmente?

La mano de obra en nuestro país representa una oportunidad por el bono demográfico.

Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares Continua, el promedio de años de estudio de la población ocupada, al tercer trimestre de 2021, es de 10,1 años. Destaca el empleado/obrero público como el que posee mayor cantidad de años de estudio (14,4) y el trabajador por cuenta propia, como el que tiene menos años (8,4).   

Por tanto, los jóvenes necesitan capacitarse y desarrollar sus habilidades para el primer empleo. Para ello, es importante establecer alianzas público-privado para seguir impulsando y fortaleciendo el talento paraguayo

Un tema relevante con la pandemia ha sido la pérdida de clases presenciales, que, de acuerdo con estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), limita el aprendizaje, particularmente de la población más vulnerable.

En efecto, para el BID, cuando se deja de ir a la escuela, no solo se pierde la continuidad del aprendizaje, sino también la posibilidad de adquirir el conocimiento programado en el periodo. Lo anterior retrasa la acumulación del capital humano y los retornos de esa inversión.

En Paraguay, las cifras del Instituto Nacional de Estadística muestran que el ingreso promedio de la población ocupada, en 2020, fue de Gs. 1,9 millones. En otras palabras, a menor escolaridad, menor rendimiento de la inversión (remuneración).       

– ¿Consideran que el gobierno podrá lograr la convergencia hacia la regla fiscal en el presupuesto, este año, teniendo en cuenta que estamos cerca de elecciones?

Se debería priorizar la inversión en infraestructura y tecnología para ampliar y mejorar los servicios a la ciudadanía. Eso implica menos gastos en salarios, apuntar a volver lo antes posible al tope del déficit fiscal, establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Paraguay tiene muchas condiciones para crecer: una moneda estable, un sistema tributario simple, tierra fértil, abundante energía y agua dulce, y una población joven.

Necesitamos de una economía formal, estable y predecible para seguir invirtiendo y contribuyendo al desarrollo de nuestro país.

Particularmente, la convergencia fiscal no está planteada para este año, sería durante el año 2024 que el déficit fiscal convergerá al establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal (1,5% del PIB).

Sin embargo, es importante señalar que el Ministerio de Hacienda está realizando importantes avances para la consolidación fiscal. Si bien para el año 2021 se había establecido en el Presupuesto General de la Nación un déficit del 4% del PIB, el mismo finalizó en 3,6% del PIB.

Además, se observaron importantes avances en la contención de la partida de remuneraciones, que se lleva la mayor parte de los ingresos tributarios.

El Ministerio de Hacienda tiene numerosos desafíos por delante, entre ellos, el avance hacia la convergencia de la regla fiscal y atacar la situación de la Caja Fiscal, que potencialmente, en el mediano plazo, su déficit va a ser insostenible.    

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