Desde hace décadas, las mujeres luchan constantemente contra barreras que permean su esfera de acción privada y pública y limitan el logro de su pleno potencial, quedando rezagadas en términos de participación dentro del mercado laboral o con trabajos no bien remunerados tan solo por su condición de ser mujer.
Según el informe “Cerrando Brechas de Género en el Cono Sur”, presentado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tan solo en el 2019 en Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile la tasa promedio de empleo femenino fue del 49%, es decir, 21 puntos porcentuales por debajo de la de los hombres, mientras que en Estados Unidos esta brecha es de 11 puntos porcentuales.
Así también, dicho documento detalla que las brechas de género en el acceso a los servicios públicos, la acumulación de capital humano y el mercado laboral limitan la productividad general y el crecimiento económico de un país.
Se estima que la eliminacion de barreras ocupacionales que enfrentan las mujeres en relación a los hombres, como la discriminación salarial, las brechas de acumulación de capital humano y los efectos de normas sociales sesgadas en desmedro de la mujer, generaría ganancias agregadas considerables en los países del Cono Sur que van de 4% a más de 15% del Producto Interno Bruto (PIB), dependiendo del país.
Asimismo, el informe destaca la importancia de políticas que promuevan la participación de las mujeres en el mercado laboral y el acceso a ocupaciones de alta calificación, así como la urgencia de abordar tempranamente las brechas de acumulación de capital humano.
La desigualdad de género en Paraguay
El país no es ajeno a esta situación, ya que con la llegada de la pandemia del COVID-19 se pudo dejar en evidencia aún más esta brecha de género. De acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), unas 156.310 mujeres, alrededor de un 49%, se quedaron sin trabajo durante la cuarentena, siendo estas de las más afectadas en cuanto al desempleo.
Sobre este punto, la doctora en Economía y Ciencias Sociales, experta en investigación sobre pobreza, desigualdades y género, Veronica Serafini, señaló que la crisis económica y la emergencia sanitaria han impactado más severamente en mujeres que en hombres, lo que ha provocado el retroceso en algunos avances hacia la paridad conseguidos antes de la pandemia, principalmente en los ámbitos laboral y doméstico.
Destacó que si bien la tasa de empleo de las mujeres se fue recuperando, se siguen observando problemas. Los ingresos se habían recuperado a finales del 2021, pero en términos reales ya había perdido capacidad adquisitiva debido a la inflación.
“No deberíamos conformarnos con que el empleo se recupere a los niveles previos a la pandemia. Antes de la pandemia, las mujeres tenían problemas para garantizar su autonomía económica y la capacidad para mantener dignamente a su familia. Trabajaban en condiciones informales y precarias, sin seguridad social e ingresos bajos. Todo esto, a pesar de que son jefas del 40% de los hogares”.
Verónica Serafini, economista
El obstáculo de la brecha en el crecimiento económico
En cuanto al impacto de esta desigualdad en el desarrollo del país, la experta manifestó que las brechas de género obstaculizan el pleno crecimiento del país. Asimismo, Serafini indicó que “no se puede hablar de desarrollo si las mujeres no tienen oportunidades económicas, autonomía económica y bienestar”.
Resaltó que aunque las mujeres tengan la misma experiencia que los hombres, al igual que el mismo nivel educativo e igual responsabilidad, en la mayoría de los casos estas no cuentan con las mismas oportunidades laborales o no son bien remuneradas.
“Casi la mitad de las mujeres no tiene oportunidades económicas y otra parte importante trabaja en el mercado pero menos horas de las que quisiera. Las pérdidas para el crecimiento económico son importantes ¿Cuánto aumentaría el PIB si las mujeres pudieran trabajar las horas que quisieran y si no hubiera diferencias en sus ingresos?”, comentó.
Paraguay está siempre, en cualquier indicador, entre los 7 países peor posicionados, solo después de los países centroamericanos.
Las mujeres paraguayas, igual que en el resto de América Latina, producen de manera invisible. En Paraguay, el trabajo femenino no remunerado equivale al 17,2% del PIB, cercano al total del PIB industrial y comercial.
Principales desafíos de Paraguay ante esta brecha
La economista comentó que uno de los principales puntos que debe mejorar el país es que la sociedad y las políticas públicas reconozcan que existen estas desigualdades dentro de la nación, para poder avanzar de forma conjunta hacia el desarrollo.
“Nos llenamos la boca (hablando) de las ´gloriosas mujeres paraguayas´ y no asumimos que las mujeres siempre están por detrás en los indicadores. Y las desigualdades se reducen solo con políticas públicas”, advirtió Serafini.
Además, dejó en claro que el mercado no reduce las desigualdades, al contrario, se beneficia cuando hay tantas mujeres que aceptan salarios menores por necesidad de contar con un ingreso y que muchas veces las empresas se benefician con esta penuria.
Serafini manifestó que para cambiar este escenario a uno más fructífero para todas y todos, en primer lugar se debe contar con políticas de cuidados, ya que en la actualidad las mujeres trabajan más horas semanales que los hombres, pero la mayoría no son remuneradas, como es el caso de las tareas domésticas.
“Las mujeres trabajan casi tres veces más de horas en trabajo no remunerado y eso les impide ingresar al mercado laboral en condiciones de igualdad”, explicó.
Señaló que en el caso de las mujeres jóvenes, existen cerca de 200.000 que no estudian ni pueden trabajar en el mercado. De ellas, el 80% son mujeres que están realizando labores no remuneradas de tiempo completo en sus hogares, como es cuidar a niños, adultos mayores o en limpieza.
“Hay además mujeres que trabajan gratis. Son las llamadas trabajadoras familiares no remuneradas. Trabajan en los emprendimientos familiares sin tener salario”, manifestó Serafini.
En segundo lugar, manifestó que se requieren políticas laborales, que garanticen el cumplimiento de estas legislaciones que protejan a los trabajadores.
“Como la impunidad es tan alta en el país, sale gratis no pagar el salario mínimo ni otorgar seguridad social”, resaltó Serafini.
Igualmente, sostuvo que se debe impulsar la intermediación laboral, ayudar a que las personas encuentren trabajo sin gastar tanto dinero, como ocurre al imprimir o fotocopiar el currículum vitae o el pago del pasaje para ir a dejar la hoja de vida a la empresa.
En tercer lugar, señaló que es fundamental fortalecer la capacitación laboral de forma constante, ya que el mundo cambia de forma muy rápida y dinámicamente.
Por estos motivos, Serafini menciona que es primordial que el SNPP, SINAFOCAL y la extensión agropecuaria deben entregar servicios de buena calidad. Así también, el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) debe apoyar a las Medianas y Pequeñas Empresas (Mipymes), ya que es aquí donde mayor empleo se genera.
“La seguridad social debe transformarse para incluir a todas las trabajadoras, incluyendo a las llamadas ´amas de casa´, que trabajan y producen pero de manera invisible, y eso hace que ellas dependan toda su vida de alguna otra persona”, señaló por último Serafini.