A comienzos de este año, la cotización del dólar había alcanzado niveles históricos, superando los picos máximos que se habían dado a principios de los 2000, según los registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
En enero, el dólar llegó a costar casi G. 7.500, puesto que el 11 de ese mes alcanzó un pico de G. 7.486, que hasta el momento sigue siendo el nivel más elevado, siempre teniendo como referencia a los precios promedio del BCP.
El tipo de cambio había cerrado el 2022 en G. 7.345, luego de que en ese año se haya registrado un déficit comercial de más de USD 1.000 millones, el saldo negativo más grande en treinta años; esto, sumado a la fuerte política monetaria contractiva de Estados Unidos.
A pesar de ello, teniendo como comparación al cierre del 2022 y los datos actuales de la cotización de la divisa americana, se observa una variación de -1,06% al utilizar el tipo de cambio actual de G. 7.267.
Dicha variación a la baja que registró el tipo de cambio estaría vinculada con los ingresos de divisas por las exportaciones de granos, que lograron disipar los picos de volatilidad y estabilizó al dólar en un umbral por debajo de los G. 7.300, que estuvo alineado con las proyecciones iniciales de la banca matriz.
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Sin embargo, el impacto de este fuerte ingreso de dólares no se ha reflejado en una reducción significativa de la cotización, puesto que aún persiste un valor que sigue siendo muy superior a lo que se observó un año atrás, cuando se ubicaba en torno a los G. 6.850 y G. 6.900.
Por ello, es importante señalar que la última vez que el BCP efectuó ventas de dólares al mercado cambiario fue el 22 de mayo, por un valor de USD 3 millones, mostrándose así ausente en casi dos meses.
Al tener en cuenta los datos acumulados de las intervenciones o ventas de enero a junio, el valor total asciende a USD 477,9 millones, monto que representa un 33% menos en comparación con el cierre del primer semestre del año pasado, cuando habían sumado USD 708,2 millones.
En el segundo semestre del año pasado, el BCP había adoptado una postura mucho más pasiva en cuanto a las intervenciones y dejó el camino abierto para que la cotización alcanzara los mencionados picos históricos.
Según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), el guaraní se debilitó en el último trimestre de 2022 antes de repuntar a comienzos de 2023, debido al todavía moderado ingreso por exportaciones y altas importaciones de bienes y servicios que se registraban en ese entonces.
Asimismo, el multilateral indicó que el BCP mantuvo su compromiso con el tipo de cambio flexible y permitió un debilitamiento temporal del tipo de cambio, antes de incrementar las ventas de divisas a comienzos de 2023 para amortiguar la excesiva volatilidad a corto plazo, llevando a cabo ventas de divisas netas por aproximadamente USD 150 millones. El personal del FMI considera que esto fue adecuado, dada la presencia de mercados cambiarios poco profundos en Paraguay.
Miguel Mora, economista jefe del Banco Central, explicó que la balanza comercial acumulada en el primer semestre del presente año es positiva; pero si se analiza de manera mensual, se pueden observar saldos negativos en algunos meses, como por ejemplo en junio, que registró un déficit de USD 54 millones.
Mora afirmó que lo que se ha visto en gran parte de la primera mitad del 2023 es una estabilidad en la cotización del dólar y precisó que se debe tener presente que los ingresos de divisas que se están dando generan un impacto en la cuenta corriente y también por la cuenta de capital y financiera, según los datos preliminares.
Pero a su vez, se han registrado salidas de divisas por diversos motivos: en primer lugar, debido a un posicionamiento en activos externos por parte de agentes económicos y, por otro lado, por el cumplimiento de pagos de deudas en el exterior, agregó el funcionario.
“Lo que hemos visto, según los datos preliminares que tenemos, es que así como había una entrada por la cuenta corriente y por la cuenta de capital y financiera, hay una salida también de capital, principalmente un posicionamiento de activos externos, fuera del país, principalmente por parte del sistema financiero y también algunos algunos pasivos que se habían contraído en el año anterior, por las pasivos que se están pagando”, argumentó.
“Entonces, hay un superávit en la balanza comercial, pero también hay movimiento de aumentos de activos fuera del país y reducción de pasivos con el exterior, que en alguna forma también tiene sus efectos en la cotización del dólar”, explicó Miguel Mora.
Cabe resaltar que los bancos completan su fondo de liquidez a través de préstamos del exterior, lo que representa más del 4% del total; esto, con el objetivo de satisfacer la demanda de préstamos de largo plazo, en vista de que el gran volumen de los depósitos son de corto plazo.
Para el economista Wildo Gonzalez, es difícil pensar en un balance, ya que este año el tipo de cambio nominal ha estado comportándose de acuerdo a la estacionalidad tradicional, fuertemente influida por la estacionalidad de nuestro comercio exterior.
Gonzalez afirmó que empezamos en enero de este año con un tipo de cambio promedio de G. 7.373, que fue reduciéndose acorde al comportamiento del comercio exterior, para estacionarse durante los meses de marzo y abril en torno a los G. 7.180 y posteriormente ir aumentando lentamente hacia los G. 7.250 de promedio en el mes de junio.
“Se puede observar que el tipo de cambio se ha comportado acorde a la estacionalidad esperada, por lo que podríamos pensar que sus movimientos estuvieron acorde a lo esperado”, manifestó Wildo Gonzalez.
Sin embargo, señaló que a pesar de toda la tensión en los mercados financieros norteamericanos por el límite de la deuda y por las expectativas de las acciones de la Reserva Federal (FED), no tuvimos shocks externos particularmente significativos que afecten al tipo de cambio nominal.
Sobre la ausencia del BCP en el mercado cambiario, González considera que la no intervención en magnitudes importantes del Banco Central se debe a que no existieron shocks externos ni internos muy intensos que justifiquen una acción continua en el mercado cambiario.
Por el lado externo, describió que el tipo de cambio responde a los movimientos del precio de la soja, nuestro principal producto de exportación; al petróleo, que representa una parte importante de nuestras importaciones; y la inflación relativa con nuestros principales socios comerciales.
Por el lado interno, esta depende del estado tanto de la política monetaria como de la política fiscal, y del nivel en que se encuentra el tipo de cambio real con respecto a sus fundamentos.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que se vuelva a tener cotizaciones como las del año pasado, en torno a los G. 6.850 y G. 6.900, considera poco probable que el tipo de cambio vuelva a esos niveles.
De hecho, considerando los fundamentales ligados al sector externo, tanto el precio de la soja, del petróleo y la inflación relativa, González ve como altamente probable que se cierre el 2023 con un tipo de cambio en alrededor de G. 7.400 y mirando el escenario de largo plazo, para diciembre del 2024, dice que es altamente probable un tipo de cambio inclusive mayor; esto, sustentado en un importante diferencial de tasas de interés, con la FED manteniendo su tasa en los niveles actuales, y nosotros con un BCP convergiendo a una tasa de política monetaria en torno a niveles neutrales, junto con una probable disminución del precio de la soja (según los futuros).
Por su parte, el economista Gustavo Rivas explicó que el tipo de cambio en la actualidad presenta dos tipos de presiones. En primer lugar, se tiene en cuenta que la demanda día a día es mayor a la oferta, por más de que se tenga una balanza comercial positiva de más de USD 1.000 millones.
En segundo lugar, afirmó que la tasa de interés de referencia de Estados Unidos, hace que los agentes económicos tengan mayor preferencia hacia la moneda extranjera ya sea en instrumentos financieros a nivel local así como en mercados externos.
En lo que va del año, Rivas precisó que el guaraní en relación con el dólar lleva una depreciación de 6,25% en doce meses, que posee una cotización piso de G. 7.100 y un techo de G. 7.250 y G. 7.350.
Demanda local de dólares
Los datos del boletín estadístico del BCP reportan que los créditos en dólares en la actualidad suman unos USD 7.900 millones al cierre del mes de mayo, monto que representa un 6% más que lo observado en el mismo mes pero del año pasado, lo que demuestra que la demanda de esta divisa se mantiene en crecimiento.