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8 de mayo de 2024

¿Cómo acompaña nuestro riesgo país a la evolución de la pandemia y su efecto en los mercados?

Cuando el COVID-19 empezó a acaparar la atención mundial, la percepción de riesgo de todas las economías se disparó, debido a la gran incertidumbre que provenía de la crisis sanitaria.

El panorama mejoró con el paso del tiempo y el avance de la vacunación, pero ingresan nuevos elementos como la expectativa ante el cambio de la política monetaria de Estados Unidos.

Estos factores internacionales, más los eventos locales, condicionan la mirada de los inversores a la hora de optar por Paraguay. Analizamos estas perspectivas, respecto a lo que también ocurre en la región.

ANÁLISIS

El Índice de Bonos de Mercados Emergentes (o Emerging Markets Bonds Index-EMBI) es uno de los indicadores que muestran con gran precisión la manera en que la pandemia de COVID-19 afectó a las economías y al terreno de las inversiones, mediante la percepción de riesgo que revela respecto a los diversos países que tienen participación en los mercados internacionales.

En el caso de Paraguay, se observa claramente cómo la irrupción del virus elevó al riesgo país a un nivel casi dos veces superior al que se tenía previamente.

En el cálculo del EMBI de JP Morgan, el riesgo de invertir en Paraguay se encontraba en 253 puntos en febrero del 2020 y pasó a 429 en el mes siguiente, cuando el coronavirus acaparó la atención mundial e impuso estrictos confinamientos a lo largo de los países.

Aun con este incremento en el riego país, continuamos por debajo del nivel promedio que se asignó a América Latina, pues el EMBI de la región pasó de 428 a 703 entre febrero y marzo del año pasado, según el recuento que publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe-Cepal en un reciente informe sobre flujo de capitales.  

En el transcurso de la pandemia, nuestro país no volvió al nivel de riesgo que exhibió en el primer mes pandémico, pues el mencionado índice siguió retrocediendo hasta un mínimo de 213 en diciembre del 2020, siempre según el análisis de JP Morgan recogido por Cepal.

El EMBI de América Latina, a su vez, cerró el 2020 en un nivel de 386. Por su parte, el índice EMBI global pasó de 354 a 577 entre febrero y marzo, para también disminuir hasta un nivel de 323 en diciembre de ese año.

Este mejoramiento en las percepciones de riesgo se dio en un contexto de menor incertidumbre que ya se vive en los mercados, pues la vacunación contra el COVID-19 y la flexibilización de las restricciones a la actividad social trajeron una mayor calma.

¿Qué tan riesgosos estamos siendo en el 2021?

Con la entrada del 2021, sin embargo, el EMBI de Paraguay volvió a subir en ciertas ocasiones. El punto más elevado fue de 245, que se dio el 9 de marzo, y cerró el primer cuatrimestre en 224, de acuerdo con el Índice de Bonos que a su vez difunde el Ministerio de Hacienda.

Este incremento en la percepción de riesgo coincide con el empeoramiento de la pandemia que padecemos este año, con una segunda ola de contagios mucho más masiva y letal.

La evolución de nuestro riesgo país continuó con una reducción a 216 para el cierre de mayo y concluye el primer semestre en 215 puntos.

Continuamos así por debajo del promedio de riesgo que se asigna a América Latina, que es de 377 puntos al 28 de junio. Junto con Uruguay (128), somos de los países menos riesgosos para invertir en la región.  

Ana Osorio, directora de Política de Endeudamiento de Hacienda, explicó que el cálculo del EMBI incluye a cuestiones políticas, económicas, sociales, de relaciones exteriores y balanza de pagos, en un conjunto de parámetros macroeconómicos y microeconómicos que arroja el número que mide la globalidad de la imagen de un país.

Reconoció que los elementos que pueden impulsar al alza el riesgo de los países se relacionan ahora con la expectativa de cambio de la política monetaria de Estados Unidos. La perspectiva es de aumento de tasas de interés de la Reserva Federal (FED) en los próximos años, en un escenario de recuperación económica y mayor inflación que están viviendo en la primera potencia mundial.

Lea también: Se adelanta la perspectiva de suba de tasas en EEUU, ante mayor crecimiento económico y fuerte consumo

“¿Qué hay detrás de estos aumentos? Son las políticas que establezca Estados Unidos. Por ejemplo, el oro cayó, los metales preciosos se depreciaron, porque los inversores están totalmente pendientes de lo que dice la Reserva Federal y por las perspectivas de inflación. Como están en proceso de recuperación de pandemia, especulan y hacen que los rendimientos aumenten; por lo tanto, los riesgos también aumentan”, expresó Osorio, en conversación con MarketData.

Agregó que la tasa del país está sujeta a un spread del Tesoro americano: la tasa a la cual Paraguay está presente en los mercados internacionales es la tasa del U.S. Treasury más el riesgo país. “Si la tasa del Tesoro aumenta, ese riesgo irá aumentando porque hay una cierta vinculación con los bonos del Tesoro, todos los países tienen esa vinculación con los bonos del Tesoro”, acotó.

El movimiento de los EMBI está así fuertemente vinculado hoy en día con la especulación que tienen los inversionistas por la Reserva Federal y las perspectivas de inflación, según comentó la funcionaria de Hacienda.

Relató que en estos últimos días se está produciendo un aumento en el EMBI, sujeto a las expectativas que tiene el inversionista sobre lo que va a establecer la Reserva Federal y la inflación, que va a determinar la política monetaria de Estados Unidos.

“Los inversionistas son muy susceptibles a lo que dice Estados Unidos: si la Reserva Federal dice que va a aumentar su tasa de política monetaria, estos riesgos suben, automáticamente crea algo en el mercado y golpea a todos los países”.

Ana Osorio, directora de Política de Endeudamiento del Ministerio de Hacienda.

Reiteró que, en Paraguay, el efecto del crecimiento del riesgo es “mucho menor” que en el promedio de Latinoamérica. “Si el inversor tiene que elegir en dónde va a invertir, Argentina y El Salvador no van a ser candidatos, porque ven el riesgo que tienen y van a buscar países con bajo riesgo de inversión, como Paraguay o Uruguay”, asevera.

Perspectivas para la calificación de Paraguay

Tras la visita que efectuaron semanas atrás las calificadoras de riesgo, Osorio informó que estas observan una perspectiva estable y positiva para el perfil de nuestro país. Destacó que mientras redujeron la calificación de Colombia y dejó de ser país de grado de inversión, Paraguay sigue a un paso de alcanzar este estatus y dejar de pertenecer al grupo de economías especulativas.

“Esto significa que las políticas están avanzando, las racionalizaciones del gasto, las contenciones, las políticas para reactivación económica. Por más de que hoy parece que no estamos arrancando al 100% económicamente, son parámetros que están haciendo que la economía se vaya moviendo de a poco. Lo primero que hay que hacer es avanzar con esta política para contener la estabilidad que estamos teniendo”, expresó.

“En comparación con el 2019, el proceso de recuperación (económica) es lento, pero está dando señales positivas. Esperemos que el cierre de año sea positivo en todos los parámetros, mejor que 2020, pero sí trabajando a fortalecer ya en el año 2022”, añadió.

¿Qué se espera para la evolución de los EMBI?

El impacto de la pandemia definitivamente afecta a los EMBI y genera el mismo comportamiento en el nivel de riesgo todos los países, la diferencia está en la capacidad de resiliencia a estos cambios, continuó explicando Ana Osorio.

“Llega un momento en que todos los países aumentan su EMBI, porque hay una inestabilidad económica internacional que puede darse por muchos factores. Los entendidos dicen que no estamos en el post-COVID, sino en la segunda parte recién de la pandemia”, manifestó.

Aseguró que el nivel de fluctuación en algunos países, como en Paraguay, es menor que en otros porque se cuenta con una política económica y fiscal que las mismas calificadoras de riesgo están destacando, “que hace que estos efectos negativos no hagan que bailotee el riesgo país del EMBI”.

Los EMBI son indicadores de bonos de mercados emergentes y muestran el nivel de riesgo que tiene cada país, parámetro que los inversionistas tienen en cuenta para analizar la capacidad de pago que tienen los emisores, si es recomendable o no invertir en ellos.

“Tiene influencia de cómo nos golpean las cuestiones internacionales, tiene que ver con cuestiones internas, políticas y económicas, del país; también las relaciones comerciales que tiene el país alrededor del mundo. Son varios parámetros, pero sí está sujeto al comportamiento de la recuperación de la pandemia”, concluyó la directora de Política de Endeudamiento.

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