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17 de mayo de 2024

Estudiar, emprender o trabajar: El dilema de los jóvenes en Paraguay

Forjarse un mejor futuro o tener con qué sustentar los gastos diarios son las situaciones por las que deben optar los jóvenes de nuestro país, muchas veces excluyendo una a la otra, al no contar con un respaldo sólido para poder entregarse netamente al estudio.

En Paraguay, la población joven -entre 15 y 29 años- asciende a 2 millones de personas, de las cuales tan solo la mitad está estudiando, según el INE. De acuerdo a los estudiantes, muchos deciden abrir algún tipo de emprendimiento para poder sustentar sus gastos.

Históricamente, la inserción de la población más joven en el mercado laboral ha sido más difícil, a nivel mundial e incluso entre los mejores calificados. En un escenario pandémico, agravado por la crisis sanitaria y económica, esta dificultad fue elevada a la enésima potencia.

Además, las oportunidades de empleo se han reducido drásticamente como consecuencia de la crisis actual, aumentando la tercerización y la informalidad. Muchos de los jóvenes se sienten frustrados por no encontrar un puesto de trabajo que les permita estudiar, por lo que ven al emprendimiento como una vía de escape.

De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el tercer trimestre del 2022, la tasa de informalidad alcanzó un 64,2%, un total de 1.805.425 personas, significando una cifra superior en 0,5 puntos porcentuales al mismo periodo del 2021.

Asimismo, la institución detalla que en el grupo de jóvenes de 15 a 19 años de edad se presenta el mayor nivel de ocupación informal en el país, pues esta situación afecta a más del 90% de la población ocupada en ese grupo etario. Cabe mencionar que esta es la etapa en que por lo general se accede al primer empleo.

Así también, según los datos del Instituto, se estima que el 27% de la población total del Paraguay es joven, ya que 2 millones de personas, de las 7,3 millones de habitantes del territorio nacional, tienen entre 15 y 29 años.

Con un país que cuenta con una gran cantidad de población joven, se pensaría que existen miles de puestos de trabajos que ayuden al crecimiento de este grupo etario o un Gobierno que vele por los derechos de los jóvenes para que estos puedan seguir capacitándose de forma segura, tranquila y con una vida digna.

Sin embargo, de acuerdo con los números del INE, apenas poco más de la mitad de la población de jóvenes estudia, es decir, que el 50,8% del total asiste a una institución de enseñanza formal o superior. 

Estas personas que se encuentran estudiando en gran mayoría tienen que realizar algún tipo de actividad laboral para costear sus gastos, ya sea de la facultad, como también personal.

En este sentido, Eduardo Esquivel, estudiante de la Carrera  de Economía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), manifestó que existe mucha incertidumbre dentro del mercado laboral en el país, como también se ven enfrentados a la alta tasa de informalidad.

Además, sostuvo que, debido a este dilema existente entre trabajar para poder sobrevivir o estudiar para poder tener un futuro más estable, es que muchos jóvenes se ven ofuscados y decaídos en la actualidad.

“En la calle vemos la cantidad de jóvenes que se encuentran trabajando y no estudiando o, en muchos casos, lo que más vemos es que los universitarios abandonan sus carreras para poder trabajar de forma completa, ya que el dinero muchas veces no alcanza o les es complicado solventar todos los gastos”, explicó el estudiante.

Además, relató que debido a las complicaciones que existen para encontrar un trabajo seguro y que respete la carga horaria semanal es que muchos estudiantes deciden abrir algún tipo de emprendimiento para poder costear sus estudios.

En este sentido, resaltó que en la UNA cuentan con un club de emprendedores, en donde más de 200 estudiantes y docentes se encuentran asociados.

“Tenemos una diversidad de alumnos de diferentes carreras que toman la decisión de emprender para poder así costear sus gastos de la facultad, ya que muchos no pueden trabajar a tiempo completo por sus horas de estudio, entonces ven como una opción viable al emprendimiento”.

Eduardo Esquivel, estudiante de Economía – UNA

De igual forma, Esquivel advirtió que estos pequeños emprendimientos no son seguros, pues solo surgen como una necesidad de contar con algún ingreso de dinero para sus gastos.

En proceso de recuperación

Sobre esta incertidumbre, la titular del Ministerio de Trabajo, Carla Bacigalupo, manifestó que las dificultades de inserción laboral juvenil son un tema de larga data tanto en América Latina como en otras regiones del mundo. 

Con el impacto de la pandemia por COVID-19 y la constatación de que la recuperación es aún incompleta e insuficiente para las y los jóvenes, las brechas estructurales entre jóvenes y adultos siguen siendo exacerbadas. “Paraguay no escapa a esta preocupación, aun cuando el impacto laboral de la pandemia haya sido menor que en otros países”, expresó.

“Llegamos a tener más de 600.000 personas en desocupación y hoy ya solamente tenemos 243.000 en desocupación o desempleo abierto. Realmente el empleo en las mujeres es el que mejoró y obviamente, cuando hablamos de mujeres, hablamos mayormente de mujeres jóvenes”.

Carla Bacigalupo, ministra de Trabajo.

Asimismo, señaló que el país ya se encuentra en un proceso de recuperación del empleo, ya que el mercado laboral fue bastante afectado por la llegada de la pandemia en el 2020. 

Reconoció que desde la institución están llevando adelante trabajos para la inserción laboral de los jóvenes, buscando brindar la oportunidad de articular de mejor manera las acciones del Ministerio de Trabajo, de otras instituciones públicas, así como de organizaciones de empleadores y de trabajadores.

En la UNA se cuenta con un Club de Emprendedores que se dedica a impulsar iniciativas que permitan a los estudiantes contar con ingresos con los cuales puedan continuar con sus estudios. Foto: Gentileza

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