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27 de abril de 2024

Más de 100% de inflación, dólar por las nubes y déficit crónico: Así transita Argentina el tramo final de las presidenciales

Ya con los dos debates presidenciales obligatorios realizados y con las cartas sobre la mesa, Argentina se alista para celebrar nuevos comicios. El próximo domingo, el pueblo argentino dará su mandato en primera vuelta para escoger autoridades, y los temas económicos acaparan los discursos.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos reportó una inflación interanual del 138% al cierre de septiembre, mientras que el dólar en el mercado paralelo cotiza a casi tres veces el valor oficial impuesto por el gobierno.

Un déficit fiscal crónico financiado con emisión inorgánica y pobreza en expansión son otros rasgos con los que este país, con parámetros sociales históricamente elevados con respecto a la región, decidirá quién será el nuevo presidente o presidenta, o quienes irán a una segunda vuelta.

Buenos Aires

Resulta difícil en la actualidad encontrar cifras macroeconómicas en las que Argentina presente buena salud. Se trata de un país que históricamente ha sabido invertir en capital humano y en infraestructura, pero que también ha sufrido idas y vueltas en lo que a su economía respecta. 

El próximo domingo, el pueblo argentino debate su futuro político y económico entre los tres candidatos con chances de llegar a la presidencia. En este contexto, surge con fuerza el candidato libertario Javier Milei, quien ha sabido acaparar la atención de muchas personas por medio de su discurso mediático y disruptivo, y basando su popularidad en ofrecer la solución a un problema realmente endémico en la Argentina: la inflación. 

Con un tercio del total de votantes, Milei fue el candidato con mejor performance durante las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero también llegan con chances reales de llegar a una segunda vuelta el candidato oficialista Sergio Massa y Patricia Bullrich, esta última con el sustento de la coalición denominada Juntos por el Cambio, donde participa activamente el expresidente Mauricio Macri. 

Sin lugar a dudas, la variable económica es el eje central de la política en Argentina, luego de varias décadas de constantes crisis, idas y vueltas en ciclos económicos que no han logrado equilibrio en el largo plazo, y procesos inflacionarios que han obligado incluso a cambiar la moneda en varias ocasiones. 

Cabe recordar que en las elecciones del 2015, Mauricio Macri se hacía con la presidencia de la República tras varios años de gobiernos peronistas. Sin embargo, su plan económico, que prometía solucionar la inflación y el déficit fiscal de manera “gradual”, no tuvo éxito y no tuvo otra opción que la de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) -un viejo “amigo” de la Argentina”- para un acuerdo que terminó por perjudicar todavía más el panorama económico en el largo aliento. 

No es difícil entender por qué es tan importante la variable económica para los argentinos: décadas de desequilibrio fiscal financiado con emisión monetaria inorgánica, altos niveles de inflación y un deterioro de los parámetros sociales; son rasgos muy notorios en cada conversación política que se da entre familias y amigos en Buenos Aires y a lo largo del interior del país. 

El debate entre técnicos y economistas es álgido, pero también la gente a nivel general está al tanto y discutiendo temas que se han vuelto elementales, como por ejemplo la cotización del dólar y la depreciación del peso argentino. 

La situación en Argentina para estas elecciones es complicada. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reportó una inflación de 138% en el último año, al cierre de septiembre. Particularmente, la inflación del noveno mes del 2023 fue del 12,7%, con una fuerte subida de los precios de alimentos, que registraron una inflación del 14%, mientras que el producto de mayor suba fue la vestimenta, con un 15,7%.

Según la proyección 2023 del Indec, la población total de la Argentina es de unas 46,7 millones de personas y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) da cuenta de una una tasa de desocupación de 6,2% sobre la Población Económicamente Activa, o sea, un poco menos de un millón de personas. 

Por su parte, los inactivos, o personas que no tienen trabajo ni lo buscan activamente por algún motivo, son unas 15,4 millones. 

El dólar es uno de los principales temas de conversación en cada rincón de la Argentina. Prácticamente no hay persona adulta que no esté al tanto de las últimas cotizaciones de esta moneda, tanto en el mercado oficial como en el paralelo, que ha surgido como consecuencia de las restricciones del gobierno fijando el tipo de cambio y limitando la compra, en su búsqueda desesperada por evitar una fuga de capitales. 

La brecha entre el dólar oficial y el paralelo se hace cada vez más grande. Durante la semana, el dólar blue (como se lo conoce en el mercado informal) superó la barrera de los mil pesos, mientras que el oficial cotiza en alrededor de los 367 pesos. Esto no es un dato menor, ya que la moneda norteamericana se ha constituido en casi la única forma de ahorrar de los argentinos y argentinas. 

El déficit fiscal primario registrado solo en el mes de julio, último dato brindado por el Ministerio de Economía, es de USD 35 millones aproximadamente al dólar paralelo y de unos USD 100 millones al cambio oficial. Esto ha sido una constante a lo largo del tiempo en este país, aunque se le debe reconocer que la inversión pública le ha traído grandes beneficios en el pasado, en términos de desarrollo humano, lo cual se nota fácilmente hasta la actualidad. 

Según se apunta desde el Ministerio de Economía por medio de una nota en su página web, para el periodo enero-julio, el impacto de la sequía en la recaudación asociada a los derechos de exportación que percibe el Estado Nacional, representó una caída aproximada de más de $900.000 millones (0,5% del PIB) respecto a las proyecciones contenidas en la Ley de Presupuesto 2023. De no haberse producido esta merma, el déficit primario del Sector Público Nacional acumulado entre enero y julio presentaría una mejora de 0,5% del PIB.

En términos prácticos, el problema es que ante la falta de acceso a los mercados internacionales y al crédito, Argentina ha financiado buena parte del desequilibrio fiscal por medio de emisión monetaria inorgánica (sin respaldo en crecimiento económico), en una economía que no parece despegar y para la cual se espera una nueva contracción del 2% este año.

Así, a una semana de las elecciones presidenciales, en radios, programas de televisión y en redes sociales, los argentinos discuten constantemente sobre política y economía, ante una situación que no es la más favorable. 

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