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28 de abril de 2024

Optimismo parcial para el 2023: El agro logrará revertir resultados, pero construcciones seguirán resentidas por la inversión pública

La caída de 0,5% que reportó la actividad económica al cierre del 2022 difiere del crecimiento de 0,2% del PIB que contemplaba el BCP, pero no alcanza a desalentar las proyecciones que se tienen para este año.

Desde el sector privado sostienen que el 2023 probablemente será mucho mejor que el año pasado, teniendo en cuenta las buenas perspectivas de la soja, que se sitúan por encima de las 8 millones de toneladas.

Aun así, sostuvieron que la inversión pública seguirá siendo limitada debido a que el Tesoro todavía busca llegar a la convergencia fiscal.

Esto último continuará afectando, a su vez, a sectores como la construcción, que ya se vio comprometida en diciembre pasado, con una retracción interanual.

El Indicador Mensual de la Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) registró en diciembre pasado una variación interanual de -0,4%. Con este resultado, acumuló en el 2022 una variación de -0,5%, opuesta al crecimiento de 0,2% del producto interno bruto (PIB) que se manejaba como proyección oficial. 

Según el Banco Central del Paraguay (BCP), en el desempeño del último mes del año incidieron, principalmente, los resultados negativos de los servicios, las manufacturas y la construcción; mientras que la agricultura, la generación de energía eléctrica y la ganadería mostraron números positivos.

El economista y exministro de Hacienda, César Barreto, indicó en comunicación con MarketData que el último trimestre del año 2021 ya había sido uno de recuperación importante, pero el 2022 estuvo muy golpeado por la sequía y la inversión pública, ya que esta última se redujo para continuar el camino a cumplir con el tope del déficit fiscal del 1,5% del producto interno bruto (PIB). 

A esta situación se sumó una desaceleración del crédito, sobre todo en guaraníes, por las tasas de interés más altas impuestas por el BCP. 

“Claramente veíamos difícil que ese pico de recuperación que tuvimos en el 2021 se iba a repetir en 2022; entonces, en las proyecciones que teníamos era muy difícil escapar de una caída del PIB”, dijo.

Adelantó que la recuperación viene avanzando lentamente de la mano del sector agropecuario, que tendrá un rebote importante con una cosecha buena que aparentemente estará muy cercana a las 9 millones de toneladas. “Con eso, el crecimiento del PIB estará por encima del 4,5%, nuestra estimación es alrededor del 6% por el tamaño que tiene el sector”, añadió Barreto, respecto a las proyecciones de la fundación Desarrollo en Democracia (Dende). 

Barreto argumentó que la caída en el sector de las construcciones se debe a la disminución de la inversión pública, que tuvo que reducirse en los últimos meses. “Como la construcción está muy influenciada en lo que hace el sector público, estuvo fuertemente golpeada el año pasado”, comentó el exministro de Hacienda.

Con respecto a los servicios, dijo que responde al nivel de gasto que tienen los consumidores. “Estamos comparando un mes alto de 2021, contra un 2022 que fue difícil en general y donde los ingresos de un sector muy importante como el agrícola se vieron mermados”, expresó. 

“En términos de trayectoria, yo creo que la recuperación económica viene consolidándose y la cosecha de soja es muy importante para que el rumbo cambie para todo el 2023, incluso para el año 2024”.

César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda.

Anticipó que este año ya se vería una recuperación económica más extendida y más completa, pero dijo que el sector público todavía ajustará las inversiones porque el déficit fiscal debe ir convergiendo hacia el tope de la Ley de Responsabilidad Fiscal. “Eso tiene un efecto contractivo en el sector construcción, para el que será un año más complicado todavía”, alegó.

Nuevo gobierno no afectará actividad económica

Consultado sobre si la transición del nuevo gobierno podría tener un efecto negativo en la actividad económica, dijo que puede darse más sobre la actividad pública, pero que en términos privados no se está notando una retracción en las intenciones de inversión. “Inclusive las empresas paraguayas siguen operando normalmente, no estamos notando que la gente piense que hay un riesgo”, sostuvo. 

Con respecto a las proyecciones de crecimiento del BCP, que ubican la suba del PIB en un 4,5%, Barreto dijo que todo depende de la cosecha de soja. “Las estimaciones del BCP son de las más prudentes que estamos observando. Desde el sector privado estamos mucho más optimistas”, puntualizó. 

Por su parte, Ivonne Aristizábal, economista de Investor, manifestó que desde la entidad esperan un crecimiento del 5% para el cierre del año 2023. Igualmente, estiman una inflación de 5%; mientras que prevén un tipo de cambio que baje hasta G. 7.200 al cabo del primer primer trimestre. 

Con lo que respecta al PIB, desde la casa de bolsa se proyecta que los efectos positivos del agro y la ganadería observados en el último tramo del año 2022 continúen atenuando los efectos negativos de otros sectores, así como se espera una normalización del ajuste de la tasa de política monetaria, bajando hasta el 6,5% desde el actual 8,5%.

Consultada sobre la caída de los sectores de manufacturas, servicios y construcción, explicó que el sector de la construcción fue afectado tanto por shocks climáticos como por el menor ritmo de obras tanto públicas como privadas. 

“Por el lado de los servicios, sabemos que el 2022 fue un año bastante complicado, me animaría a afirmar que fue uno de los años más complicados para la economía paraguaya luego de un promedio de diez años”.

Ivonne Aristizábal, economista de Investor

Añadió que el escenario local, con la baja del sector primario y la presión inflacionaria efecto de la situación internacional, más un contexto de ajuste de tasas para contener la inflación, hicieron un conjunto de factores que terminaron afectando a todos los sectores económicos por la cadena de impacto que tiene en nuestra economía. 

“En palabras simples, los sectores productores se vieron complicados, y los últimos eslabones como los sectores de servicio y comercio fueron afectados por esa disminución de circulante”, dijo.

Efecto rebote se registraría en 2023

No obstante, Aristizábal adelantó que para el año 2023 se observan expectativas bastante positivas y se espera que al agro y la ganadería le pueda ir bien. Por lo tanto, ese efecto dentro de la cadena productiva también se verá en los otros sectores económicos.  

“En términos macroeconómicos, se espera un ‘efecto rebote’; pero al mismo tiempo, un año político con mucho movimiento, muchas industrias comenzando en nuestro mercado y un sector primario con expectativas bastante positivas puede tener un efecto positivo en todos los sectores económicos de nuestro país”, comentó.

A la economista de Investor, al igual que Barreto, no sorprende la contracción económica del último mes del año 2022. 

“La baja económica se observó en las calles, en los emprendedores, en los empresarios, todos tenían la misma respuesta. Las grandes caídas en los trimestres anteriores fueron suficientes para presentar efectos a lo largo del 2022, así como el escenario inflacionario, el alza en las tasas y, en especial, la incertidumbre jugó un papel importante en las decisiones de consumo que normalmente esperamos que ocurran a fin de año, en especial en productos que no son de primera necesidad”, puntualizó.

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