Autores: Ivonne Aristizabal, Fabrizio Filippi, Verónica Benitez
El análisis de las exportaciones desempeña un papel fundamental en la comprensión de la economía paraguaya, debido a su impacto. Como un país con economía abierta, Paraguay depende en gran medida de envíos al exterior para la generación de divisas y la estimulación del crecimiento económico. De esta forma, también el análisis de los precios internacionales es de suma importancia para obtener una visión global del escenario de comercio exterior del país.
Actualmente, la oferta exportadora del país sigue concentrada en la soja y sus derivados, la carne vacuna y la electricidad, que representaron casi un 70% del total de las exportaciones en 2019 (Banco Mundial, 2022). Observando el acumulado del primer trimestre 2025, la exportación de soja representa el 30,2% del total, seguida de la carne con el 19,8% y la energía eléctrica con el 10,2%.
Las exportaciones totales en el trimestre mencionado alcanzaron USD FOB 4.087,7 millones. Estas presentaron una variación del 1,4% con respecto al acumulado del primer trimestre 2024. El crecimiento interanual promedio de las exportaciones totales en los últimos 5 primeros trimestres es del 6,9%.
A continuación, se evalúa por tipo de producto exportado. La siguiente tabla muestra las variaciones interanuales del primer trimestre 2025, donde el producto con mayor incremento es el trigo, con una variación del 121,8%, seguido de la carne con el 46,8% y el maíz con el 30%.
Producto | Var. Acumulado Exportado (%) |
---|---|
Trigo | 121,8% |
Carne | 46,8% |
Maíz | 30,0% |
Aceites de soja | 27,3% |
Prendas y demás artículos textiles | 19,4% |
Hilos y cables (Autopartes) | 11,6% |
Resto | 3,0% |
Arroz | -5,7% |
Maderas | -8,4% |
Materias Plásticas | -8,5% |
Energía Eléctrica | -11,3% |
Granos de soja | -19,7% |
Harina de soja | -22,1% |
Azúcar | -36,3% |
Cueros | -39,1% |
Fibras de algodón | -95,4% |
Principales caídas
Las principales caídas son observadas en los productos de energía eléctrica, granos de soja, harina de soja, azúcar, cueros y fibras de algodón.
Exportación de energía eléctrica
El país cuenta con abundante energía hidroeléctrica y es uno de los mayores exportadores de energía eléctrica a nivel mundial (Lucantonio, Sosa, & G Aiello, 2022). No obstante, si vemos los datos de exportación, se observa una caída a partir del 2024. Para el primer trimestre del 2025 la caída en dólares es del 11,3% menor a la presentada en el 2024 con -16,4%. Las reducciones pueden atribuirse a factores climáticos, como la sequía y las bajas del nivel del río.
En términos de KWh, el crecimiento en el primer trimestre 2025 es del 8,6% respecto al mismo periodo del año anterior, mostrando una recuperación de la sequía extrema del río que afectó al 2024.
En el siguiente gráfico se observa la bajante del río en los últimos tiempos. La tendencia a la baja continúa desde comienzos del año 2023. En octubre del 2024 se llegó al nivel más bajo de los últimos 15 años (por debajo del cero hidrométrico), con -1,32 metros. En los primeros meses del 2025, el nivel del río en la zona del puerto Asunción se mantuvo alrededor del cero hidrométrico, sin acumulación significativa de precipitaciones, lo cual dificulta la navegación.
Notas: Se calcula el promedio mensual del nivel del río para la estación de Asunción.
Un punto importante para destacar es la hidrovía Paraguay-Paraná, donde fluyen el 80% del comercio exterior de Paraguay y se estima que el 70% de la actividad económica del país depende de forma directa e indirecta de los bienes transportados por esta vía (La Nación, 2025). Mediante la hidrovía es que Paraguay puede acceder al océano Atlántico para el comercio.
La actividad comercial por la hidrovía Paraguay-Paraná se vio drásticamente afectada por la bajante del río del último año, ocasionando mayores costos logísticos y demoras en los envíos de cargas (D’Angelo, Ybañez, & Terré, 2024).
Como se mencionó anteriormente, Paraguay depende en gran medida de las exportaciones de productos primarios, en especial de los granos de soja. En los últimos años, Paraguay se consolidó como uno de los principales productores y exportadores de granos a nivel mundial. Este cultivo no solo aporta desde el lado del comercio internacional, sino también impulsa el desarrollo de otros sectores económicos, como el transporte, los servicios financieros, la industria y la maquinaria agrícola. Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), Paraguay se posiciona como tercer exportador mundial de soja para el 2025.
Para los granos de soja, la disminución interanual fue del 19,7% para el primer trimestre del 2025. Según la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), los problemas de navegación siguen impactando en los envíos de soja, aunque en menor medida (CAPECO, 2025). La descarga de sedimentos en la desembocadura del Río Bermejo sobre el Río Paraguay ha causado complicaciones en la navegación, con demoras en las salidas y afectando la fluidez del transporte fluvial. Otra de las posibles causas podría ser el fenómeno climático de La Niña, la cual provoca una sequía prolongada y altas temperaturas, afectando los cultivos.
En términos de volúmenes, los granos de soja presentaron una caída del 14,3%, la harina de soja una caída del 8,4% y el aceite de soja un aumento del 4,9%.
Analizamos el promedio entre el precio del grano y el de sus principales productos procesados, lo que permite estimar un valor representativo del conjunto del complejo sojero. Bajo este criterio, el comportamiento de los precios durante el período analizado evidencia una alta volatilidad. El valor más bajo se registró en el primer trimestre del 2020, con un promedio de USD/Ton 440,44. A partir de allí, se produce un fuerte repunte en el 2021, alcanzando USD/Ton 680,17, lo que representa un aumento interanual del 54,4%, explicado por un contexto de oferta restringida en Sudamérica y una fuerte demanda desde China.
En 2022, los precios alcanzan el máximo del período (USD/Ton 853,26), aunque la tasa de crecimiento se desacelera (25,5%). A partir de 2023 comienza una fase contractiva, con una caída del 5,85% ese año, seguida por un desplome de 23,16% en 2024, ubicándose en USD/Ton 617,27.
Finalmente, en el primer trimestre de 2025, el precio promedio descendió nuevamente hasta USD/Ton 558,89, marcando una variación negativa del 9,46% respecto al año anterior. Este descenso acumulado en los últimos años puede atribuirse al aumento en la oferta global y la desaceleración de la demanda internacional, en particular desde China e India.
Principales Aumentos
Las exportaciones de trigo presentan una variación de más del 100% en el acumulado 2025. Este aumento significativo se dio debido a factores climáticos favorables para el tipo de producción, como el frío y la lluvia. En toneladas, el crecimiento de las exportaciones es del 95,3% en comparación al 2024.
En cuanto al precio del trigo, este muestra una fuerte alza en 2021 y 2022, con una variación acumulada del 57% en esos dos años (pasando de USD/Ton 200,93 en 2020 a USD/Ton 330,79 en 2022), impulsado por la guerra entre Rusia y Ucrania que afectó la disponibilidad global de cereales.
Sin embargo, a partir de 2023 los precios del trigo comienzan a disminuir de forma significativa. En 2023 se registra una caída del 19,1%, ubicándose en USD/Ton 267,46, y en 2024 se profundiza la tendencia bajista con una contracción del 20,9%, alcanzando USD/Ton 211,63.
En el primer trimestre del 2025, el precio promedio USD/Ton 204,01, una baja adicional de 3,6%. Este comportamiento puede relacionarse con la normalización de las exportaciones desde el Mar Negro y una mejora en la oferta de países como Australia y Canadá.
La carne no solamente representa un pilar fundamental en la economía y en los ingresos de divisas, también constituye un pilar clave en la dinamización del sector agroindustrial y en la generación de empleo rural. El aumento de las exportaciones en el primer trimestre del 2025 fue del 46,8%, aumento que no se había observado desde el año 2020.
En cuanto a la cantidad de cabezas de ganado faenadas, se observa una evolución creciente hasta el año 2021, cuando se registró un máximo de 558.306 cabezas en el primer trimestre, lo que representó un incremento del 41,3% con respecto al mismo periodo del año anterior. Esta expansión coincide con un contexto de recuperación económica post-pandemia y un impulso exportador favorable, especialmente hacia los mercados de Chile y Taiwán.
Sin embargo, en 2022 se presenta una contracción del 18,2%, descendiendo a 456.943 cabezas, probablemente como efecto de un reordenamiento en la oferta ganadera tras la sobreutilización del hato en 2021, además de factores climáticos adversos como la sequía prolongada, que incidieron en la disponibilidad de animales listos para faena. Esta caída se mantuvo en 2023, aunque con una disminución más moderada del 2,7%.
A partir de 2024, la actividad faenadora muestra signos de recuperación, con un crecimiento del 5,5% respecto al año anterior, alcanzando 469.128 cabezas. Esta tendencia se acentúa con mayor fuerza en 2025, con un crecimiento interanual del 24,8%, situando el número total en 585.280 cabezas, el valor más alto de la serie analizada. Esta recuperación podría estar vinculada a la estabilización climática, una recomposición del hato ganadero y mayores incentivos de exportación asociados a la recuperación de los precios internacionales de la carne.
Por su parte, al observar el comportamiento en toneladas faenadas, el patrón es relativamente similar al de las cabezas, aunque con variaciones más marcadas en determinados momentos. La contracción más significativa en términos de volumen se dio en 2022, con una caída del 18,5% en relación con el año anterior, descendiendo a 109,88 mil toneladas.
Esta reducción estuvo acompañada de una baja similar en cabezas, lo que indica que el impacto fue transversal al volumen y no solo a la composición del ganado. Posteriormente, en 2023, el volumen se mantuvo prácticamente estancado (-1,2%), y recién en 2024 se recupera con un crecimiento de 4,9%.
El valor más alto se registra también en el primer trimestre de 2025, con 142,17 mil toneladas, reflejando un crecimiento del 24,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Este dato sugiere no solo un aumento en la cantidad de animales faenados, sino también una posible mejora en el rendimiento promedio por animal, posiblemente atribuible a mejores condiciones nutricionales o a una mayor proporción de animales de peso óptimo para exportación. La simultaneidad del crecimiento tanto en cantidad de cabezas como en peso total procesado refuerza la hipótesis de una recuperación sólida del sector.
Los precios de la carne bovina muestran una tendencia creciente a partir del año 2021. Tras una disminución en 2020 (-8,38%), los precios aumentan levemente en 2021 (0,15%) y luego de forma más sostenida: 20,9% en 2022, 14,5% en 2023 y 12,4% en 2024, llegando a USD/Ton 4.001,05.
En el primer trimestre de 2025 se observa un nuevo incremento de 10,6%, ubicando al precio en USD/Ton 4.425,19. Esta dinámica puede estar vinculada al aumento de la demanda global en mercados como China, así como a la menor disponibilidad de oferta proveniente de países del Mercosur, especialmente Brasil y Argentina, donde la producción enfrentó restricciones sanitarias y climáticas.
Referente al maíz, en los últimos años se observó un crecimiento relevante de las exportaciones, posicionando al país como un importante proveedor en el mercado internacional, además de permitir la diversificación en la matriz exportadora.
Estas exportaciones presentan un crecimiento del 30% en el primer trimestre 2025, en comparación a la caída del 50% en el mismo periodo de 2024. En el acumulado del 2025, el aumento de las exportaciones en toneladas es del 29% en comparación a la caída del 34% en el mismo periodo de 2024.
En cuanto a los precios del maíz en el 2020 el promedio fue de USD/Ton 148,15, mientras que en 2021, de la mano del alza general de commodities agrícolas, el precio subió un 43,2%, situándose en USD/Ton 212,19. La tendencia alcista se mantuvo en 2022 con un incremento del 24,1%, alcanzando USD/Ton 263,35.
A partir de 2023 se inicia una reversión de tendencia, cayendo a USD/Ton 259,69 (-1,39%), seguida por una fuerte corrección a la baja en 2024, con una caída de 34%, que llevó el precio a USD/Ton 171,23. Sin embargo, a diferencia de la soja, en el primer trimestre de 2025 se observa una recuperación parcial, con un incremento interanual del 8,58% hasta USD/Ton 185,92, posiblemente vinculado a ajustes en los inventarios estadounidenses y a una reducción en las áreas sembradas en países clave.
Análisis de precios
El comportamiento de los precios internacionales responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Entre los elementos que impulsan al alza los precios se encuentran los choques de oferta —ya sea por fenómenos climáticos como sequías en Sudamérica o inundaciones en Asia—, así como conflictos geopolíticos que afectan las cadenas logísticas, como fue el caso de la invasión rusa a Ucrania.
Por otro lado, las políticas monetarias más restrictivas a nivel global, la reactivación de inventarios y la menor tracción del crecimiento económico en las principales economías emergentes, han presionado a la baja los precios de los commodities en los últimos años.
Asimismo, factores como el fortalecimiento del dólar (medido por el DXY), los niveles de inflación y la evolución de las tasas de interés influyen en la demanda internacional de materias primas.
Para economías exportadoras de productos primarios como la paraguaya, la evolución de estos precios representa una variable crítica. Las caídas sostenidas en productos clave como la soja y el trigo afectan directamente los ingresos de los productores, reducen la rentabilidad del sector agrícola y disminuyen los flujos de divisas hacia el país.
En cambio, la tendencia positiva en la cotización de la carne ofrece un respiro y una oportunidad para fortalecer este segmento. La diversificación de la matriz exportadora y el desarrollo de estrategias de mitigación frente a la volatilidad de los precios internacionales resultan esenciales para sostener la competitividad externa y la estabilidad macroeconómica.
De esta forma, el análisis de los precios internacionales de los principales productos agroexportadores revela una alta sensibilidad a los cambios en las condiciones del mercado global. Mientras la carne ha mantenido una trayectoria sólida de crecimiento en los últimos años, los precios de los granos, especialmente soja y trigo, han enfrentado caídas significativas, generando desafíos para el comercio exterior paraguayo.
Ante este panorama, se vuelve imprescindible fortalecer las capacidades de adaptación del sector productivo nacional, diversificar los mercados de destino y promover una inserción internacional más resiliente y estratégica.