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14 de enero de 2025

“Paraguay tiene un potencial importante en el sector mipymes y un concepto diferente evidenciado en la nueva ley”

Las micro, pequeñas y medianas empresas representan el corazón del tejido empresarial del país. Conforman el 98% de las empresas de Paraguay y generan el 65% del empleo, pero su contribución al Producto Interno Bruto no supera el 15%.
Para el presidente de la Federación Paraguaya de Mipymes, Luis Tavella, este contraste evidencia los desafíos estructurales de estas unidades económicas, que, con la nueva ley, buscarán mejorar su competitividad y productividad.
“Con este gobierno logramos avances, en especial para las micro y pequeñas empresas. Pero el tránsito entre categorías, de micro a pequeña, de pequeña a mediana y de mediana a grande, sigue lento debido a la baja competitividad”, afirmó.

La implementación de la cédula mipyme, con la nueva ley,  facilitará el acceso a beneficios como la reducción de costos de habilitación y permisos, y la creación de un fondo específico para el sector, promete ser un punto de inflexión. 

Estas iniciativas buscan aliviar las cargas administrativas y financieras de las pequeñas empresas, promoviendo su formalización y su integración en un sistema económico más competitivo.

En una entrevista con MarketData, Luis Tavella, presidente de la Federación Paraguaya de Mipymes (Fedemipyme) analizó el impacto de la dinámica económica en el 2024, los retos que aún persisten y las expectativas para el 2025. 

La estabilidad reciente del dólar y las promesas de inversión en obras públicas y vivienda son señales alentadoras para un sector que, a pesar de su potencial, viene enfrentando históricamente barreras estructurales.

  • ¿Cuál es la evaluación que tiene el sector del 2024? ¿Qué desafíos afrontaron a lo largo del año?

El 2024 fue un año difícil. En el primer semestre enfrentamos una inflación bastante alta, especialmente en productos domisanitarios y alimentos. Esto era esperado, ya que estábamos manejando precios subsidiados provenientes de Argentina, que eran muy bajos.

Desde el gobierno hubo un combate más frontal contra el contrabando. Por otro lado, los productos locales, ya sean importados o industriales, habían alcanzado sus precios máximos en 2023 para poder competir con los precios del contrabando. Esto provocó una disminución de aproximadamente el 80% en los precios locales.

Con el tiempo, los precios locales comenzaron a subir, generando una inflación natural, que yo diría incluso esperada. Sin embargo, esto golpeó duramente al consumo. Mientras la macroeconomía muestra un crecimiento del 3% o 4%, esto no se traduce directamente a la microeconomía.

La microeconomía, conformada principalmente por el consumo, depende en gran medida del sector MIPYMES. Esto llevó a una reducción en las ventas del 20% al 30%, dependiendo del sector, sumado al incremento del dólar que casi llegó a G. 7.900 en un momento crítico del año, justo cuando se realizan las compras para fin de año, principalmente de China.

Además, hubo pocas inversiones en infraestructura pública, algo normal en el primer año de un gobierno. Todo esto generó una disminución en las ventas de 2024 en comparación con 2023, que tampoco fue un año excepcional.

A esto se suma que muchas micro y pequeñas empresas aún arrastran problemas financieros desde la pandemia y los créditos tomados en 2021 y 2022, cuyos períodos de gracia ya vencieron. Sin embargo, en el último trimestre del año hubo una leve mejora, y la mayoría logró cerrar el año con un déficit menor al esperado en julio.

  • ¿Cómo esperan que sea este 2025?

Creemos que el 2025 será diferente. La inflación y el dólar se han estabilizado, y el tipo de cambio comienza el año en G. 7.800. Además, el Estado ha prometido una fuerte inversión en obras públicas, lo que automáticamente dinamiza la economía. Aunque algunos dicen que esto tiene poco impacto, yo creo que sí ayuda.

El Ministerio de Urbanismo también proyecta una fuerte inversión en viviendas, que es un gran dinamizador económico, especialmente en términos de empleo. Hay que recordar que el 68% del empleo proviene del sector mipymes, y gran parte de este empleo está vinculado a la construcción y las empresas que proveen productos o servicios a este sector.

  • Mencionó que hubo una reducción del 20% en las ventas. ¿Cómo afrontaron este escenario?

El sector MIPYMES representa el 98% de las empresas en el país. Una microempresa factura hasta G. 650 millones al año, lo que equivale a un promedio mensual máximo de G. 50 millones. Sin embargo, el 50% de estas empresas factura menos de G. 15 millones mensuales.

A pesar de representar el 98% de las empresas y generar el 65% del empleo, las mipymes contribuyen con menos del 15% del PIB. Esto demuestra que es un sector clave que no ha recibido la atención necesaria en las últimas dos décadas.

Con este gobierno, hemos logrado avances para el sector, especialmente para las micro y pequeñas empresas. Sin embargo, el tránsito entre categorías —de micro a pequeña, de pequeña a mediana, y de mediana a grande— sigue siendo lento debido a la baja competitividad. Esto dificulta la generación de márgenes de ganancia que permitan mejorar la estructura empresarial y avanzar al siguiente nivel.

A pesar de todo, las mipymes han demostrado una enorme resiliencia. Sobrevivieron a la pandemia y están reactivándose, aunque con dificultades financieras. La capacidad de estos empresarios para adaptarse y salir adelante es impresionante.

El país tiene un potencial importante en este sector y hoy este gobierno, desde el Ministerio de Industria y Comercio, existe un concepto diferente que pudimos palpar mucho con todo el trabajo que hicimos en la modificación de la Ley Mipymes. El ejecutivo en general detectó que si se quiere generar empleo, se tiene que potenciar a las Mipyme, se tiene que darle competitividad a las Mipymes.

Una empresa pequeña o mediana normalmente no tiene un acceso rápido al crédito, ni tampoco tiene tasas bajas, entonces cuando aumenta su producción lo hace a través de la mano de obra y por eso es que también es un sector que tiene poca tecnología.

  • Abordando el tema de la competitividad, ¿cómo impactará la nueva Ley de MIPYMES?

Hasta el 2020, teníamos poca información sobre las empresas. En 2022, la Unión Europea y el Viceministerio de Mipymesrealizaron un estudio que nos permitió entender mejor la situación financiera, facturación, acceso al crédito y formalización de las empresas.

A partir de estos datos, se identificó la necesidad de modificar la Ley de MIPYMES de 2012, que no había generado resultados. Uno de los cambios más importantes es la implementación de la cédula mipyme.

Actualmente, el Ministerio de Industria y Comercio tiene registradas 13.000 cédulas MIPYMES, de un universo total de 400.000 empresas. Con la nueva ley, los datos financieros que las empresas presentan a la DNIT serán transferidos automáticamente al Viceministerio, que generará la cédula en línea, sin necesidad de trámites adicionales.

  • ¿Cuáles son los principales beneficios de la cédula MIPYME?

La cédula permitirá acceder a permisos y habilitaciones de patente comercial sin costo durante tres años. A partir del cuarto año, las microempresas tendrán una reducción del 75% en los costos y las pequeñas empresas, del 50%. Esto elimina excusas para no tener los papeles al día.

Además, se podrá realizar contratos por tiempo definido sin necesidad de pagar indemnización o preaviso al finalizar. Esto es especialmente útil durante los primeros años de una empresa, conocidos como el “valle de la muerte”.

Otro beneficio será la apertura de una cuenta única en el sector financiero, permitiendo transacciones hasta G. 45 millones. Esto fomenta la digitalización, permitiendo pagos con QR y transferencias.

Finalmente, se creará el Fondo Nacional de Mipymes (FONAMIPYME), que financiará programas de apoyo, digitalización y otros proyectos. Este fondo será gestionado a través de fideicomisos con la AFD, permitiendo captar recursos nacionales e internacionales para fortalecer el sector.

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