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30 de octubre de 2024

RSE: «No podríamos plantear una empresa hoy sin observar las buenas prácticas»

Gloria Ayala Person, presidenta de la Asociación de Empresarios Cristianos (Adec), considera que en la actualidad no hay manera de proyectar empresas hacia el futuro sin la observancia de la responsabilidad social y el cuidado ambiental. En el marco del XII Congreso Internacional de RSE y Sostenibilidad, comparte sus apreciaciones.

La visión hacia la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad ambiental son cuestiones fundamentales en la actualidad para poder proyectar hacia el futuro. En esta entrevista, Gloria Ayala Person, presidenta de la Asociación de Empresarios Cristianos (Adec), explica en qué consiste esta tendencia y cuáles son las implicancias en el mundo empresarial y de negocios. 

Afirma que este proceso forma parte de la globalización y que el Paraguay en particular, como un país pequeño que debe abrirse al mundo, no puede omitir este tipo de cuestiones y debe trabajar para avanzar sobre ese eje. De otro modo, advierte que será imposible la generación de valor para vender en el mercado internacional, que se vuelve más exigente cada día. 

– En términos generales ¿Qué sería la RSE?

La Responsabilidad Social Empresarial son las buenas prácticas que desde el sector empresarial se deben aplicar para trabajar mejor a largo plazo con el público que incluye a los clientes, proveedores, colaboradores, medio ambiente, el Estado y otros. La idea es buscar trabajar de tal manera que el impacto sea positivo para la comunidad y que, al mismo tiempo, el entorno se vea positivamente afectado cuando producimos algo. 

– ¿Cúal es la importancia de la RSE en el sector empresarial local e internacional, actualmente?

Básicamente no podríamos hoy plantear una empresa de largo plazo si no observamos las buenas prácticas que son exigibles. Si el producto no contempla el impacto que tiene sobre el medio ambiente, hasta los clientes comienzan a reclamar y dejan de comprar. Si no se atiende la forma correcta de orientar al talento humano con un buen clima laboral, los millennials y centennials deciden no trabajar en la empresa. Los colaboradores tienen hoy en día un poder de decisión sobre la posibilidad real de hacer negocios en una empresa. 

Pero por otro lado, para poder definir el plan de negocios, por ejemplo de una estación de servicios, si no se ve todo lo que eso implica a nivel de emisiones de carbono, eso tiene sus consecuencias. El problema allí es que en determinado momento comenzará a primar la fabricación de vehículos eléctricos y habrá que ver cómo se puede hacer viable el negocio a largo plazo, de allí la importancia en proyectar con visión de la responsabilidad social y ambiental. 

Cuando nos planteamos que esta es una economía globalizada, tenemos que entender que las decisiones globales nos afectan a todos. Hoy estamos con el tema de las bolsas de polietileno en los supermercados y, queramos o no, esto nos va a seguir afectando y cada vez el impacto en el ambiente va a ser mayor. Hay que pensar en las buenas prácticas para ver cómo pueden afectar a los negocios para colocarlas dentro del plan operativo. 

– El tema de las bolsas de plástico es un buen ejemplo de cómo estas pautas se van convirtiendo en normas exigibles, y hacen a la misma imagen de la empresa hacia afuera, y finalmente del país…

Sin dudas, se podría hablar por ejemplo de las botellas que pueden volver a ser de vidrio porque son reciclables, también se podría plantear el tema de las emisiones de carbono. Hoy, si se quiere tomar un préstamo para una industria, el banco verifica la certificación de impacto ambiental, sin eso no dan el préstamo. Esto tiene que ver incluso con las finanzas de la empresa, es algo integral, es algo que “sos” y porque “sos” actúas de esa manera. Afecta a toda la cadena de producción, sea industria, servicio o comercio, justamente en el sector del comercio se está planteando hoy la venta de las bolsas de plástico, qué pasa por ejemplo allí con la impresión de los tickets, hoy se puede hacer por medio de un mail.

Esto está ligado al cuidado del medio ambiente, pero también al cuidado social. Es cierto que hay que corroborar que los colaboradores estén inscriptos en el IPS (Instituto de Previsión Social), pero eso no es suficiente. Si el colaborador es una persona formada y tiene la posibilidad de elegir en dónde quiere ir a trabajar, va a optar por el mejor entorno. Si una empresa quiere tener buenos colaboradores, tiene que ir mucho más allá de las exigencias legales, sino que debe tener buenas prácticas como un plan de carrera, capacitaciones, incluso cuestiones de comodidad como sillas ergonómicas, se debe tener un espacio agradable de estar diario, las luces tienen que ser adecuadas. Hay que mirar todo el esfuerzo que debe hacer la empresa cuando el colaborador tiene otras opciones porque es una persona capaz. 

– Al ser tan integral, es algo que no se puede fingir, hay que actuar de manera real ¿No?

Se debe ser coherente todo el tiempo, porque o sino se descubre que no es real. Entonces, cuando una empresa sale a las redes sociales con una campaña, muy rápido aparece la gente recordando la realidad. Esto es clave, no es solamente hacer, no es una línea en el presupuesto de la empresa y se hace de manera independiente. Esto tiene que ver con la esencia misma de la empresa. 

– Durante la pandemia se habló mucho del tema de la salud mental ¿Le parece que se generó un cambio de la tendencia en este punto, o en alguno otro?

Si, muchísimo. El tema de la salud mental antes de la pandemia se pensaba como parte de una población mínima. Hoy entendemos que se trata del 100% de los colaboradores, estamos hablando de angustia, estrés, depresión, temor, personas en duelo. Estamos planteando una manera diferente de hacer trabajo, estudio y empresa, esto pasa a tener un plano primordial en la agenda empresarial, y ahí entra la línea de actuación con los colaboradores.

– Las empresas van a ir comprendiendo que es una inversión sin la cual es imposible hacer empresa, finalmente es una ganancia a largo plazo…

Exactamente, no solo los clientes, sino incluso los proveedores van eligiendo cuáles son las empresas con las que se quieren relacionar. De lo contrario, el negocio no tiene futuro y también se busca la manera de estar dentro de una línea de producción, comercio y servicios que tenga futuro. Esto no tiene vuelta atrás, no es una moda, no es algo que hago además de todo lo que tengo que hacer. Se genera un control recíproco. 

– ¿Qué tan avanzado está el tema de las certificaciones de responsabilidad empresarial en el país?

Ocurre que depende de qué es lo que se quiera certificar. Están las certificaciones de ISO que, por supuesto, dependen del tipo de proyecto que se quiera certificar. Pero, por ejemplo, el Banco Central del Paraguay tiene una normativa sobre los requerimientos que deben observar las entidades bancarias para otorgar una línea de crédito con un enfoque de que no se puedan otorgar créditos que puedan crear un impacto negativo en el medio ambiente. 

– El tema de la sostenibilidad ambiental también está finamente ligado, esto va a ser muy provechoso para nuestro país ¿Cómo ve usted el desarrollo de este tema en nuestro país?

Eso no solamente es algo fundamental para el país. Somos un país muy pequeño y nos debemos al comercio internacional. Nuestros ingresos principales están relacionados a lo que exportamos, porque exportamos a un mundo que se vuelve cada vez más exigente. Por lo tanto, la trazabilidad y las buenas prácticas dentro de la cadena de producción son claves, de lo contrario simplemente van a dejar de comprarnos. 

Tenemos que entender que no somos capaces, con el tamaño que tenemos, de implementar las tarifas ni la manera de comercio del mundo. Simplemente tenemos que generar el valor agregado que podamos en el país, admitiendo que las normas internacionales tanto de comercio, producción y servicio, nos afectan tremendamente. Con esa mirada tenemos que construir, nuestros productos deben tener calidad internacional, de lo contrario no existimos.

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