En los últimos cinco años, Paraguay ha sufrido un sinfín de pormenores que ha impactado en la estabilidad macroeconómica del país, desde la llegada de una pandemia, las inundaciones, el cierre del mercado ruso -el segundo mercado más importante para la exportación de la carne paraguaya-, la sequía que afectó la producción de los principales commodities, como la soja y el maíz, entre otras cosas.
A todo esto debemos de sumar la inestabilidad política que se registró en estos últimos dos años, que también puso en penumbras a la nación. Si bien fueron diversos los pormenores, algunos expertos económicos señalan que aún las bases económicas del Paraguay son muy sólidas, por lo que es difícil que esta se desmorone.
Tal es el caso del expresidente del Banco Central del Paraguay (BCP) y unos de los candidatos más sólidos para ser el futuro ministro de Hacienda del próximo Gobierno de Santiago Peña, el Doctor Carlos Fernández Valdovinos, quien en conversación con MarketData comentó que tal vez las inversiones se ralentizaron en este último lustro, sin embargo, las ventajas competitivas de Paraguay aún son muchas.
Asimismo, comentó que el país cuenta con un excelente clima de negocios, un esquema tributario competitivo, al igual que una mano de obra calificada y joven, lo que hace el país sea muy atractivo para los inversionistas extranjeros.
Además, Valdovinos mencionó acerca de la situación fiscal del país, los desafíos del próximo gobierno entrante, como también su calificación de los gobernantes salientes y su posible asunción al frente de la cartera de Estado.
– En estos últimos años sabemos que Paraguay tuvo bastantes problemas, tuvimos la pandemia, el tema inflacionario también. Desde su punto de vista ¿qué análisis se puede hacer de este camino transitado y cómo se encuentra la economía paraguaya?
A casi nadie les fue muy bien durante estos últimos cinco años, o más para América Latina, en particular. El deterioro económico comenzó mucho antes y se habla de una nueva década perdida en el sentido de que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en el 2024 va a ser igual al PIB per cápita del 2014, en el caso de América latina.
Paraguay no sufrió eso, porque digamos, la nación se diferenció de la tendencia de América Latina, ya que continuó creciendo, pero si uno mira los números no va a ser una década perdida, pero sí va a ser un lustro perdido. El capítulo final de este año, va a ser el mismo al que se tuvo en el año 2018, entonces son cinco años de pérdida, en el cual el Paraguay no ha avanzado mucho en términos económicos y eso lógicamente impacta en la parte social.
Fácilmente uno puede ver que esa lucha contra la pobreza, que viene avanzado muchísimo, básicamente se estancó incluso en los últimos años. Pues si bien se mantuvo el último año, básicamente será un lustro perdido en la lucha contra la pobreza.
Ahora bien, teniendo el resultados de estos dos indicadores, que son el resultado del PIB per cápita y el índice de la pobreza, esto no significa que seguiremos repitiendo este escenario en los próximos cinco, 10 o 15 años, yo creo que puede cambiar.
Creo que las bases de la economía paraguaya son muy sólidas y van mucho más allá que un lustro perdido. Nosotros veníamos haciendo muy bien las cosas desde el año 2002. Y mismo con el deterioro que se ha dado en indicadores macroeconómicos, a esto se sumó el déficit fiscal que incrementó.
De todas maneras, ese deterioro no es tal como para ligarnos a una situación económica equiparable a lo que tienen hoy otro país de la región que están, sí, en condiciones muy malas, como Argentina y Venezuela. Entonces, Paraguay es un auto bueno que necesita, digamos, algunos ajustes.
La ventaja competitiva que tiene el país, yo creo que eso va a permanecer todavía por un buen tiempo. Seguimos teniendo las mismas ventajas que poseíamos años anteriores, como la energía libre y barata, una demografía favorable, un esquema tributario competitivo, mano de obra adecuada, no la más educada, sino altamente entrenable, etcétera.
Todas estas oportunidades productivas que presenta el país, no han cambiado en los últimos cinco años. Tal vez se ralentizaron las inversiones, tal vez la gente dejó de consumir por algún motivo, pero las ventajas para, digamos, despegar nuevamente están ahí y yo soy muy optimista. De que de acá para adelante, el grado de confianza de los agentes económicos van a cambiar y nuevamente se van a tener, digamos, un dinámico equiparándolo que se tenía anteriormente.
– ¿Qué opina con respecto al déficit fiscal actual que tenemos ahora mismo? ¿Se puede volver a retomar el límite fiscal en el 2024 o estamos muy lejos?
Primero, para saber si es que puedo retomar, necesito saber cuál es el punto de partida. Es muy clara mi posición con respecto a las deudas que no están contabilizadas. Quitaron un comunicado respecto a la metodología, que la conozco muy bien porque trabajé bastante, creo que afuera también, entonces para mí no no tiene sentido el comunicado que han quitado y de hecho, esa metodología reconoce solamente dos quemaduras, es el concepto de venga o concepto caja.
Hacienda contabiliza de acuerdo a su plan de clase media y entonces quedan muchas deudas por fuera, pero básicamente conozco la metodología y de nuevo ratificó que el Ministerio de Hacienda debería computar todo y de ahí poder quitar los números reales y mostrar el déficit real que se tiene, teniendo esto claro podemos partir para hacer un plan, sino no se puede.
– Desde su punto de vista ¿es necesario realizar algún tipo de actualización a la Ley de Responsabilidad Fiscal?
A mí me parece que está bien. No sé si enfocaría mi esfuerzo en la actualización de la ley que puede ser útil en dos cuestiones: uno, durante los últimos cinco años este gobierno no cumplió con la ley de Responsabilidad Fiscal, entonces no sé cuál es el punto de poner un esfuerzo con una ley que de todas maneras no se cumple como está.
En segundo lugar, yo creo que existen otro tipo de leyes que ameritan más esfuerzo, de tal manera a que se haga, digamos, la tarea de tratar de pasar por el Congreso y me refiero específicamente a la Ley de Superintendencia y Pensiones, creo que esa es muy importante.
Creo que soy bastante pragmático en este sentido, me tocó cuando estaba en el Banco Central, podríamos haber quitado siete leyes, pero metimos la fuerza en tres de ellas y dejamos de lado las otras leyes. Entonces, acá hay que priorizar las modificaciones legislativas que sea necesaria y en ese caso es importante, pero no creo que sea que tenga que ser el buque insignia de acaparador adelante.
– De acuerdo a algunos estudios, Paraguay posee uno de los gastos públicos por encima del promedio de la región. En este sentido ¿qué puede hacer el próximo gobierno entrante para mejorar este aspecto puntualmente?
Tenemos que implementar de la manera más rápida posible la cuestión de la nueva Ley de Contrataciones Públicas, se supone que eso va a permitir ciertos avances. Veamos cuán significativo hace, pero no podemos tampoco seguir con un esquema en donde el Ministerio va hacer licitación para renovar el papel.
Entonces en lugar de tener una sola, digamos una sola demanda por una mayor cantidad, lo cual es necesaria en términos de precio. Se tiene un compartimento estanco donde cada uno hace su contratación y hace que sea muy diferente el precio del mismo, bien en diferentes ministerios y eso aplica no solo a la resma de papel, sino también a otros, viene como como los medicamentos.
– Profundizando todavía lo que es el tema de la deuda pública o el gasto ¿usted cree que es posible todavía reducir el ratio de la deuda sobre sobre el Producto Interno Bruto del país?
A mí no me preocupa todavía mucho. Sí, subió mucho, subió rápido, pero yo creo que Paraguay tiene suficiente agua como para mantener estos niveles.
De todas maneras, hay dos formas de ajustar este ratio o cociente con el número uno, con el denominador con el numerador es reduciendo el déficit fiscal porque la verdad, sin tener con reflejos de fiscales, pues en la medida que bajemos el fiscal, el numerador va a bajar y en lo referente al denominador es el PIB va a crecer en la medida que la economía crezca.
Entonces, cuando Paraguay deje de estar estancado, y que el PIB per cápita se estancó los últimos cinco años, como dijimos, cuando vuelva a recuperar un promedio de 4,5% y el déficit fiscal disminuya, yo creo que ese ratio se va a terminar estabilizando, entonces no me preocupa, por que ni siquiera estamos cerca de los números que representaría un peligro para las finanzas públicas de Paraguay.
– Teniendo en cuenta que la inflación ya se encuentra dentro del rango meta del BCP ¿Usted cree que es necesario que la banca matriz reduzca su tasa de política monetaria (TPM) o todavía se debe mantener?
El Banco Central del Paraguay está desarrollando su tarea de acuerdo al objetivo establecido en la Constitución y las leyes, que es la de mantener a raya la inflación, no es crecimiento económico, no es redistribución del ingreso, es básicamente mantener a raya en la inflación y bueno, están haciendo esa tarea y reflejo de ello es que del 11,8% de inflación interanual que teníamos, ahora estamos 5,1%.
Creo que entonces está ahí, pero no cantemos victoria antes de tiempo en acordemos que la plata. Recordemos que el peor error de los bancos centrales sería empezar a aflojar con la política monetaria, antes de tener toda la seguridad que la inflación está bajo control, porque después el remedio se hace mucho más doloroso.
Entonces, el TPM estará ahí, probablemente los próximos meses, ya que se ajustará a la baja, pero confío plenamente en lo que está haciendo el Banco Central y en lo que vaya a hacer para por mí me parece adecuado en todo momento lo que están haciendo.
– Está entrando un nuevo gobierno, desde su punto de vista ¿qué cuestiones o decisiones fueron tomadas correctamente por este gobierno que fue, tanto política, social, económica, qué se puede rescatar y qué fueron algunas acciones que así decimos no fueron tan buenas?
No voy a poder explayarme mucho, pero voy a concentrarme solamente en el aspecto fiscal. El aspecto fiscal fue positivo, fue una buena reacción a la pandemia, en donde se ha ejecutado una política fiscal contracíclica.
Ahora, fue inadecuado desde el punto de vista fiscal. Me parece uno la extrema facilidad con la cual por primera vez rompieron el límite establecido en la ley de Responsabilidad Fiscal que fue en el año 2019, ya con una sequía, y con una posibilidad de inundación ya inmediatamente salieron a decir de que había que apretar la cláusula gatillo para subir el déficit, me parece un error tremendo, porque todos los años en todo periodo van haber choques, que en algunos casos son manejables como era en ese caso lo que ocurrió, y algunos inmanejables como fue en el año 2020 con la llegada de la pandemia, que sí fue justificaba.
Otro error también fue que cerraron el paso para la reforma y recién ahora se están moviendo, cuando ya están a meses de salir, lo cual me parece horrible. Incluso le dije al ministro de Hacienda que haga algo con los gastos, pero no hicieron nada y finalmente ahora, a mi me parece que está mal esta cuestión, el de no reconocer cuál es el verdadero nivel del déficit fiscal.
– Por último, se trata de una pregunta compleja, pero que me es inevitable no hacerlo. Teniendo en cuenta que es uno de los nombres más sonados para ocupar el puesto de ministro de Hacienda ¿lo veremos en los próximos meses al mando de la Cartera del Estado del país dirigiendo?
Esta es una pregunta que se le tiene que hacer al presidente electo, Santiago Peña, y a mi señora que es la dueña de mi pase.