Río de Janeiro, 18 nov (EFE).- La petrolera brasileña Petrobras anunció este viernes el aplazamiento de la venta de la Refinería Gabriel Passos (Regap), una de las ocho refinerías que incluyó en 2019 en su plan de desinversiones, por considerar que la oferta que recibió por la unidad no es satisfactoria.
La mayor empresa de Brasil informó en un comunicado que recibió una oferta vinculante para ceder la Regap, pero que prefirió dar por concluida la negociación debido a que «las condiciones de la propuesta estaban por debajo de la evaluación económica y financiera» hecha por la compañía.
De esa forma, agrega la nota, «la compañía evaluará el momento adecuado para iniciar un nuevo proceso competitivo» entre los interesados en adquirir la planta.
La Regap, ubicada en la región metropolitana de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais y una de las mayores ciudades del país, tiene capacidad para procesar 150.000 barriles diarios de crudo.
Esta planta fue una de las ocho que la petrolera, controlada por el Estado pero con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, se comprometió a vender para abandonar su posición monopólica en el área del refino.
La intención inicial de la empresa, con su plan de desinversiones lanzado en 2019, era vender ocho de sus trece refinerías, con una capacidad sumada de producir 1,1 millones de barriles de derivados por día, lo que equivale a la mitad de la capacidad de refino del país, pero por ahora solo ha conseguido acuerdos para cuatro.
Petrobras finalizó en noviembre del año pasado la venta de la refinería Landulpho Alves (Rlam) al fondo emiratí Mubadala Capital, por 1.650 millones de dólares.
Igualmente llegó a acuerdos para ceder las refinerías Isaac Sabbá (Reman), Lubricantes y Derivados de Petróleo del Nordeste (Lubnor) y la Unidad de Industrialización del Esquisto (SIX).
Las ventas están enmarcadas en un ambicioso plan de venta de activos por hasta unos 23.000 millones de dólares con el que la petrolera pretende reajustar su tamaño y su enorme deuda, y concentrarse en actividades más estratégicas y rentables, como la explotación de petróleo y gas en las gigantescas reservas que tiene en aguas muy profundas del océano Atlántico.
La venta de las otras cuatro está en duda debido a que el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, es contrario a la oferta de los activos de la petrolera y ha dicho que pretende fortalecer la empresa y aumentar su capacidad de refino.
