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25 de abril de 2024

Advierten que se está trabajando más de 50 horas a la semana por la recuperación económica

El deterioro laboral está presente en el mercado local, a pesar del mayor dinamismo que se está observando con la reapertura de las actividades, según economista. En Europa, el promedio de trabajo es de 36 horas semanales.

Si bien el país está ingresando a la senda de la recuperación económica – tras los embates que generó la pandemia de COVID-19 en el 2020 y la “tormenta perfecta” de año anterior –, las condiciones de trabajo se encuentran resentidas y revelan un ambiente de elevada precariedad.

Esto sostiene la economista Verónica Serafini, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep). A modo de ejemplo, explica que las personas están trabajando hasta más de 50 horas a la semana en el mercado local – más de las 8 horas diarias reglamentarias, seis días a la semana –, lo que casi duplica a las 36 horas en promedio que se dedica a la actividad productiva en Europa.

“En la pandemia, cayeron las horas de trabajo y ahora se está recuperando por encima de lo que se considera”, expresa.

La analista reconoce que esta situación se da en un contexto de sectores económicos que reactivaron su actividad, pero que todavía no lograron una facturación similar a la que tenían antes de la emergencia sanitaria.

“Se abrieron los restaurantes, se generaron empleos, pero no están teniendo la facturación que tenían antes de la pandemia”, relata.

Explica, además, que varios negocios están luchando por no tener que desalquilar sus locales, por ejemplo, a fin de no perder los sitios en que se habían instalado. Esto también puede ir en contra de los recursos que se asignan al personal, por lo que estos deben ser menos y trabajar más horas.

Menciona al sector restaurantero entre los que adolecen de importantes falencias en cuanto a condiciones laborales de sus trabajadores. Recalca que en este rubro de servicios se emplean jóvenes, en su mayoría, que no construyen una trayectoria laboral porque cambian muy frecuentemente de empleador.

“Cuando se van a la tercera entrevista (de trabajo) le dicen ¿por qué cambiaste?, y salieron porque le prometieron una cosa, no hay transporte público, etc. El nivel de precarización que hay en el mercado laboral es impresionante”, exclama.

Se refiere también a empresas que abusan de la figura de “ayudante” para el empleo juvenil, en virtud del cual advierte que se contrata a personas por un intervalo de solo seis meses.

“Son jóvenes que no van a tener seguridad social. Si no discutimos ese tipo de cosas, no vamos a salir adelante, y no estamos discutiendo”, agrega.

Finalmente, recuerda que el salario del peón ganadero se encuentra actualmente en un promedio de 40% del salario mínimo legal vigente, con lo cual esta remuneración es de poco más de G. 850.000. Reconoció que esto se debe al régimen especial del que dispone este sector.

“Un país que paga G. 800.000 por ley al trabajador, es terrible”, critica.

Efectos de los discursos

El accionar y las omisiones de los gobiernos también vierten sus efectos en las condiciones laborales del país.

A criterio de Serafini, aquel discurso de “usen y abusen” de Paraguay, pronunciado por el entonces presidente de la República Horacio Cartes, caló profundo en las prácticas de relacionamiento entre empleadores y empleados.   

“Vengan a Paraguay porque aquí hay trabajo barato, esa es la idea que tiene el Gobierno: que hay que vender el Paraguay como un país barato en todo, en impuestos, en seguridad social, en trabajo, que se puede manipular a las personas, mentir a los jóvenes”, denuncia.

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