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26 de abril de 2024

FMI: Rebrote del virus y lenta distribución de vacunas, los principales problemas de Paraguay

El organismo multilateral coloca a la situación sanitaria de nuestro país entre los factores que empañan las perspectivas de corto plazo para la región. No obstante, confía en que las economías aprendieron a adaptarse al confinamiento, por lo que sostiene que las nuevas restricciones ya no serían tan perjudiciales como al inicio de la pandemia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió un nuevo informe sobre  las perspectivas económicas para América Latina y el Caribe, en el que prevé un crecimiento económico de 4,6% para la región en el 2021, por debajo del 5,8% estimado para los mercados emergentes – excepto China -.

Además, estima que el ingreso per cápita no retornará al nivel de antes de la pandemia hasta 2024, lo cual provocará pérdidas acumuladas del 30% respecto a la tendencia pre-pandémica.

El FMI resalta que la contracción de 7% experimentada por la región en 2020 fue la más pronunciada del mundo, superando con creces la desaceleración mundial, que fue de 3,3%.

“La recuperación del crecimiento en América Latina y el Caribe en el segundo semestre de 2020 fue vigorosa, pero no tanto como la de la economía mundial, y eso a pesar de las políticas de ayuda sin precedentes, el sólido desempeño de los socios comerciales, el auge de los precios de las materias primas y las condiciones financieras acomodaticias en todo el mundo”, señala el organismo, en el mencionado informe.

Enfatiza en que la persistencia de la crisis sanitaria en muchos países ensombrece las perspectivas a corto plazo. Tanto las personas como las economías siguen necesitando en el corto plazo una inyección para salir de la crisis de la COVID-19, mientras que el agravamiento de varias fragilidades estructurales subyacentes plantea serias dificultades a largo plazo, agrega.

Recuperación lenta y divergente

No obstante, el organismo internacional dice que las perspectivas están sujetas a un grado excepcional de incertidumbre, mientras continúa la carrera entre las vacunas y el virus.

Por el lado positivo, un control más rápido de la pandemia a escala mundial y un estímulo mayor de lo previsto con políticas de apoyo internas incentivarían el crecimiento.

En Chile, observa que la rapidez de la vacunación y las importantes políticas de apoyo constituyen un refuerzo a corto plazo. Se espera que el país alcance este mismo año el nivel de producto interno bruto (PIB) previo a la pandemia.

Por el lado negativo, indica que el reciente rebrote del virus en Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, sumado a la lenta distribución de las vacunas (salvo en Chile), empaña las perspectivas a corto plazo; sin embargo, es probable que los nuevos confinamientos no sean tan perjudiciales como los implementados al inicio de la pandemia, ya que las economías han aprendido a adaptarse.

El Fondo Monetario dice que las economías caribeñas que dependen del turismo serán las últimas en recuperarse (no será hasta 2024) debido a la lenta reanudación de la actividad en este sector.

Por el momento, considera que el incremento de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos ha incidido moderadamente en los precios de los activos y los flujos de capital en la región. Sin embargo, admite que el aumento continuo de las tasas de interés a largo plazo representa un riesgo.

Consecuencias duraderas

Por otra parte, el FMI comenta que la pandemia supondrá además un deterioro duradero del capital humano debido al cierre de los colegios, que fue más prolongado que en otras regiones.

“Resulta difícil cuantificar las pérdidas de aprendizaje, pero el análisis del personal técnico indica que el ingreso de los estudiantes de edades comprendidas entre 10 y 19 años podría ser, en promedio, un 4% más bajo a lo largo de su vida si no se compensan los días de clase perdidos en 2020”, se señala en el reporte.

Sin embargo, dice que lo más urgente sigue siendo controlar la pandemia, cerciorándose de que los sistemas sanitarios estén debidamente dotados de recursos y de que todos tengan acceso a la vacuna.

Además de que las políticas fiscal y monetaria deben seguir siendo acomodaticias en los países que disponen de suficiente margen de maniobra – un refuerzo a corto plazo rápido para sus economías -, mientras que los países con presupuestos limitados deben reorientar las prioridades de gasto hacia la salud y el apoyo a los hogares, y trabajar para crear espacio fiscal adicional.

“Recuperarse de las secuelas a más largo plazo será más difícil y obligará a acelerar las reformas estructurales, mejorar el acceso a sistemas de educación y salud de calidad, ampliar las redes de protección social y mejorar el clima empresarial”, concluye el organismo internacional.

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