Por: Eduardo Esquivel, Espacio Económico.
En 2024, la provincia de La Rioja, Argentina, empezó a implementar nuevamente una cuasimoneda denominada “Chachos” como medida para enfrentar la crisis fiscal que afecta a su administración.
Esta emisión surge en un contexto de deterioro macroeconómico, caracterizado por una creciente falta de liquidez, alta inflación, y una disminución significativa en las transferencias federales.
La situación exigió respuestas urgentes para evitar una disrupción completa en la capacidad del gobierno provincial de cumplir con sus obligaciones financieras, incluyendo el pago de salarios y servicios esenciales.
¿QUÉ SON LOS CHACHOS?
Los Chachos se emiten como instrumentos financieros de corto plazo, diseñados para circular dentro de la economía riojana y facilitar transacciones en ausencia de suficientes pesos argentinos. Esta cuasimoneda fue adoptada principalmente para asegurar la continuidad operativa del sector público y minimizar el riesgo de parálisis administrativa.
Al igual que otros títulos de deuda, los Chachos cuentan con un respaldo nominal del gobierno provincial, aunque la confianza en su valor depende de la percepción pública sobre la solvencia fiscal de La Rioja.
Desde su implementación, los Chachos se utilizan como medio de pago en múltiples transacciones locales, incluidos salarios públicos, compras en comercios, y contratos con proveedores estatales.
El objetivo subyacente es mantener el flujo económico dentro de la provincia, evitando una contracción severa de la actividad económica que podría resultar de la falta de efectivo.
Sin embargo, la aceptación de esta cuasimoneda es variada, con algunos sectores reacios a adoptarla debido a temores sobre su estabilidad y valor a lo largo del tiempo.
IMPACTO
El uso de cuasimonedas como los Chachos presenta riesgos inflacionarios, ya que la emisión de estos instrumentos puede generar un aumento en la base monetaria provincial sin un correspondiente respaldo en reservas o ingresos fiscales.
Esto podría resultar en una depreciación de su valor frente al peso argentino, especialmente si la confianza del público se ve erosionada.
La experiencia de crisis anteriores en Argentina demuestra que la inflación es una consecuencia común cuando las cuasimonedas se emiten en grandes volúmenes sin un control riguroso.
Desde el punto de vista técnico, los Chachos pueden considerarse una “deuda flotante” de la administración provincial. Aunque no están formalmente reconocidos como deuda en la contabilidad gubernamental, representan obligaciones financieras que eventualmente deberán ser absorbidas o recompradas por el gobierno de La Rioja.
El riesgo de default o incumplimiento de estas obligaciones es una preocupación, especialmente si la situación fiscal no mejora a mediano plazo.
Asimismo, otro aspecto crítico es la percepción de riesgo crediticio asociado a la provincia de La Rioja tanto en el mercado financiero argentino e internacional.
La emisión de Chachos podría ser interpretada como un signo de debilidad fiscal y aumentar la aversión al riesgo entre los inversores. Esto podría llevar a un incremento en los costos de financiamiento para la provincia, limitando su capacidad de acceder a mercados de deuda convencionales para financiar su déficit presupuestario.
En términos de política monetaria, los Chachos no cuentan con respaldo en reservas del Banco Central de Argentina, lo que los diferencia de la moneda oficial.
Esto implica que el control sobre su emisión y circulación recae enteramente en las autoridades provinciales, quienes deben balancear cuidadosamente entre la necesidad de mantener la economía en funcionamiento y el riesgo de descontrolar la inflación.
La falta de mecanismos de absorción de liquidez podría agravar la situación si la emisión no se gestiona adecuadamente.
A largo plazo, la sostenibilidad de esta cuasimoneda depende de la capacidad del gobierno provincial de estabilizar sus finanzas y restaurar la confianza de la población.
En caso de no realizar una mejora significativa en los ingresos fiscales, como un rescate financiero por parte del gobierno nacional, los Chachos podrían enfrentar presiones crecientes que limiten su efectividad como herramienta económica.
La experiencia histórica sugiere que estas cuasimonedas pueden ser útiles en el corto plazo, pero presentan desafíos significativos que requieren una gestión fiscal muy cuidadosa.
Aunque los Chachos permiten mantener el funcionamiento de la administración pública y evitar un colapso económico de La Rioja, los efectos sobre el poder adquisitivo, la inflación y la estabilidad económica provincial son temas de cuidado.