El resultado del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) es una medida oficial que analiza las carencias de la población desde cuatro dimensiones: el acceso a trabajo y seguridad social; vivienda y servicios; salud y ambiente, y educación, y fue presentado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) por segundo año consecutivo.
Según el informe correspondiente al cierre del 2021, en ese año la población paraguaya en situación de pobreza multidimensional fue de 20,76%, es decir, aproximadamente 1.505.422 personas se encontraban en la citada situación.
Comparando el resultado con el del 2020, el IPM se redujo en 4,17 puntos porcentuales.
En el informe se puede observar una marcada desigualdad entre las áreas urbana y rural, dado que en la primera abarca al 8,98% (411.014 personas) de la población, mientras que en la segunda la incidencia es de 40,94% (1.094.408 personas).
Es importante señalar que el IPM complementa a la medición de pobreza monetaria, la cual es estudiada desde hace 25 años en el país desde la perspectiva del ingreso de las personas. Gracias a esto, es posible saber que el 11,99% de la población paraguaya -unas 869.416 personas- se encontraron en situación de pobreza multidimensional y monetaria al mismo tiempo, el año pasado.
Iván Ojeda, titular del INE, manifestó que el resultado del 2021 es explicado por la disminución de carencias en los indicadores de subocupación por insuficiencia de tiempo, falta de saneamiento mejorado, escolarización atrasada, personas enfermas o accidentadas sin acceso a atención médica profesional, el uso de carbón o leña para cocinar, falta de acceso a agua mejorada y falta de acceso a jubilación o pensión.
“El año 2021 estuvo caracterizado con que llegaron las vacunas, entonces eso también permitió una gran reactivación económica, que llevó a que se levanten algunas restricciones de actividad económica, eso hizo que la subocupación se reduzca ostensiblemente”.
Iván Ojeda, director del INE
Añadió que también se observó que la gente optó por cocinar con cocinas eléctricas. Además, el indicador de problemas para el acceso a la salud, que en los periodos de pre-pandemia estaba en torno al 42%, se redujo a un 18% o 19%; “esto debido a que la gente se quedó más en sus casas en una etapa importante del año 2021”, detalló.
En cuanto al índice de educación, recordó que al no haber clases presenciales, se redujo el ausentismo en los centros educativos.
“Acá, a diferencia de la pobreza monetaria que mide una sola dimensión, estamos midiendo cuatro dimensiones y quince variables, y esas variables son las que mejoraron y por eso mejora el índice de pobreza multidimensional en el país”, especificó.
Incidencia por departamento
El informe del INE detalla que, en cuanto a la incidencia de la pobreza multidimensional por departamento, Caazapá presenta un 51,49%; San Pedro, un 41,38%; Caaguazú, un 33,04%; Itapúa, un 23,55%; Alto Paraná, un 15,61%; Central, un 8,18%; Asunción, un 5,93% y el resto del país, 29,75%.
Las privaciones más frecuentes
Por otra parte, el reporte da cuenta también de que las privaciones con mayor porcentaje entre los pobres multidimensionales fueron falta de aporte a caja jubilatoria, con 19,57%; luego, prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basura, con 18,79%; uso de carbón o leña para cocinar, con 14,86%; y falta de saneamiento mejorado, con 8,55%.
Las tres principales privaciones censuradas que han presentado una mayor reducción entre los años 2020 y 2021 fueron falta de aporte a una caja jubilatoria, la cual pasó de 23,17% a 19,57%; prácticas inadecuadas o falta de servicios para eliminación de basura, que pasó de 21,6% a 18,79%; y, en tercer lugar, escolarización atrasada, que pasó de 9,10% a 6,48%.
En este punto, la consultora Mentu en su boletín diario Pulso Financiero sostuvo que para reducir la pobreza multidimensional son necesarias estrategias que contribuyan al desarrollo económico como apoyar a nuevos sectores con potencial de crecimiento, así como las orientadas al desarrollo integral de las personas.
Situación coyuntural del 2021 influyó en los resultados
El economista Virgilio Noel Benítez sostuvo que, analizando los resultados, uno hasta se sorprende teniendo en cuenta que en el año 2021 el Covid-19 seguía muy presente en nuestro país y afectó el acceso a la educación de muchos estudiantes, especialmente a aquellos de escasos recursos.
Dijo que el área de Trabajo y Seguridad Social se puede relacionar con el contexto de reapertura de la actividad económica. No obstante, enfatizó en que estos resultados podrían subir nuevamente teniendo en cuenta la situación actual de este 2022.
“Esto no se va mantener, teniendo en cuenta esta coyuntura actual del 2022. La inflación va a empujar y mucho a la pobreza; con el tema inflacionario, se ve reducido demasiado el poder adquisitivo de las familias y eso va a terminar impactando”.
Virgilio Noel Benítez, economista
En otro momento, el profesional refirió que se deben llevar adelante políticas públicas o mejorar las ya existentes y que a la población vulnerable se le debe facilitar el acceso a los programas que tiene el Gobierno.
“Ahí entramos en una cuestión logística donde el Gobierno tiene que identificar de manera correcta estas personas, identificar las zonas puntuales donde se encuentran estas personas pobres y, a partir de ahí, empezar a generar oficinas directamente en los lugares donde haya mayor pobreza, que se puedan ubicar y puedan tramitar todas estas gestiones necesarias”, acotó.
Insistió en que será muy difícil que vayan a mejorar sus condiciones de vida si es que no reciben esa parte de las políticas públicas.
Por último, comentó que aunque se transite por una crisis económica, si se cuenta con buenas políticas públicas, esta no afectará en gran medida a la población vulnerable. “No es la misma cosa estar en crisis con una sociedad altamente vulnerable como la nuestra, donde la mayoría de la zona rural son pobres multidimensionales”, concluyó.