Las altas tasas de interés registradas a inicios del año obligaron al Tesoro Nacional a salir a emitir casi al cierre del primer semestre y, pese a las mejores condiciones del mercado desde ese entonces, no se acercó al menor costo de financiamiento logrado en operaciones anteriores.
A octubre, la deuda pública llegó a USD 16.194 millones, 36,8% del PIB. A esto se deberán sumar los USD 600 millones autorizados por el Congreso para honrar los compromisos con constructoras y farmacéuticas. El interés de los pasivos, por su parte, creció en 58% frente al 2022.
No obstante, se dieron pasos positivos como el inicio de la desdolarización de la deuda pública y se mantuvo la calificación crediticia, incluso Fitch habilitó a empresas paraguayas a calificar como grado de inversión y el índice EMBI arrojó uno de los perfiles más confiables para la inversión en la región.