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26 de abril de 2024

78vo aniversario del guaraní: Los eventos que llevaron a su creación y sus características actuales

Una de las monedas más antiguas y estables de la región avanza hacia las ocho décadas de existencia. En este artículo, hacemos un recorrido por los eventos históricos que desembocaron en la creación de nuestra unidad monetaria, y las características actuales de los billetes y las monedas en circulación.

Hace 78 años se creó el guaraní, nuestra unidad monetaria, una de las más antiguas y estables de la región. 

Además de convertirse en un elemento de identidad nacional, la instauración de este signo monetario buscaba aplacar la confusión e inestabilidad monetaria que hasta ese entonces se vivía en Paraguay y había sido exacerbada por los efectos socioeconómicos de la Guerra contra la Triple Alianza. 

A casi ocho décadas del inicio de su existencia, hacemos un recuento de la forma en que se manejaba la economía en la sociedad paraguaya antes del advenimiento del guaraní y los cambios que se fueron implementando posteriormente en las características de los billetes y las monedas en circulación. Para el efecto, recurrimos a un capítulo del libro “El guaraní, 70 años de estabilidad. Una conquista de la sociedad”, publicado por el Banco Central del Paraguay (BCP).

La economía del trueque

Para entender el desorden monetario que reinaba en la economía antes de la creación del guaraní, debemos remontarnos a la época pre-colonial y recordar la escasa tradición de utilización de monedas con la que convivió la sociedad paraguaya durante parte importante de su historia. 

Antes de la llegada de los españoles, el intercambio de bienes se basaba en el trueque, es decir, sin intermediación del dinero. En nuestro texto de consulta, de hecho, se destaca que las poblaciones nativas de esta parte del continente se dedicaban a la caza y a la pesca, y eran nómadas, por lo que probablemente las transacciones de intercambio eran mínimas.

Durante el inicio de la conquista, este mecanismo se mantuvo y no fue hasta la presencia de Domingo Martínez de Irala, primer gobernador del Paraguay, que se implementó la utilización de un instrumento que cumplía la función de moneda. Se trata de las “cuñas”, que consistían en un pedazo de hierro que guardaba cierta relación con el Maravedí, la moneda de hierro española que circulaba en la península ibérica, según la publicación del BCP. 

Esta innovación se vio forzada por el crecimiento de las transacciones que resultó de la expansión demográfica que en ese momento experimentaba la región, con la venida de más españoles atraídos por las oportunidades de enriquecimiento, y el aumento vegetativo de la población nativa y mestiza. 

La independencia

“Al declararse la Independencia del Paraguay en mayo de 1811, el sistema de intercambio tradicional, el trueque, había desaparecido con la introducción de las monedas españolas. Circulaban el ´peso`, el ´real´ y el ´cuartillo´ con el agregado de ´corriente´”, continúa relatando la publicación del BCP.

Así se grafica la variedad de signos monetarios que ya en ese entonces estaba presente al interior de la sociedad paraguaya; mientras que el oro y la plata eran utilizados como referencia en los cambios, ante lo apreciados que eran.

Durante el gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia retornó el sistema de trueque, en un contexto de prohibición de extracción de moneda y los expendios en dinero o alhajas. En ese entonces, el comercio tanto interior como exterior se había reducido considerablemente. 

Con el cambio de rumbo que significó para el país el gobierno de Carlos Antonio López, se generó la necesidad de acompañar el dinamismo económico con un instrumento de cambio para las transacciones. 

“En consecuencia, en noviembre de 1842, se sancionó la primera ley monetaria, adoptándose como unidad monetaria el peso fuerte y el peso corriente, teniendo ambos una equivalencia respecto a la Onza de Oro como una suerte de patrón. La mencionada ley autorizaba acuñar monedas de plata con el escudo y armas nacionales de la República”, narra la publicación del BCP.

Con el estallido de la Guerra contra la Triple Alianza, la emisión de papel moneda se realizó sin relación con la existencia de la moneda metálica y la garantía se basaba en productos -principalmente la yerba mate- o su valor monetario realizable en el comercio exterior. Durante la contienda, circularon en nuestro país billetes y monedas de Brasil, Argentina, Uruguay, Inglaterra y otros países, de manera activa.

El desorden de la post-guerra

Con los catastróficos resultados de la Guerra Grande para el Paraguay, la administración del Estado quedó sin recursos para atender necesidades básicas, por lo que se debió recurrir a la emisión; la primera emisión post-guerra se dio así el 29 de diciembre de 1870, esta y otra segunda fueron garantizadas con la venta del ferrocarril del Estado y de tierras fiscales o futuros empréstitos.

Poco después, el 31 de julio de 1871, se decretó la desmonetización del papel moneda y quedaron como circulante principal las monedas de oro y plata de origen extranjero. La inmigración y la reactivación económica impulsaron aún más la presencia de estos signos monetarios y tomó especial relevancia la presencia de la divisa argentina, debido a la activa relación que se mantenía con el vecino país. 

Casi dos décadas más adelante, la crisis bancaria argentina de 1890 y la depreciación acelerada del peso argentino obligaron a una reforma monetaria de aquel país y el 30 de octubre de 1892 se dictó una ley que declaraba la “inconversión” de los billetes, con lo que comenzó un intento de reforma del régimen monetario, según destaca la publicación del BCP.

Otra reforma que se destaca es la de 1914, que desvinculó la conversión en oro del peso papel. “Estas situaciones incidieron fuertemente en el sistema monetario paraguayo y la moneda argentina de oro quedó reemplazada por el papel moneda argentino y paraguayo que circulaban, conjunta e indistintamente, en nuestra economía hasta 1941”, agrega el texto.

El papel de la Oficina de Cambios

El análisis de la banca matriz ubica a la creación de la Oficina de Cambios, en enero de 1916, como el intento serio por lograr la estabilización de la moneda. 

La Ley 463, del 30 de diciembre de 1920, autorizó así a la Oficina de Cambios a contratar la acuñación de monedas e impresión de billetes, para cumplir con la función de canjear la emisión por billetes de emisiones anteriores. 

El 25 de octubre de 1923 se sancionó la Ley 550, para la concreción del propósito de la conversión, ya que autorizaba a la Oficina de Cambios a emitir billetes de curso legal contra entrega de oro sellado.

El periodo de estabilización monetaria se prolongó hasta 1932, cuando se inició la Guerra del Chaco.

La creación del guaraní

Avanzado el siguiente periodo de post-guerra, la economía paraguaya se vio en la necesidad de independizar la eficiencia de su sistema monetario de las contingencias de la economía argentina. Esta búsqueda de mayor autonomía impulsó la reforma monetaria de nuestro país. 

Así, el 5 de octubre de 1943 se emitió el Decreto Ley 655, por el cual se estableció el “Régimen Monetario Orgánico de la República del Paraguay”, con la disposición del nombre de “Guaraní” para la nueva unidad monetaria creada, que entró en circulación en 1944 y se mantiene hasta nuestros días. Se estableció una unidad dividida en 100 partes iguales, denominadas céntimos y cuyo símbolo es la G cruzada de derecha a izquierda.

El BCP enumera los objetivos de esta medida:

  • Poner fin al período de confusión e inestabilidad monetaria. 
  • Instituir una nueva unidad monetaria basada en principios modernos y realistas. 
  • Asegurar la estabilidad interna y externa. 
  • Unificar la moneda y la responsabilidad de las emisiones.
  • Fortalecer la unidad.
  • Reafirmar la independencia y soberanía monetaria.

Características de los billetes

Los primeros billetes de guaraní emitidos fueron de las denominaciones 1, 5, 10, 50, 100, 500 y 1.000 guaraníes, con las siguientes ilustraciones:

G. 1: Soldado Paraguayo

G. 5: Gral. José E. Díaz

G. 10: Don Carlos A. López

G. 50: José G.R. De Francia

G. 100: Mcal. José F. Estigarribia

G. 500: Mcal. Francisco S. López

G. 1.000: Pintura simbólica de la Independencia del Paraguay

A partir del año 1952 y con la vigencia del Decreto Ley 18 del 25 de marzo de ese año, la emisión de billetes es efectuada por el Banco Central del Paraguay. En la actualidad, las emisiones monetarias se realizan en virtud a lo establecido en la Ley 489 Orgánica del BCP, promulgada el 29 de junio de 1995.

Los primeros billetes emitidos tenían medidas variables conforme a su denominación; recién a partir de la segunda emisión de billetes, en el año 1963, se cuenta con billetes de tamaño uniforme para todas las denominaciones.

Los billetes actualmente en circulación, con sus respectivas ilustraciones, son los siguientes:

G. 2.000: Adela y Celsa Speratti

G. 5.000: Don Carlos A. López

G. 10.000: José G.R. De Francia

G. 20.000: La Mujer Paraguaya

G. 50.000: Agustín Barrios (Mangoré)

G. 100.000: San Roque Gonzalez de Santacruz 

Sus dimensiones son 157 x 67 milímetros. Están fabricados en papel de algodón 100% puro y traen incorporados elementos de seguridad tales como: fibras de seguridad a colores visibles a contraluz ultravioleta, hilo metálico aventanillado. 

A partir de las emisiones del año 1979 se incorporan las denominaciones en idioma guaraní, y en 2002 se suman las marcas para invidentes, que son figuras geométricas ubicadas en el ángulo inferior izquierdo del anverso del billete de cada denominación. 

Características de las monedas

La emisión de las primeras monedas, a partir de la implementación de la reforma monetaria, se dio en 1944 y correspondían a las divisiones centesimales (Céntimos).

Posteriormente, se emitieron monedas que irían reemplazando a los billetes de baja denominación: a partir de 1975 se han emitido monedas de las denominaciones de G. 1, G. 5, G. 10 y G. 5; y en los años noventa, el valor del guaraní justificaba cambios en el cono monetario, que consistieron en la sustitución de los billetes de G. 100 y G. 500 por sus equivalentes en monedas.

A partir del año 2007 se emitió moneda de G. 1.000, que sustituye al billete de igual denominación; al igual que lo sucedido con el billete de G. 500, en los primeros años coexistieron tanto billetes como monedas de G. 1.000.

Las monedas de G. 100, G. 500 y G. 1.000 son acuñadas a partir de cospeles de acero revestidas de níquel. En tanto que las monedas de G. 50 son acuñadas en aluminio. Las monedas, de color plateado, tienen los siguientes diámetros: 19 mm para las de G. 50; 21 mm para las de G. 100; 23 mm para las de G. 500 y 25 mm para la de G. 1.000.

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