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27 de abril de 2024

Política y economía: ¿Cómo influyen las elecciones en la inflación y el crecimiento económico?

En el presente artículo estaremos describiendo brevemente dos de los primeros modelos de la teoría de los Ciclos Político-Económicos (CPE), la cual busca evidenciar cómo los gobiernos, impulsados por intereses específicos, pueden influir en la economía más allá de un rol meramente maximizador.

Por Leonardo Fernández – Estudiante Investigador

Las ciencias económicas estudian una amplia gama de fenómenos complejos relacionados con la conducta social, como la valoración subjetiva, la maximización de beneficios, la gestión de riesgos y la proyección de escenarios; sin embargo, no pueden escapar de su esencia: la sociedad. Por lo tanto, la economía se ve influenciada no solo por situaciones en las cuales prevalece el interés monetario, sino también por las instituciones sociales y políticas.

A mediados de los años 70, con el auge de la revolución de las expectativas racionales de Robert Lucas y los ataques de la Escuela Monetarista, la visión del gobierno idealizado y planificador benevolente comenzó a resquebrajarse.

Es en dicho contexto cuando el economista William Nordhaus publica la obra “The Political Business Cycle”, planteando un modelo simple de elección pública intertemporal, donde se analiza cómo el dilema del gobierno entre inflación y desempleo se observa desde la óptica “electoralista”: los gobiernos asumen que los votantes evalúan su desempeño de acuerdo con el resultado económico más reciente, y en un intento de mantenerse en el poder, adoptan aquellas medidas que maximizan sus votos.

El resultado que plantea el modelo de Nordhaus predice que la economía experimentará un auge poco antes de los comicios, y en consecuencia también sufrirá un incremento de la tasa de inflación, como parte de la estrategia del gobierno para convencer a los votantes, los cuales valorarán un mejor desempeño económico antes que una inflación baja. Luego de realizadas las elecciones, el gobierno entrante tomaría medidas contractivas para combatir el incremento de los precios, y se produciría una recesión.

En resumen, Nordhaus afirma que el patrón típico de expansión-auge-recesión-recuperación podría verse influenciado por las elecciones y su dinámica transcurre en el periodo intermedio.

Esta primera visión respecto a la influencia de la actividad política en la economía fue la más importante durante dicha década: Nordhaus planteaba que el gobierno elegido sería aquel cuyos votantes percibieran como más “eficiente” para la obtención de los resultados económicos en una dinámica sencilla; si el gobierno es eficiente durante o inmediatamente antes de las elecciones, también lo será en el futuro si es reelegido.

Sin embargo, el partido en el poder es consciente de que el auge no puede sostenerse de forma indefinida, por lo cual plantea una situación de asimetría de la información entre él y los votantes.

Además, otro de los supuestos del modelo de Nordhaus es que los partidos políticos son relativamente homogéneos y que la elección por un candidato u otro se debe plenamente a los resultados macroeconómicos. La teoría expuesta se denominaría posteriormente como teoría del ciclo electoralista.

Esto obviamente choca contra la tendencia política que tienen los individuos de agruparse en partidos de determinada ideología, la cual en determinados casos prima la producción, en otras priman los intereses empresariales, y también están aquellas que defienden la reforma agraria, etc.

En ese sentido, Hibbs (1977) plantea otro modelo, donde separa a los grupos en dos corrientes ideológicas con visiones distintas respecto a la política económica: por un lado, los denominados partidos de izquierda, que favorecen principalmente al empleo y presentan mejor tolerancia a la inflación; y por otro, los partidos de derecha, más reticentes a la inflación y que aceptan mayores niveles de desempleo.

Hibbs concluye lo siguiente: “En los gobiernos de uno u otro bando, por ejemplo, el de la izquierda, tanto el nivel de empleo como la inflación serán más altos que en un gobierno de derecha, por lo cual, en la medida que estos partidos se alternen en el poder, se producirán ciclos en dichas variables. Debido a que los votantes solamente consideran un periodo corto de tiempo para elaborar sus expectativas, los gobernantes pueden generar “sorpresas inflacionarias” para elevar el producto”. Esta visión se denominó teoría partidista del ciclo económico.

Esta primera generación de modelos permitió hacer explícitas determinadas situaciones bastante aceptadas tanto por la política como por la sociedad, pero no en la economía:

  1. Los gobernantes intentan operar en la economía antes y después de los comicios electorales.
  2. La diferencia de los partidos políticos respecto a sus visiones ideológicas sobre la economía incide en la tendencia que observarán los resultados macroeconómicos y que una parte de la fluctuación de los mismos se deben a cambios en el poder

Si bien posteriormente estas teorías serían modificadas y ampliadas, el planteamiento de estos dos aspectos aún resulta crucial en el estudio de los ciclos político-económicos: la relación entre política y economía es bastante compleja, y supondría una conclusión limitada predecir resultados políticos basados únicamente en el desempeño económico.

Sin embargo, es igualmente necesario hacer explícito a la sociedad que la economía está bastante supeditada a la evolución del juego político, tanto en el sentido ideológico, como en el mismo proceso de formulación de políticas.

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