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6 de mayo de 2024

El Guaraní cumple 80 años: La longevidad de nuestra moneda como conquista de la sociedad y herramienta de planificación

El 5 de octubre de 1943, desde el entonces Banco de la República del Paraguay, se creó el Guaraní como signo monetario para reemplazar a los pesos fuertes. Como símbolo de independencia monetaria, hoy el Guaraní llega a las ocho décadas de existencia.

La moneda paraguaya se ha posicionado como la segunda más antigua de la región y una de las más estables. Para ello, fueron vitales la independencia del Banco Central y el éxito que se ha logrado con el esquema de metas de inflación establecido en el 2011.

Dicha estabilidad se erige como una manifestación del “consenso no escrito” entre actores políticos y económicos del Paraguay al que se ha arribado en las últimas décadas. Desde hace varios años, se discuten temas como eliminar ceros o reducir la meta de inflación.

Uno de los acervos más importantes que todavía tiene la sociedad paraguaya es la estabilidad macroeconómica, representada en gran medida por la estabilidad que ha logrado el Guaraní en las últimas décadas. La capacidad de la moneda de subsistir a lo largo de tantos años y ciclos políticos, da cuenta de que el Guaraní ha logrado posicionarse como una conquista de la sociedad en su conjunto. 

En la fecha, se conmemora un aniversario más del Guaraní, que cumple ocho décadas de existencia. Según se explicó en un material divulgado por el Banco Central del Paraguay (BCP), el impulsor de la creación de la misma fue Carlos Pedretti, quien encabezó el equipo de “monetaristas notables”, para realizar los estudios previos a la creación del signo monetario. 

Pedretti era el presidente del entonces regulador del sistema financiero, el Banco de la República del Paraguay, antecesor institucional del BCP. De este modo, el 5 de octubre de 1943, nacía el Guaraní como un símbolo de independencia monetaria del país, en reemplazo de los pesos fuertes, y de hecho, los primeros guaraníes en circulación fueron pesos fuertes resellados con la nueva denominación.

Casi un año después, el 8 de septiembre de 1944, se presentó por primera vez la familia de billetes del Guaraní, estableciéndose la emisión de denominaciones de 1, 10, 50, 100, 500 y 1000 guaraníes, según el documento publicado por el BCP. Estos billetes, presentaban diferentes tamaños con el fin de indicar su grado de valoración, y no se unificaron en tamaño hasta varios años después. 

Posteriormente, el 25 de marzo de 1952 se creó el Banco Central del Paraguay, como lo conocemos hoy en día, y su primera emisión se realizó en 1953 bajo la presidencia de Epifanio Mendez Fleitas en la banca matriz, cuya firma se estampó en dicha emisión. 

Historia del Guaraní 

Raúl Olazar, autor del libro “Historia Monetaria y Numismática del Paraguay”,  comenta que desde su creación, el Guaraní se mantiene con su forma original sin la eliminación artificial de ceros. De América del Sur, es la segunda más antigua solo por detrás del peso colombiano; mientras que es la tercera de las Américas, teniendo en cuenta el dólar norteamericano. 

“El Guaraní fue creado para sustituir al peso fuerte y al peso oro sellado, que era una moneda más bien contable de esa época. Se buscó con eso estabilidad, renovando la moneda local, entonces con Carlos Pedrretti, quien era presidente del Banco del Paraguay, y Robert Triffin, un economista Belga, nace lo que hoy conocemos como el Guaraní”, refiere el numismático. 

Primeros billetes de guaraníes emitidos en 1944. Fuente: Folleto numismático del Paraguay, de Raúl Olazar.

Como dato curioso, Olazar comenta que para la creación de la moneda, hubo una especie de concurso en la época, con una lista de nombres que podrían haber sido electos. Sin embargo, en su estudio, Carlos Pedretti, llegó a la conclusión de que el nombre de la nueva moneda “debía ser un vocablo expresivo de lo nuestro” y ocasión propicia para rendirle homenaje a los nativos de esta región. 

Antes de la impresión de los primeros billetes de guaraníes, los billetes de pesos fuertes eran resellados con una nueva denominación, a una equivalencia de un guaraní por cada cien pesos fuertes. Posteriormente, se comenzaron a imprimir los guaraníes, con el billete de un guaraní como el más pequeño, y el de mil guaraníes como el más grande, con literalmente diferencia física de tamaños. 

El numismático comenta también, que aquellos primeros billetes de mil guaraníes, que eran distintos a la posterior denominación de mil guaraníes que se utilizó hasta entrado el siglo XX, era monetariamente un valor muy grande. De aquella impresión original, solamente hubo unas diez mil unidades para estos billetes de mil guaraníes.

“El Guaraní fue creado para sustituir al peso fuerte y al peso oro sellado, que era una moneda más bien contable de esa época. Se buscó con eso estabilidad, renovando la moneda local, entonces con Carlos Pedrretti, quien era presidente del Banco del Paraguay, y Robert Triffin, un economista Belga, nace lo que hoy conocemos como el Guaraní”.

Raúl Olazar, Numismático.

“Hasta 1946 circulaban en paralelo los pesos fuertes resellados y los primeros guaraníes impresos. Entre 1943 y 1946, durante unos tres años, la circulación se dio en paralelo, pero ya no como pesos fuertes, sino con los sellos que se conocen como resellos de conversión”, puntualizó durante una entrevista con MarketData. 

En 1952, con la creación del Banco Central del Paraguay, los billetes empezaron a ser emitidos bajo su tutela, dejando atrás el Departamento Monetario del Banco del Paraguay. Desde ese año, se comenzaron a imprimir las mismas denominaciones y diseños, pero bajo cargo del BCP, como lo conocemos hoy. 

En 1963, se unificó el tamaño físico de los billetes, y en esa tanda, se agregan los valores de G. 5.000 y G. 10.000, billetes que siguen con su mismo diseño y denominación hasta la actualidad. Ese mismo año, aparecía por primera vez la imagen de la mujer paraguaya en el billete azul de cinco guaraníes. 

En lo que respecta al cambio de guaraníes y dólares, apunta que los primeros registros que se tienen son de la década del 50 del siglo pasado. Una cotización estimada es de 100 guaraníes por dólar, teniendo como referencia una “caja del tiempo”, que hace unos años la Embajada de Estados Unidos en Paraguay, que estaba enterrada, en donde había dos billetes: uno de 1 dólar y otro de G. 100. 

Actualidad y proyección 

Si bien actualmente el uso de dinero digital viene reemplazando el uso de billetes físicos, estos todavía son muy importantes en el comercio y la economía del país. Sin embargo, más allá del instrumento, el signo monetario en sí mismo ha logrado una estabilidad importante y se erige como un eje de la proyección económica, para ahorros, inversiones y consumo en el país. 

Al ser consultado sobre este tema, el analista económico, Amilcar Ferreria, considera que la estabilidad de la moneda “es una de las más grandes conquistas de la sociedad paraguaya”, y se erige como una herramienta de planificación. Mencionó que es un componente del clima de negocios, y es algo apreciado no solo por la población, sino también por los inversionistas que llegan hasta el país. 

“La estabilidad del Guaraní es una de las más grandes conquistas de la sociedad paraguaya, es un componente central del clima de negocios. Es algo apreciado no solo por la población sino también por los inversionistas que vienen a Paraguay. Es un sello característico de nuestra economía y permite la planificación a largo plazo, ya desde el 2011 tenemos una meta de inflación que ha tenido éxito”, comentó. 

Sobre el control de la inflación, Ferreira mencionó que el BCP ha tenido éxito con su esquema de metas de inflación, lo que ha permitido la estabilidad en los últimos 20 años. 

“Paraguay ha logrado una especie de consenso no escrito, en el que se permite la corrupción en casi todas las instituciones, pero hay dos que están salvadas por este consenso, que son el Ministerio de Hacienda (hoy Economía) y el Banco Central. El consenso no escrito es que en líneas generales, en esas instituciones se hace un trabajo serio y se elige a los funcionarios por meritocracia».

Amilcar Ferreira, analista económico.

“Es un activo social muy importante del Paraguay, la estabilidad de la moneda permite la planificación a largo plazo y las inversiones, también permite tasas de interés bajas, lo que permite el endeudamiento a largo plazo, por ejemplo para comprar vivienda. Esto tiene enormes beneficios para las personas y empresas, Paraguay tiene muchas razones para celebrar estos 80 años”, puntualizó. 

Refirió que el hecho de que el Banco Central sea independiente no es un hecho menor, en una región que ha sido bastante desordenada en el manejo monetario, y que por ende ha tenido también procesos de inflación elevados.  Sin embargo, Paraguay se ha distinguido, construyendo una moneda estable, y se convierte en un motivo de celebración. 

“Paraguay ha logrado una especie de consenso no escrito, en el que se permite la corrupción en casi todas las instituciones, pero hay dos que están salvadas por este consenso, que son el Ministerio de Hacienda (hoy Economía) y el Banco Central. El consenso no escrito es que en líneas generales, en esas instituciones se hace un trabajo serio y se elige a los funcionarios por meritocracia”, destacó. 

Usó como ejemplo de la estabilidad del guaraní, la buena reacción que ha tenido la moneda en la post pandemia, ya que en líneas generales Paraguay recibió esta desgracia con niveles bajos de inflación y acceso al mercado internacional. Esto permitió encarar el evento histórico de buena manera, aunque la inflación era algo imparable por el disparo del precio internacional del combustible y el conflicto entre Rusia y Ucrania. 

Recordó que, en este contexto, Paraguay pasó bien el “examen” con picos de inflación que llegaron al 12% en términos interanuales, y una media del 8%, pero luego la inflación y hoy en día la inflación ya está en niveles normales, con un 2,9% y por debajo de la meta del Banco Central, que es del 4%. Sobre la reducción de la tasa de interés del BCP, dijo que ha sido un proceso “lento”. 

“Creo que el Banco Central está lento, creo que ya debería haber bajado más la tasa de interés, ya las condiciones están dadas para que la tasa de política monetaria esté mucho más baja, sin embargo se han dado reducciones que dan una señal de inicio. Pero yo creo que se debería bajar más, la economía sufre con tasas de interés altas, porque se reduce la capacidad de inversión”, opinó. 

Finalmente, el analista reflexionó sobre la necesidad de eliminar algunos ceros de la moneda local, ya que con 80 años de trayectoria, esto se ha convertido en un problema en términos prácticos. Mencionó que no solamente es un problema de entendimiento para inversionistas extranjeros, sino también de capacidad en los sistemas informáticos de las empresas, que deben soportar cifras muy extensas. 

Opinó que ya es el momento en que se deben eliminar tres ceros, para volver a números que sean más manejables, y más parecidos a los números que manejan los países de la región y del mundo. Así, recordó que Paraguay es uno de los únicos países que se maneja en millones, y que espera que este gobierno lo haga, y que no hay necesidad de cambiar la moneda, sino solo eliminar tres ceros. 

De hecho, es importante recordar que ya desde hace varios años, desde distintos sectores, se viene hablando de la posibilidad de eliminar tres ceros a la moneda paraguaya, hecho que hasta la fecha no se ha traducido en proyecto real y concreto. 

“La eliminación de los tres ceros ya es una necesidad impostergable. Me toca trabajar con las empresas y hacer presentaciones con frecuencia, y ya los grandes números en guaraníes se vuelven inmanejables, para analizar se convierte a dólares, porque si hablamos en billones, nadie lo entiende. Por otro lado, a los sistemas informáticos de las empresas, les cuesta manejar tantos ceros”, afirmó. 

Finalmente, el analista económico hizo referencia a otra de las discusiones que afectan al Guaraní desde hace varios años, y que tiene que ver con la posibilidad de reducir la meta de inflación del Banco Central, que actualmente es del 4%. Sobre el punto, apuntó que por el momento, esta meta se encuentra en línea con lo que ha sido la inflación local en los últimos años. 

Catalogó como “discutible” esta posibilidad, ya que si bien entre el 2018 y el 2019 la inflación promedio de Paraguay fue del 3% y se empezó a hablar de bajar la meta de inflación, todavía y especialmente en este contexto con las tensiones geopolíticas, con materias primas muy volátiles, no es un momento adecuado para bajar la meta, y que luego no se pueda cumplir por shocks externos. 

Fotografía principal: Folleto numismático del Paraguay, de Raúl Olazar.

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