Lucas Galeano – Estudiante investigador
El primer sistema de seguridad social se introdujo en Alemania, en el año 1880, en el contexto de fuertes movilizaciones sociales que buscaban mejorar el bienestar social de la población en distintos aspectos, como pueden ser la seguridad laboral, la extrema pobreza en la vejez, los problemas de salud, entre otros.
Es así como en 1883 se introduce la ley de seguro de enfermedad; en 1884, la ley de seguros en el trabajo; y, finalmente, en 1889, se introdujo la ley del Seguro de Vejez y Discapacidad, que es considerada la fundación del sistema de pensiones moderno.
Se trata de una ley que estableció un sistema de contribuciones pagadas tanto por el empleador como por el empleado, que se acumulaban y se utilizaban para financiar pensiones para trabajadores en edad avanzada.
Si bien el sistema no era perfecto, sentó las bases para las siguientes generaciones y para la creación de distintos modelos que hasta hoy en día son objeto de debate para el mejoramiento del propio sistema, en busca de mejorar la cobertura y eficiencia de los sistemas jubilatorios.
Entendiendo esto, pasamos a uno de los temas más importantes y preocupantes de la actualidad paraguaya, que es el sistema de pensiones en Paraguay.
Es importante resaltar que, en muchos otros países, los esquemas de pensiones surgieron como iniciativa de las grandes empresas o corporaciones, que buscaban proteger a sus trabajadores contra los riesgos de la vejez.
En cambio, el nacimiento del sistema de pensiones del Paraguay se da por iniciativa estatal, para proteger contra los riesgos de invalidez, vejez o muerte (IVM), a los trabajadores del sector público.
Así es como se termina creando la Ley de Organización Administrativa, el 22 de junio de 1909, la cual estableció los beneficios de jubilación ordinaria y extraordinaria para los funcionarios y empleados permanentes de la administración, agentes de policía y militares, así como a aquellos directores, empleados y personal docente de la institución pública y empleados de bancos del gobierno.
Esta ley desembocó en muchas otras que fueron extendiendo la protección contra la IVM de los distintos sectores y con la creación de una de las instituciones más importantes, el Instituto de Previsión Social (IPS), en 1943.
Con el Decreto Ley 17071 del 18 de febrero de 1943: Se crea un seguro de enfermedad, maternidad e invalidez a los trabajadores del sector privado. Aunque las cuestiones relacionadas a la salud parecen ser prioridad de este cuerpo normativo, en su Artículo 24º, también crea una pensión de retiro.
Desde el inicio de este tipo de actividades se fueron desarrollando distintos tipos de modelos, buscando garantizar el bienestar de sus ciudadanos en la vejez. Es así como Paraguay adoptó el sistema de reparto.
Este es un sistema con un método de financiamiento en el que las contribuciones realizadas por los trabajadores activos y sus empleadores se utilizan para financiar a trabajadores ya retirados, es decir, se produce un intercambio intergeneracional solidario en el que los trabajadores activos aportan esperando que en el futuro la siguiente generación aporte para financiar su jubilación.
En este punto, es fácil visualizar las posibles problemáticas de este sistema, como lo podrían ser el cambio demográfico y el contexto económico y político del país.
¿Cuáles son los objetivos de un sistema de pensiones?
Como ya venimos mencionando, el porqué de la aparición de este tipo de sistema engloba muchas otras funciones con la sociedad, como pueden ser:
- Protección contra la pobreza en la vejez: Asegurar que las personas mayores tengan un ingreso mínimo para cubrir sus necesidades básicas y no caigan en la pobreza.
- Reconocimiento a una vida de trabajo: Proporcionar una pensión que refleje, hasta cierto punto, los años de contribución y el nivel salarial del individuo, reconociendo así su aporte a la sociedad y economía durante sus años de actividad laboral.
- Estabilidad económica: Al asegurar un flujo constante de ingresos para las personas mayores, los sistemas jubilatorios también contribuyen a la estabilidad económica general, ya que las pensiones actúan como un estabilizador automático en tiempos de recesión.
- Incentivo para el retiro laboral: Los sistemas de pensiones también pueden tener el objetivo de incentivar el retiro de los trabajadores mayores para hacer espacio en el mercado laboral para las generaciones más jóvenes.
- Promoción del ahorro: Especialmente en sistemas de capitalización, se incentiva el ahorro durante la vida laboral, que luego se utilizará para financiar la jubilación.
- Solidaridad intergeneracional: En sistemas de reparto, hay una transferencia implícita de recursos de las generaciones más jóvenes (trabajadores actuales) a las generaciones más mayores (jubilados), reflejando un pacto social de solidaridad entre generaciones.
Es importante concluir, en este punto, que al final, para este tipo de actividades, la solidaridad es un requisito fundamental e indispensable.
Riesgos de pertenecer a un sistema de pensiones
Las instituciones encargadas de administrar un sistema de pensiones se fundamentan en la confianza de los aportantes en que dicho aporte derivará en una situación alejada de la incertidumbre de no tener un ingreso fijo al ya no contar con la capacidad productiva necesaria o requerida, pero por supuesto, esto no está exento de riesgos:
- Riesgo de inflación: La pensión puede ir perdiendo poder adquisitivo.
- Riesgo operativo: La entidad que maneja los fondos puede quebrar por mal manejo o por mal diseño del modelo que opera.
- Riesgo de inversión: Que la rentabilidad de los fondos sea bajo y que lo acumulado sea igualmente bajo.
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- Riesgo de longevidad: Un problema muy actual en que el aumento de la esperanza de vida crece en detrimento de los fondos acumulados.
El sistema de pensiones paraguayo está caracterizado por su excesiva fragmentación para un mercado relativamente pequeño. Se subdivide tanto de manera privada y estatal, como en contributivos y no contributivos.
En nuestro caso concreto, podemos resaltar algunas características a las cuales podemos aspirar a mejorar, por el lado de la cobertura del sistema.
El Paraguay necesita un sistema que propicie los incentivos indicados para estimular conductas deseadas para no distorsionar de manera tan perjudicial el mercado de trabajo.
Algunas de las críticas del sistema pueden ser:
- Induce a retirarse temprano: Muchas de las cajas permiten el retiro temprano de los trabajadores, en algunos casos, desde los 35 o 40 años de edad. Esto, además de perjudicar la sostenibilidad del sistema, podría estar retirando del mercado de trabajo a personas que están todavía en plena etapa productiva que después del retiro siguen con una carrera activa en el sector privado.
- No induce al ahorro: El cálculo del beneficio de los aportantes no tiene en cuenta el esfuerzo de ahorrar, sino solo los años de aporte. Además de no estimular el ahorro, hace todo lo contrario: alienta a subdeclarar ingresos.
- Tasas de aporte y burocracia: Las altas tasas de aporte y la burocracia de algunos sectores desincentivan a los empleadores y los incentivan a mantenerse en la informalidad. Por otra parte, los empleados ven el aporte como un impuesto sin beneficios apreciables, estimulando así a las dos partes involucradas a quedar fuera del sistema.
El sistema de pensiones paraguayo actualmente enfrenta claros desafíos tanto en sostenibilidad financiera como frente al cambio demográfico acentuado en los últimos meses, con los datos obtenidos en el último censo. Por ello, creo que es uno de los temas más importantes para las autoridades preservar la credibilidad y confianza de los datos y, por sobretodo, la viabilidad del sistema y dar un porvenir seguro a todos los paraguayos.