En el contexto de alta inflación, se observa que la morosidad con tarjetas de crédito es más elevada en las líneas de G. 1 millones a 3 millones y la pérdida del poder adquisitivo obliga a las familias a endeudarse para adquirir productos básicos.
Según el último informe de Indicadores Financieros, el promedio ponderado de tasas mínimas para las tarjetas de crédito se ubica en 11,40%, mientras que la máxima se encuentra en 17,36%. En comparación con un año atrás, la tasa mínima era del 11,40%, mientras que la tasa máxima era de 12,57%, periodo en el que la Tasa de Política Monetaria (TPM) aún se encontraba en 0,75% y momento en que inició el proceso de normalización de la tasa de referencia. La tasa de referencia, a más de un año de aumento, ya se ubica en 8,50%.
Al cierre del agosto, el dinero plástico alcanzó una suma de 3,2 billones (USD 459 millones), presentando una variación de 16% con respecto al mes de agosto del año 2021, de acuerdo con datos del Banco Central del Paraguay (BCP).
Es importante mencionar que desde el año 2015 se estableció un límite a la tasa de interés de las tarjetas de crédito con el objetivo de dinamizar a este sector, ya que anterior a ese periodo las tasas podrían rondar muy por encima de un crédito de consumo, que actualmente posee una carga de 23%.
En el mismo informe se observa que la morosidad de las tarjetas de crédito se ubica en 4,1%. Sin embargo, la línea de crédito con mayor representación en este resultado corresponde a la de 1 a 3 millones, con una tasa de 6,1%, lo que indica una clara tendencia de que el usuario con menor capacidad de pago es el que presenta mayor dificultad para el pago de sus pasivos.
El crecimiento en cuanto a los valores del sistema estaría explicado por una mayor utilización de esta herramienta por parte de los consumidores, debido a los factores de la coyuntura.
Una de las razones que impulsan el crecimiento de esta herramientas es la cantidad de servicios y beneficios que otorga, presentando un abanico de convenios entre empresas, que pueden consistir en descuentos importantes o el reintegro, que se basa en un reembolso porcentual para el cliente.
El asesor financiero Amilcar Ferreira comentó que el crecimiento del saldo de las tarjetas del sistema se explica a que un gran número de personas comienzan a realizar compras de la canasta básica con sus tarjetas de crédito, ya que sus ingresos se ven deteriorados con el avance de la inflación.
“La clase media baja fue la más afectada con este proceso inflacionario, muchos de ellos ante el encarecimiento de precios, tuvieron que usar su tarjeta para comprar comida, en vista que no les alcanza, de esta manera aumentan su nivel de endeudamiento”, explicó.
Entre los principales gastos que se destinan al uso de la tarjetas, se encuentran el consumo básico, viajes, pagos de deudas y servicios de streaming.
“Es importante entender que la inflación, si bien es del 11%, en algunos productos específicos esto es muy superior, por ejemplo en los combustibles era más del 20% y alimentos, un 16%, esto es lo que genera que el consumidor tenga que elevar su endeudamiento para realizar gastos básicos”, detalló.
EFECTOS DEL ENCARECIMIENTO
Asimismo, es visible que la morosidad de este instrumento se redujo luego de la implementación de la ley de tarjetas, ya que antes de ella la tasa de mora era de 5,6%, sin embargo, es importante mencionar la reducción drástica en cuanto a los valores nominales de la línea de crédito de 1 a 3 millones. En el 2015, los valores nominales eran de G. 767 millones, al mes de agosto la cartera de este segmento suma G.565 millones.
Amilcar Ferreira considera que la tasa de interés para las tarjeta de crédito podría verse incrementada aún más con los ajustes de la banca matriz.
Asimismo, sostuvo que el BCP estaría llegando a los últimos ajustes de la TPM, ya que hasta la fecha se observa que los resultados interanuales se encuentran descendiendo, en dirección a las proyecciones de convergencia de la inflación, en el orden del 8,8%.
