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2 de mayo de 2024

BCP califica como sorpresiva a la reciente mejora económica, pero persiste el riesgo sanitario

El alentador repunte de la actividad observado en junio y julio es contrarrestado por la incertidumbre que aún rodea a la presencia del virus en el país y la amenaza de retroceder en el proceso de reapertura social.

Los niveles de crecimiento de 1,2% y 0,9% que reportó la actividad económica en junio y julio pasados fue una sorpresa hasta para los técnicos del Banco Central del Paraguay (BCP), ya que se generaron en momentos en que todavía se sufren los efectos de la pandemia de COVID-19 y fueron antecedidos por severos resultados negativos.

Estos datos pueden llevar a esperar una contracción del producto interno bruto (PIB) menor de lo que se estimaba, para el cierre del 2020, pero se enfrentan a factores adversos como el riesgo de contagio del nuevo coronavirus que persiste entre la población paraguaya y la consecuente incertidumbre respecto a la amenaza siempre latente de retroceder en las fases de la “cuarentena inteligente”.

Esta fue la reflexión que compartió Miguel Mora, economista jefe del BCP, en la conferencia de prensa virtual en que actualizó las expectativas del mercado local. Recordó que los servicios siguen deprimidos – aunque ya con una menor caída – principalmente en las actividades de hoteles y restaurantes, comercio y transporte, y sin la perspectiva de una recuperación plena al menos para el futuro cercano.

“Hay signos de una recuperación un poco mayor a lo que habíamos inicialmente proyectado. Pero el tema de la propagación del virus sigue siendo un riesgo en términos de que, eventualmente, cualquier desborde podría significar un endurecimiento del confinamiento social, como también estamos viendo en otros países”, expresó.

En cuanto al anuncio de apertura parcial de la frontera con Brasil en la zona de Ciudad del Este, efectuado este martes por parte del Gobierno, el economista jefe de la banca matriz recalcó que habrá que ver cómo se implementa la medida y qué tan rápido se da la reacción de demanda por los productos de reexportación, desde los compristas brasileros.

Desde que se declaró la emergencia sanitaria, el Índice Mensual de Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) tuvo caídas ininterrumpidas en marzo, abril y mayo, en niveles de -1,1%; -12,2% y -7,4%, respectivamente. La variación acumulada hasta julio del 2020 se encuentra en -0,3%.

¿Cómo seguirán los cálculos? Miguel Mora se refirió también al efecto de base estadístico en lo que serán las variaciones de la actividad económica de los próximos meses: a partir de agosto del 2020, los resultados se compararán con los meses del 2019 en que se tuvo un mayor dinamismo, a diferencia de lo que ocurrió a mediados del corriente año.

“La base de comparación es una base bastante menor: en el primer semestre del 2019, la actividad económica tenía una caída bastante fuerte y esa recuperación de la economía empieza a notarse a partir del segundo semestre del 2019. A partir de este punto, agosto del 2020 y los demás meses estarían comparándose con un semestre bastante positivo en el 2019; por lo tanto, la recuperación que estamos viendo debería mantener en los otros meses, incluso ser un poco mayor a la recuperación que habíamos visto en el año anterior”, sostuvo.

Por estos motivos, el economista informó que mantienen la proyección de -3,5% de caída del PIB para el presente ejercicio anual. “Con la información que tenemos a julio, podría representar algún tipo de sesgo al alza en la actividad económica, pero no dejemos de considerar los otros factores, principalmente el factor sanitario, y de cierto temor, que es relevante para actividades como las de servicios, restaurantes, hoteles, turismo, comercio”, concluyó.

En el 2019, el PIB paraguayo tuvo una variación de 0% – es decir, se estancó – como consecuencia del fenómeno que se denominó “la tormenta perfecta”: condiciones climáticas adversas, menores precios de commodities, deterioro económico de los países vecinos y cambio de gobierno.