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10 de mayo de 2024

Con USD 510 per cápita, Paraguay se ubica entre los países de la región que menos invierten en Salud

Un informe publicado por el BID, da cuenta de que Paraguay es uno de los países de la región que menos invierte en Salud: solo unos USD 510 anuales por persona, por debajo del promedio regional que es de USD 583. Uruguay, Argentina y Chile, son los que más invierten, con más de USD 1.000.

Según datos publicados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el informe “Gasto inteligente en salud: Cómo hacer que cada peso cuente”, Paraguay es uno de los países de la región que menos invierte en su sistema de salud. Con datos al cierre del 2020, el promedio regional de América Latina y el Caribe es de USD 583 per cápita, midiendo en términos anuales. 

En particular, Paraguay invierte solamente unos USD 510 per cápita anualmente, cifra similar a la que muestran Ecuador, y Perú, con USD 505 y 500, respectivamente.  Por su parte, Bolivia invierte unos USD 490 por persona, y el que menos invierte actualmente en el contexto de su prolongada crisis, es Venezuela, con USD 250 per cápita. El promedio de Sudamérica, es de unos USD 802. 

Por su parte, Brasil invierte un poco más que los países mencionados, con unos USD 530 per cápita, mientras que Colombia casi llega a los USD 1.000. Los países que más dinero destinan a salud, y superan la barrera de los mil dólares, son Uruguay (USD 1.500), Argentina (USD 1.375) y Chile (USD 1.370), según apunta el informe del BID. 

Estas cifras, pueden darnos una idea de por qué todavía muchos paraguayos y paraguayas continúan cruzando la frontera hacia la Argentina en busca de salud médica, a pesar de la crisis financiera por la que pasa el vecino país desde hace ya varios años. Se puede notar, que el crecimiento económico de Paraguay no le ha alcanzado para mejorar su inversión social, en términos superlativos. 

Fuente: BID.

Gastar de manera inteligente 

Según explica el informe, ningún país, por rico que sea, puede comprar todo para todas las personas y recuerda que, en América Latina y el Caribe, los países han tenido problemas macroeconómicos y fiscales de larga data, períodos de lento crecimiento de la productividad y otros factores que limitan cuánto pueden gastar en salud.

A pesar de ello, el gasto sanitario total en la región casi se duplicó entre 2000 y 2020: pasó de 366 a 583 dólares anuales por persona. El gasto sanitario también creció más rápido que los ingresos, representando una parte mayor del PIB: El gasto sanitario total pasó del 6,5% al 8,4% del PIB, y el gasto sanitario público aumentó del 3,0% al 4,5% del PIB. No se espera que este patrón cambie.

“Esto responde a las tendencias a largo plazo que impulsan el aumento del gasto sanitario en todo el mundo, relacionadas con las nuevas tecnologías, el crecimiento económico, la inflación médica, el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población”, explica el documento. 

Más recientemente, la pandemia y el cambio climático han puesto presión sobre los recursos públicos debido a las crecientes demandas sobre los presupuestos de sanidad pública. “En este contexto, se torna imperativo que los países recurran a opciones de gasto en salud más inteligentes”, advierte el organismo multilateral. 

“El gasto inteligente se refiere a las políticas que pueden lograr el mayor valor posible relacionado con la salud de la población dentro de un presupuesto. Su objetivo es proporcionar más asistencia sanitaria a más personas, de forma más equitativa y con mayor protección financiera, asignando fondos a servicios de mayor impacto, influyendo en los precios y eligiendo qué nuevas tecnologías sanitarias adoptar”, se lee entre los argumentos. 

En caso de que los países de la región mejoraran la forma en que gastan en salud, el BID estima que las personas en América Latina y el Caribe podrían ganar aproximadamente 3 años adicionales de esperanza de vida, utilizando los mismos recursos que invierten hoy.

Las compras conjuntas podrían ahorrar a los gobiernos alrededor de 2.400 millones de dólares al año según se estima desde el multilateral, lo que representa aproximadamente el 1% de sus presupuestos de salud. Asignar estos fondos a servicios o tecnologías sanitarias que generan alto valor en salud podría potencialmente extender la vida de 48,250 personas en 10 años de vida saludable.​

“Reasignar el 10% de los presupuestos de salud a bienes y servicios que proporcionen un mayor valor en salud podría potencialmente extender la vida de 1,6 millones de personas en 10 años de vida saludable”, consideran. 

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