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5 de mayo de 2024

PGN e inflación: Advierten riesgo de perder el ancla fiscal y llaman a pacto para combatir la escalada de precios

Durante el conversatorio semanal “Plaza Pública” organizado por Desarrollo en Democracia, analistas económicos apuntaron que se debe reorientar el manejo del presupuesto público, ya que la política fiscal debe acompañar a la monetaria para frenar la inflación.

Como consecuencia de la crisis económica generada por la pandemia y la necesidad de financiar un mayor gasto público, el Gobierno tuvo la necesidad de romper el año pasado la regla dispuesta por la ley de responsabilidad fiscal. 

Así, el presupuesto público cerró el 2020 con un déficit superior al 6% del producto interno bruto (PIB) y se espera que este año baje hasta 4%, para converger a la regla del 1,5% en el 2024, según el plan de Hacienda. 

Durante la jornada de “Plaza Pública” de esta semana, conversatorio producido por la organización civil “Desarrollo en Democracia” (Dende), fue abordado este asunto con cierta preocupación. Allí, se habló del peligro que puede representar el déficit fiscal para el contexto actual de inflación, en caso de no ser corregido para volver a encauzar el desbalance tan pronto como sea posible. 

En este sentido, el economista Carlos Carvallo Spalding, exdirector del Banco Central y especialista en macroeconomía, señaló que la inflación había dejado de ser un fenómeno preocupante en la economía paraguaya, pero tras la pandemia comenzó a experimentar problemas que no son transitorios, por lo cual hay que tomar decisiones que ayuden a corregir la situación. 

“No funciona el control de precios, represiones de cantidad, no funcionan este tipo de políticas, sino más bien tener un Banco Central independiente y creíble que lleve una política monetaria consistente con la realidad económica que se vive”, afirmó el experto, haciendo referencia a que la política monetaria debe ser acompañada de una disciplina fiscal previsible. 

Añadió que la banca matriz está tomando las medidas adecuadas en materia de política monetaria, enviando mensajes que generen expectativas positivas, pero en materia fiscal hay una gran incertidumbre. Al respecto, dijo que el Ministerio de Hacienda envió señales claras de que hay un programa de convergencia fiscal hacia los límites de responsabilidad, pero es preocupante la señal política.

Consideró que el 2021 “es un año bisagra” en el que, de alguna manera, se debe converger adecuadamente hacia la regla, ya que de lo contrario se puede perder el “ancla fiscal». Insistió en que el peligro más grande está en el Presupuesto General de la Nación que está siendo tratado en el Congreso, por lo cual es necesario que el plan de gastos estatal sea más respetado. 

Sostuvo también que si se mantiene un perfil expansivo, esto puede ser parte del problema, ya que seguir poniendo en circulación más dinero del que es necesario puede terminar perjudicando especialmente a las personas con menores ingresos, ya que la inflación hará caer el poder adquisitivo aun más de lo que ya ha ocurrido durante los últimos meses. 

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“Cuando uno habla de inflación piensa directamente en el Banco Central, porque ese es el objetivo prioritario, y se asocia a la política monetaria. Pero la política fiscal es mucho más importante inclusive en este caso, porque para que la suba de precios se vuelva inflación, tiene que ser un fenómeno generalizado y consistente”, apuntó. 

También refirió que en la historia de América Latina, los procesos de inflación tienen su origen en una política fiscal desequilibrada, con déficits fiscales crónicos que finalmente son financiados por la política monetaria que se subordina a la fiscal. No obstante, dijo que la política económica en Paraguay es clara y celebró que el Ministerio de Hacienda se encuentre dando señales claras. 

Sin embargo, reiteró que genera cierta preocupación la discusión en el ámbito político, donde las señales no son buenas. Advirtió que las discusiones políticas sin criterio técnico podrían generar un gran problema en el presupuesto público y, por ende en la inflación, pues los espacios ya se encuentran agotados y la convergencia se debe iniciar, al tener una deuda pública que también se torna muy alta. 

En este contexto, advirtió que si la deuda pública sigue creciendo a un nivel muy acelerado, una vez agotada la entrada a los mercados internacionales para financiar la deuda, habrá que recurrir al Banco Central y ese será un problema verdaderamente preocupante.

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Inflación de alimentos 

Por su parte, la economista e investigadora Verónica Serafini añadió al análisis que la inflación de alimentos en Paraguay -uno de los productos más relevantes en la subida de precios actual- se arrastra desde el 2006, sobre todo de frutas y verduras, muy por encima del promedio. Explicó que esta situación generó en el año 2006 un 40% de aumento de la pobreza.

Agregó que no es un problema coyuntural y se lo debe enfrentar, porque es resultado de una pérdida de capacidad de la agricultura familiar de generar alimentos, donde la matriz productiva cambió y se importan más alimentos. 

Entre las soluciones, sugirió que no haya asimetrías de información en el mercado, tampoco abuso de poder de intermediarios, y que se disponga de mejores caminos rurales, así como de un apoyo a la comercialización de alimentos provenientes de la agricultura familiar, entre otros pendientes.

Durante el conversatorio, Serafini dijo que la política monetaria no será suficiente para frenar esta subida de precios porque el problema de fondo se encuentra en el sector productivo. Añadió que, en este punto, afecta de manera permanente la política fiscal, entendida como la administración del gasto que debe financiar programas que permitan mejorar la producción de alimentos en Paraguay. 

Afirmó que este es un tema relevante actualmente, ya que para muchos productores, el incremento actual de los costos de producción puede representar la diferencia entre seguir con su modelo de vida o buscar otras opciones que le puedan ser rentables para subsistir. Esta constituye una parte importante de la oferta de alimentos en nuestro país, a la cual no llegan los efectos de la política alimentaria. 

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«El Estado tiene una mala política agropecuaria que no está sirviendo para producir más y mejores alimentos para que lleguen a los hogares con precios justos», explicó. 

La economista del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) también manifestó su preocupación respecto a que la política monetaria no es suficiente para combatir esta problemática inflacionaria, y que se debe pensar en un pacto fiscal y en buscar soluciones a problemas estructurales.

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