Nuestro país está atravesando por una serie de situaciones por efecto de las condiciones climáticas tales como la bajante de los ríos, que ya afecta seriamente al transporte fluvial y por tanto a la logística del país. A esto se suma la sequía, sin que se avizoren grandes lluvias, y en gran parte del territorio nacional se registran focos de calor desde hace varios días.
Ayer, la Dirección de Meteorología e Hidrología informó que por segundo año consecutivo el nivel del río Paraguay en el puerto de Asunción se encontró por debajo del cero hidrométrico, con un -0,03 metros.
Casi en la misma situación se encuentra el río Paraná, que experimenta una bajante continua e incluso se espera que empeore, dadas las sequías. Esto también ya repercute en los envíos de los productos y en el costo del flete marítimo.
Según la Unión de Gremios de Producción, la bajante de ríos ralentiza la navegación y disminuye al 65% la capacidad de carga de los barcos, con demoras que son de hasta 15 y 25 días para hacer llegar los productos.
Así también, estas altas temperaturas, sumadas al estrés hídrico, preocupan a los productores de granos que están en plena cosecha de maíz y atentos al desarrollo del trigo.
Por otra parte, advierten que si la sequía persiste, podría demorar el inicio de la siembra de soja y también podrían escasear insumos para el inicio de la campaña agrícola.
A toda esta situación también se suma que, en lo que va de agosto, nuestro país ya ha registrado casi 40.000 focos de calor y, solamente en las últimas 24 horas, un total de 5.020 en el territorio nacional, según datos que dio a conocer la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
Plan de contingencia climática
En este escenario, las autoridades del Poder Ejecutivo llevan adelante un plan de contingencia climática que se enfoca en tres ejes principales: la navegabilidad de los ríos, provisión de agua potable y lo relacionado con el impacto de la coyuntura climática por la generación de incendios.
Desafio de la política pública
Respecto a este tema, el economista Hugo Royg señaló que el desafío que plantea el cambio climático es algo real y que se deben llevar adelante acciones para evitar más daños.
Advirtió que cada año se dan sequías e incendios, y que no es un shock inesperado sino ya recurrente, cíclico. Añadió que, en el corto plazo, cualquier acción no prevista afecta a las proyecciones macroeconómicas.
“Evidentemente los cambios de clima a nivel del frío repentino en su momento afectó a la producción frutihortícola, y la sequía y los incendios afectan a la producción agrícola y los traslados, ya que se encarecen los costos del flete fluvial”, sostuvo.
En otro momento, el profesional dijo que se deben tomar acciones para prevenir estas situaciones, llevar a cabo producción más sustentable por un lado, y también ser más cuidadosos en los hogares en no generar un mayor impacto al medio ambiente.
“A nivel del sector público, lo que nosotros debemos tener es un proceso de educación cultural en torno a prácticas en los hogares, quema de basura, en campo agrícola, ganadero”, indicó.
Enfatizó en que las políticas públicas llevadas adelantes deben estar centradas en los cambios climáticos, “es urgente que hagamos algo al respecto”, reiteró.
