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16 de mayo de 2024

Tasas de interés elevadas impulsan mayor predisposición para el ahorro, según encuesta del BCP

Los consumidores paraguayos vienen mostrando un renovado interés en el ahorro, que tuvo su pico en febrero de 2022. Expertos lo atribuyen a la combinación de tasas de interés más altas, una recuperación económica sostenida y la disminución de la inflación. Además, se refieren a una recomposición del poder adquisitivo durante los primeros meses del año, demostrando señales positivas para los mercados financieros.

En un contexto de recuperación de la actividad económica y disminución de la inflación, la encuesta realizada por el Banco Central del Paraguay (BCP) que mide la confianza de los consumidores reportó una mayor predisposición para ahorrar en el mes de agosto.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) ha estado en la zona de optimismo desde diciembre del año pasado y actualmente se sitúa en un nivel de 57.3, resultado que se promedió con los demás indicadores que miden las expectativas y la situación económica.

Sin embargo, al desglosar los resultados del mes de agosto, se puede observar que la confianza de los consumidores se refleja en una mayor predisposición para ahorrar, en comparación con el año pasado y con el mes anterior.

En agosto del año pasado, el 18,3% de los encuestados por el BCP respondió que tenía posibilidades de ahorrar, mientras que en agosto de este año la incidencia se ubicó en 22,8%, lo que indica un considerable aumento en las expectativas.

Con relación al historial de esta medición, vale mencionar que el año 2020 había cerrado en 18%, en el 2021 escaló a 20,18%, pero en el 2022 registró su nivel más bajo, que fue de 16,3%, y a partir de allí comienza a evolucionar paulatinamente. 

La última vez que este indicador se encontró en un nivel superior al de agosto del 2023 fue en febrero del 2022, con un índice de 24%, antes de los efectos adversos de la sequía que afectaron la dinámica económica de ese año.

Con relación a esto, el analista financiero Amilcar Ferreira comentó en una entrevista con MarketData que el resultado de los indicadores se está dando efectivamente este año y es producto del estímulo que existe en el mercado financiero con respecto a las tasas que se pagan por depósitos, especialmente por los CDA (Certificados de Depósito de Ahorro).

Es importante recordar que actualmente el interés que los bancos pagan por los CDA se encuentra en torno al 9,2% hasta julio, mientras que en el mercado bursátil se pagan tasas que superan el 10%, dependiendo de cada instrumento y del riesgo de cada emisor de deuda.

Ferreira también mencionó que esta predisposición está vinculada con la recuperación de la actividad económica, que al mes de julio reporta una variación del 6,9%, impulsada por los sectores de agricultura y binacionales.

«Si comparamos este año con el anterior, podemos decir que este es un mejor año que el año pasado. Hemos tenido buenos rendimientos en agricultura, comercio e industria, lo que genera una buena perspectiva económica».

Amilcar Ferreira, analista financiero.

Amilcar Ferreira agregó que comienza a observar una recomposición de los ingresos de los consumidores, con el aumento en el empleo y una reducción de la inflación, lo que permite que el poder adquisitivo de las personas rinda más.

Además, indicó que esto podría seguir observándose en los volúmenes de los instrumentos bancarios y bursátiles, con los niveles de tasas de interés actuales.

Es importante mencionar que en el primer semestre, los depósitos en los CDA acumulan un valor de G. 52 billones, marcando un crecimiento interanual del 10%, según datos del boletín estadístico del BCP; mientras que en la Bolsa de Valores se registran valores acumulados superiores a los USD 3.000 millones hasta el mes de agosto, mostrando una variación interanual del 96%, lo que deja claro que la coyuntura actual resulta mucho más atractiva para el ahorro y las inversiones.

Por otro lado, el economista Wildo González manifestó a MarketData que, teniendo en cuenta esta información por parte de los consumidores que interpretan la economía y su percepción de cómo incrementan sus posibilidades de ahorrar, esto está directamente relacionado con el desempeño del mercado laboral y está conectado con el desempeño de la actividad económica.

Además, describió el desempeño que ha tenido la economía en agosto del año pasado y este año. Sostuvo que la actividad económica se ha recuperado y se espera un crecimiento económico favorable, en torno a un 4,5% anual, según el BCP. 

Sin embargo, comentó que al cierre del primer semestre, el mercado laboral, a pesar de haber mostrado un buen desempeño, aún no ha recuperado completamente su dinamismo previo al shock del COVID-19.

En cuanto al poder adquisitivo versus la inflación, González explicó que, teniendo en cuenta que los salarios en alguna medida deberían estar indexados a la inflación pasada, el menor ritmo en el aumento de los precios está generando un incremento en los ingresos reales de las familias. Con ello, estas se enfrentan a la decisión de cómo utilizar estos ingresos reales, que independientemente de si son utilizados para ahorrar, las familias probablemente perciben un mejor momento para ahorrar.

Wildo González afirmó que sería prudente pensar que el poder adquisitivo de las familias haya logrado recuperarse a niveles similares a los observados antes del shock del COVID-19, que afectó de manera importante la capacidad de generar empleos en nuestra economía.

«Más que recuperación, pensaría que estamos en una senda apropiada, que con la implementación de políticas públicas correctas e incrementando el crecimiento económico en los siguientes años, podríamos pensar en que se recupera el poder adquisitivo de las familias paraguayas».

Wildo González, economista.

El economista sostuvo que el contexto de tasas elevadas y de inflación baja contribuye de manera significativa al dinamismo que existe en torno a los ahorros, ya que, dependiendo de esos niveles, las familias deciden si ahorrar o consumir.

«Una tasa de interés baja y una inflación alta contribuyen a que las familias tengan incentivos para gastar en consumo sus ingresos, mientras que una alta tasa de interés y una inflación baja generan los incentivos adecuados para aumentar el ahorro, aunque indirectamente se ha empezado a notar con el incremento en la tasa anual de expansión de los depósitos del sector privado en el sistema financiero, y esto es efecto de la mayor tasa de interés y la baja inflación», argumentó el economista.