De acuerdo con los datos del Banco Central del Paraguay (BCP), este año la economía paraguaya sufrió grandes tropiezos en su camino hacia la recuperación. No obstante, el Producto Interno Bruto (PIB) a precio de mercado registra una variación positiva de 0,2%, según la actualización de las proyecciones económicas.
Pese a que hubo un leve crecimiento, algunos sectores económicos tuvieron una baja importante. Tal es el caso del sector primario, que se contrajo un 9,2%.
Dentro de este sector, la agricultura fue la más afectada, con una disminución de 13% en su PIB de este año, debido a la sequía de finales del año pasado que afectó de sobremanera la producción de los cultivos. Igualmente, la ganadería también registró una variación negativa, de un 2,5%.
A su vez, en el caso del sector secundario, este experimentó una variación positiva de 0,8%; aunque, dentro de este segmento, el rubro de la construcción cayó un 3% en su PIB, tras bajas ejecuciones públicas y atraso en pagos a empresas.
Por su parte, el rubro de la manufactura y la electricidad y agua registraron una variación positiva, de 1% y 4,7%, respectivamente.
Por último, el sector terciario experimentó un crecimiento de 1,7%, siendo el comercio el de mayor crecimiento dentro de este grupo, con un repunte de un 4,5%; seguido de otros servicios, con 1%, y el gobierno general, con 0,5%.
El agro y un año “para el olvido”
El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, dijo que este año, desde el punto de vista del agricultor, es un año para el olvido, ya que nunca antes se vio una caída del rendimiento como la que se registró, sobre todo en los cultivos de verano. En el momento crítico en que se tenían que cargar los granos, faltó la lluvia en un periodo muy largo, de aproximadamente 45 días.
“Si bien el trigo y el maíz salieron muy bien y ayudó bastante, de igual forma fue un año muy complicado. Estamos lejos del promedio nacional, que está alrededor de 2.850 kilos por hectárea de rendimiento; este año sacamos 970 kilos, algo que era impensable”, dijo.
Lamentó que hubo un muy mal rendimiento que superó a lo registrado en el 2012. “Entonces, dentro de treinta años es el peor desempeño que se tuvo y es un año para el olvido desde el punto de vista agrícola”, recalcó.
Con respecto a las proyecciones para el siguiente año, explicó que para la soja todo se encuentra bien encaminado y que tienen la esperanza de que las lluvias continúen hasta mediados de enero y entrar en la cosecha con buenas perspectivas.
“Hasta ahora está con un buen desarrollo y una expectativa de buen rendimiento; pero hasta que no termine y esté en el silo, no nos sirve”, aseveró.
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Para el maíz zafriña se estima que habrá nuevamente 1 millón de hectáreas mínimas de siembra, siempre que las condiciones del tiempo y el mercado acompañen. Cabe recordar que, hasta el mes de octubre, la molienda del 2022 alcanzó 1.866.169 toneladas, una caída del 23% si comparamos con el mismo periodo del 2021 y de alrededor de 1 millón de toneladas si comparamos con el promedio de procesamiento acumulado al décimo mes en los últimos tres años.
Desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), informaron que con una industrialización de apenas 45.557 toneladas durante el décimo mes, el 2022 va consolidándose como el peor año para la industria desde el 2012 (recordando siempre que en el 2013 se dio un gran salto en la capacidad para procesar oleaginosas en el país).
Logros en la industria, a pesar de la adversidad
En el caso del sector industrial, desde la Unión Industrial Paraguaya (UIP), su presidente Enrique Duarte señaló que pese al difícil año económico, cierran con bastante dinamismo en el sector. Como muestra de esto, destacó que siguen expandiendo el parque industrial, generando empleos de calidad y cumpliendo con las obligaciones sociales y con el fisco sin reclamar ningún subsidio.
“Esta es nuestra fortaleza, lograda con el acompañamiento y trabajo coordinado con instituciones aliadas, y cooperaciones que este año nos ayudaron a encaminar resultados, y fortalecer nuestra organización gremial, con acciones dirigidas a todo el tejido industrial, con especial enfoque en las Mipymes y emprendedores”, expresó.
Con respecto a los resultados, dijo que la industrialización estimula una movilidad ascendente y que genera más de 665.000 puestos de trabajo formales. También informó que se registraron USD 5.000 millones de exportación a octubre de este año y que representan el 27,3% del producto interno bruto (PIB).
Como logros del sector, citó a la Universidad Paraguayo Alemana, la Fundación Ceprocal, la Fundación Industrial, la UIP Joven, y la exitosa vuelta de la Expo de Mariano Roque Alonso.
“Culminamos el año con nuevos servicios: el Centro de Estudios Económicos, el Laboratorio de Innovación y el Club Mipymes”, añadió Duarte.
También sostuvo que a cambio de tanto esfuerzo, exigen de los gobernantes seriedad, previsibilidad, transparencia, agilidad, vocación de servicio, decisiones patrióticas y liderazgo. “Desde la política, se debe observar la realidad de otra manera. Las ideas guiadoras de las decisiones no pueden estar en pugna con la realidad nacional”, refirió.
En este sentido, manifestó que si Paraguay desea desarrollarse como nación, crecer sostenidamente, ampliar su capacidad industrial, consolidar su mercado interno e intensificar su vocación exportadora, debe extirpar la corrupción de su sistema. “Al final, las industrias y los proveedores terminan subsidiando la ineficiencia estatal y financiando parte del déficit del presupuesto”, señaló el dirigente gremial.
El comercio, golpeado por la inflación
Jorge Mendelzon, presidente de la Cámara de Centros Comerciales del Paraguay, indicó que dentro de la situación económica en general, estos últimos meses fueron de los mejores del año 2022. “Estamos mejor que en el 2021, eso ya es auspicioso, evidentemente pensamos que la pandemia se terminaba y ya todo venía para mejor, pero se presentaron nuevas situaciones”, expresó.
Para el titular del sector comercial, el proceso inflacionario restó poder adquisitivo a los consumidores y, por ende, afectó económicamente al comercio. Por ello, considera que teniendo en cuenta este escenario adverso y volátil, el comercio se sigue moviendo con cierto dinamismo.
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“Somos desde nuestro gremio muy optimistas y creemos que vamos a tener un rebote en el 2023 y que las cosas van a estar incluso mejor”, señaló.
“Estamos mejor que el año pasado, nuestro sector está más dinámico, quedó atrás toda esa economía retardada por la pandemia, pero lógicamente dentro de una situación de inflación e inestabilidad”, comentó.
Añadió que a este clima se suma el panorama político, que nunca es bueno porque genera temor y duda.
Señaló que los movimientos electorales son muy violentos, por lo que generan incertidumbre entre el empresariado y los inversionistas, al igual que en la inversión extranjera, que a su criterio espera por más claridad en el ámbito político para hacer las inversiones pertinentes.
“Las elecciones siempre retrasan los procesos de inversión y eso tiene sus consecuencias negativas”, puntualizó.
Aun así, recalcó que son bastante optimistas y que ven un panorama más favorable para las inversiones, también dijo que se retornará al ritmo de consumo que existía antes. “Yo pienso que las cosas van a ir mejor, va a haber un mayor bienestar para todos los paraguayos”, concluyó.