fbpx
25 °C Asunción, PY
29 de abril de 2024

Curiosidades del mercado laboral paraguayo: Crece la preferencia por el trabajo público, pese al menor poder adquisitivo

Un informe publicado recientemente por la OIT revela que la cantidad de asalariados en el sector público creció un 21,6% en promedio entre el 2019 y el 2023, mientras que en el sector privado aumentó en 11,5%.

Sin embargo, los salarios reales (situación de los ingresos respecto a la inflación) para el sector público se han venido reduciendo desde la pandemia, mientras que en el sector privado ya han comenzado a recuperarse.

El informe también muestra que nuestro país presenta la mayor porción de trabajadores subcualificados en Sudamérica, con alrededor de 40% sobre el total, mientras que los sobrecualificados son solo poco más del 10%.

Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó su informe denominado “Panorama Laboral 2023 – América Latina y el Caribe”, en el cual hace un desglose de las tendencias regionales en este ámbito. Uno de los puntos que se mencionaron sobre Paraguay tiene que ver con el crecimiento que ha tenido en los últimos años la cantidad de trabajadores en el sector público. 

Entre los datos publicados en el informe, se puede notar que entre el 2022 y el 2023, tomando en cuenta el primer semestre de cada año, se registró un incremento del 7,6% en la cantidad de empleados públicos. En este mismo periodo, la cantidad de asalariados del sector privado creció solamente un 6,4% según el informe del organismo multilateral.

Así también, tomando en cuenta el primer semestre de cada año, la cantidad de asalariados públicos creció 21,6% en el promedio del periodo 2019-2023, mientras que la cantidad de asalariados privados creció solamente un 11,5%. Estas cifras denotan claramente una preferencia de los trabajadores paraguayos hacia el Estado, por encima de los trabajos en empresas privadas. 

Cabe destacar que este crecimiento de la cantidad de empleados públicos, tanto en el 2023 como en el promedio desde el 2019, es el más pronunciado de la región. Para el promedio de los últimos cinco años, el país de la región que le sigue a Paraguay es Argentina, que elevó en 15,3% su proporción de ocupados en el sector público, mientras que en Chile creció un 10,5%. 

Fuente: OIT.

Del mismo informe, llama la atención que esta preferencia por el trabajo en el sector público se da a pesar de que los salarios reales han venido bajando desde la pandemia. Esto significa que los ingresos de los ocupados por el Estado han crecido menos que la inflación en los últimos años, realizando un corte desde el 2020 y teniendo la pandemia del Covid-19 como referencia.

Tomando el año 2012 como una “base 100”, se puede notar que en 2015, 2016 y 2017, el salario real promedio del sector público en Paraguay venía creciendo. Sin embargo, a partir del 2018 en adelante, y con mayor notoriedad en los años 2019 y 2020, este índice se vino abajo y en el 2022 quedó en 98 puntos, es decir, con un promedio más bajo que diez años antes. 

Por otra parte, si bien en el sector privado el índice tuvo un puntaje de 97,7 en el 2020 -durante la pandemia-, en los años posteriores se recuperó con 99 para el 2021 y ya llegó a 106 en el 2022. Es decir, para el año antepasado, los salarios reales promedio ya eran mayores que en el 2012 en el sector privado, a diferencia del sector público, donde este promedio se seguía reduciendo. 

En el nivel general de empleos, y usando siempre el 2012 como la “base 100”, se tiene que el índice de salario promedio mensual real en nuestro país se ubicaba en 103,7 para el 2022; es decir, 3,7 puntos por encima que diez años antes. 

Otra de las divisiones que hace el informe tiene que ver con la proporción de trabajadores según su nivel educativo: adecuado, subcualificado o sobrecualificado. Coincidentemente, nuestro país presenta el nivel más elevado de empleados subcualificados en Sudamérica, con un 40% del total de la población ocupada. Por su parte, el segmento sobrecalificado representa apenas un poco más del 10%.  

Haciendo un contraste con el promedio regional, tenemos que la proporción de trabajadores subcualificados en América Latina es del 27,9% solamente (contra 40% de Paraguay). Por su parte, la proporción de empleados sobrecualificados es de del 18% en la región, en promedio; mientras que en Paraguay solo hay un poco más del 10% de empleados sobrecualificados para sus funciones. 

Fuente: OIT.

“Los rezagos y desigualdades mencionados tanto en términos de calidad y pertinencia de la educación y la capacitación en la región tienen un impacto directo en la productividad”, apunta el informe sobre este asunto. 

“En definitiva, la formación y capacitación son claves en todas las etapas de la vida y, en este sentido, es necesario el compromiso de los individuos, las empresas, los centros de formación y los gobiernos. Estos últimos, en particular, cumplen un rol importante en la región dadas las grandes desigualdades que se observan en el acceso a formación de calidad”, refiere la OIT con respecto a la importancia de la formación en el ámbito laboral.

Te puede interesar

Inflación a dos dígitos: la escasa posibilidad de frenarla a corto plazo ante su origen externo

El aumento de los precios de alimentos y de combustibles que, en términos interanuales se dispararon en 17,5% y 40% respectivamente, explica en gran medida la alta inflación registrada en el país, que ya acumula un incremento de más del 10% en doce meses.

Desde el Banco Central señalan que el aumento del costo de vida se debe en mayor medida a factores exógenos y por tanto no se puede influir en los costos finales, por lo menos a corto plazo, ya que el país es un tomador de precios.

La mayor crisis financiera en la historia y el papel de las finanzas

La pandemia de Covid-19 no solo impuso exigencias sin precedentes para la contención sanitaria de la población mundial, sino también colocó a la conducción económica de los países en un rol preponderante para enfrentar los efectos que provenían desde las diversas medidas. Otra lección que dejó este evento global fue la contundencia con que la estratificación de países según niveles de ingresos facilita o dificulta la gestión de las crisis.