ANÁLISIS
La pandemia de COVID-19 significó un freno a la actividad mundial en el 2020 y una contracción económica global. Esta situación, paradójicamente, puede constituirse en una oportunidad para que nuestro país impulse su crecimiento desde un mayor dinamismo de los sectores productivos.
La aparente contradicción entre los efectos de la emergencia sanitaria y un escenario propicio para la expansión de la economía paraguaya resulta de las medidas de contención que implementaron los países alrededor del planeta, principalmente los Estados Unidos de Norteamérica.
Las bajas tasas de interés y la elevada liquidez presentes hoy en día en los mercados internacionales son el resultado de las medidas expansivas con que se busca un mayor dinamismo económico y contrarrestar así los efectos de la pandemia.
Se prevé que estas condiciones perduren al menos uno o dos años más, según lo anunciado recientemente por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), con lo que Paraguay se encuentra ante la oportunidad de conseguir financiamiento externo a menor costo, para acelerar su crecimiento económico.
Este fue el análisis que compartieron directivos del banco Itaú Paraguay, respecto al panorama actual de inversiones y financiamiento internacional.
Nicolás García del Río, director de Banca Personal, sostiene que hay iniciativas privadas de tamaño “faraónico” en el país, para cuyas necesidades de financiamiento los bancos locales no darán abasto.
En consecuencia, considera que lo “más sano” para Paraguay es que la oferta de crédito provenga también de bancos del exterior.
“Hay que ampliar a las empresas la oferta de líneas de crédito. La liquidez no es una problemática solamente de Paraguay, hay una liquidez en todo el mundo hoy, y necesitan colocar esta plata”, expresó el ejecutivo, en una presentación para la prensa.
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A su criterio, las condiciones están dadas para que todas las empresas puedan tener acceso a este financiamiento externo, en la medida que cumplan ciertos requisitos internacionales como buenas prácticas en gobernanza corporativa y balances auditados por empresas de primera línea.
“En la medida que las empresas hagan sus deberes, van a tener fuentes de financiamiento alternativas, baratas, y con unas excelentes condiciones a diez o quince años, que hoy casi no existe en el país”, asevera.
A modo de ejemplo, citó la dificultad con la que se encuentran cuando a nivel local se debe atender una necesidad de financiamiento que sobrepasa los USD 80 millones.
Los motores del crecimiento
Esta expansión de las opciones de financiamiento se espera que se genere más bien por la demanda, antes que por la oferta, debido a las perspectivas de recuperación económica que se construyen respecto a Paraguay. Es el panorama que observa por su parte el CEO de Itaú Paraguay, José Britez.
“Todo pinta que vamos a tener un muy buen año agrícola, las inversiones en infraestructura van a seguir porque va a ser un vehículo para dinamizar la economía y de alguna manera el comercio está volviendo”, relata.
Reconoce que hay sectores todavía golpeados por los efectos de la pandemia y que deben trabajar en su repunte, principalmente en el segmento de pequeños comercios y servicios. Menciona a la creación de empleo como el “gran desafío”, al tiempo que las empresas vuelvan a activarse a niveles pre-pandemia.
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El banco Itaú pronostica para la economía paraguaya un crecimiento de 4% en el 2021, como recuperación tras la caída de -1% que considera generó la pandemia en el 2020
Interés de inversores extranjeros
José Britez recordó la experiencia que arrojó la reciente emisión de bonos soberanos, donde se obtuvo una tasa de interés correspondiente a un país de grado de inversión y una elevada demanda por parte de los inversores.
“Paraguay está cada vez más inserto a nivel internacional y eso hay que aprovechar, lógicamente, porque significa condiciones muy favorables para las empresas; que esos inversores vengan e inviertan a largo plazo da un impulso a la economía mucho mayor a lo que estábamos teniendo”,
García del Rio, a su vez, destaca que además de bancos, hay fondos de inversión internacionales que están empezando a mostrar interés para participar en el financiamiento de proyectos como la Costanera Sur.
