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8 de mayo de 2024

El BCP, ante el desafío de regular Valores y Pensiones: «Establecer estándares para decisiones de negocios saludables»

El próximo gobierno está previendo que la Superintendencia de Valores funcione bajo el paraguas del BCP, mientras se gestiona la creación de un regulador para el sistema de pensiones. Sobre el tema habló Carlos Carvallo, candidato a presidir la banca matriz durante los próximos cinco años, en la segunda parte de esta entrevista. También se refirió a la participación que debe tener el Banco Central en el mercado de divisas y al futuro de las estadísticas elaboradas por la institución.

Bajo la tutela del Banco Central del Paraguay (BCP) funcionarán en los próximos años la Superintendencia de Valores y la institución que regulará el sistema de pensiones de nuestro país. En la segunda parte de esta entrevista, Carlos Carvallo, candidato a la presidencia de la banca matriz, habló sobre el trabajo que implica acoger estos nuevos ámbitos de regulación a la institución. 

El economista, quien ya se desempeñó como miembro del Directorio del BCP entre los años 2015 y 2020, consideró que el mercado de capitales ha tenido un crecimiento vertiginoso, por lo que ya es necesario que esté regulado por una institución más fuerte, mientras que la reforma de pensiones requerirá un fuerte acuerdo nacional para ser viable. 

También habló sobre el papel que debe tomar la banca matriz en el mercado de divisas a nivel local, donde afirmó que la libre flotación es fundamental para un esquema de metas de inflación, y solo se debe intervenir en momentos de shocks que desvíen los fundamentos de la oferta y la demanda. 

A su vez, habló del trabajo operativo que realizarán en el ámbito de la creación de estadísticas, para ponerlas a disposición del mercado y la ciudadanía. 

– Yendo a la parte de regulación y supervisión, le va a tocar incorporar al BCP la Superintendencia de Valores y se vuelve a mover el proyecto de la Superintendencia de Pensiones. ¿Cómo está contemplando esta etapa de mayor ampliación del BCP en cuanto a la regulación?

Desde el punto de vista del BCP, va a ser un desafío porque nunca es fácil incorporar nuevos objetivos y roles. Entonces, va a ser un desafío para el Directorio y las autoridades del Banco Central que vamos a tener que prestarle mucha atención a ese proceso de incorporación de estas dos nuevas instituciones al Banco Central. Desde el punto de vista de los mercados y del país, y desde el punto de vista profesional y lo que siempre he defendido, debo decir que esto es algo que yo  he defendido en su momento y que me parece absolutamente necesario, y que en estos tiempos todavía es más necesario que en tiempos pasados. Primero valorar como una buena decisión, y también una decisión oportuna y necesaria. 

En lo que respecta a la Superintendencia de Valores, hay que decir que el mercado de capitales ha adquirido un tamaño interesante en los últimos tiempos, ha crecido, ha incorporado nuevos actores, muchas empresas han decidido captar recursos por esta vía y, por lo tanto, tenemos instituciones que tienen un tamaño relevante y que interactúa bien con el sistema financiero en general. Si bien son mercados que tienen sus diferencias, hay conjuntos comunes. Este es un momento en que para que ese mercado siga creciendo de una manera ordenada y transmitiendo confianza, es necesario que la regulación acompañe ese proceso y adquiera mayor densidad institucional. Si bien valoro el trabajo que ha hecho la CNV (Comisión Nacional de Valores), me parece que bajo el paraguas del BCP va a poder regular y supervisar de una manera mucho más adecuada. Primero, porque el BCP de por sí es una institución que tiene mayor fortaleza y puede transmitir esa fortaleza a este proceso de transición, y también porque hay sinergias muy importantes en el trabajo de la Superintendencia de Bancos y el trabajo de la Superintendencia de Valores donde puede haber mucha transmisión de conocimiento e información que puede hacer mucho más eficiente el proceso de regulación de ambos mercados. Salvando las características de cada uno, es importante que uno siempre tenga una visión en conjunto del sistema, para mayor eficiencia. Eso es posible si ambas instituciones comparten un espacio no solo físico, sino también institucional. 

Lea también: Se viene la Superintendencia de Valores y te contamos en qué se diferenciará de la actual CNV

– Como usted dice, el mercado de capitales ha venido creciendo, especialmente en volumen. ¿La nueva regulación sería para que siga creciendo o para dónde cree que apuntaría?

Lo que no puede hacer la regulación es intervenir en la dinámica de crecimiento de los mercados ni de los negocios, porque eso sería una falla regulatoria importante, eso no puede ocurrir ni en bancos ni en valores. Lo que sí es interesante, igual que la Superintendencia de Bancos, es establecer estándares regulatorios para que las decisiones que se tomen de negocios sean saludables, desde el punto de vista de cuidar la salud del sistema, que es básicamente para cuidar el ahorro de los paraguayos. Así como en el sistema financiero el objetivo es cuidar el ahorro de los paraguayos, en el sistema de valores el objetivo es el mismo. La regulación tiene que ser capaz de poner estándares y que tenga capacidad de si eventualmente se ve que hay problemas que pueden surgir en algún momento, tener la capacidad de corregir. 

– ¿Ya se manejan algunos nombres para dirigir estas superintendencias?

Todavía no he participado de una discusión de esa naturaleza. Ahí nuevamente, como ocurre en la Superintendencia de Bancos, el presidente de la República es el que nombra, seguramente con una participación importante del presidente del Banco Central, así que en su momento se van a valorar esos nombres. A mí me parece que (Joshua) Abreu ha hecho un muy buen trabajo en la CNV, es una persona con alto perfil técnico, no es fácil encontrar gente que entienda el mercado de capitales, además es funcionario del Banco Central.

– ¿Y la Superintendencia de Pensiones?

La Superintendencia de Pensiones también es una necesidad histórica, o por lo menos antes era una necesidad histórica, con una impronta conceptual; hoy en día, con la situación en que se encuentran las cajas, yo creo que es algo que requiere decisiones rápidas, o sea, ordenar la forma en como se asignan esos recursos es algo que para mí es fundamental en estos tiempos en el país, viendo sobre todo la situación en la que estamos. Eso tiene que pasar todavía por su proceso legislativo y político, seguramente ahí habrá algunas disoluciones como pasó en el pasado, pero yo creo que ahora los actores políticos, y sobre todo los grupos de interés cercanos a eso, tienen que entender que es un tiempo donde se tiene que ordenar de una forma muy profunda esas cajas. Es bueno que se haga a partir de una institución donde se ha hecho una cierta construcción en términos relativos en los últimos tiempos, que es el BCP. Estando dentro del BCP, uno minimiza el riesgo de captura y ese tipo de problemas que pueden surgir con ciertas instituciones y marcos regulatorios que tienen que entrar a regular el mercado con muchos intereses en el medio. 

Tenemos que dejar de lado ese tipo de enfrentamientos y de alguna manera el fenómeno que se da en las diferentes cajas no admite ya ningún tipo de dilación, por lo menos desde mi perspectiva. Ahora, esto no va a resolver el problema de fondo que tiene hoy en día el tema de las pensiones, lo que va a ser es un paliativo. Lo que se quiere regular por medio de la Superintendencia es que los recursos sean invertidos de una manera adecuada, que sea consistente con el perfil temporal y los objetivos que tienen las diferentes cajas, y que se minimicen de manera profunda los riesgos de fraude. Controlar y supervisar, y de alguna forma también regular, pero el problema finalmente de fondo es que, básicamente, los mecanismos que hoy en día están construídos son mecanismos que adolecen de muchas falencias estructurales. Hoy en día tenemos un sistema atomizado que no es sostenible en el tiempo, donde las tasas de cobertura son de las más bajas de la región y las tasas de beneficios son de las más altas, no es consistente el sistema, no cierra, no es sostenible. Esas reformas no son fáciles de hacer porque muchas veces requieren decisiones que no son políticamente correctas o adecuadas para el ciclo político, pero son necesarias. No puede ser que el 80% de la población pague impuestos para el 20% que tiene acceso a la jubilación. 

– Y esa Superintendencia, eventualmente, en esta administración, ¿llevaría adelante la propuesta de estas reformas, o tendría que quedar a cargo de una siguiente administración? 

Yo creo que eso excede al rol de la Superintendencia de Pensiones, pueden haber opiniones técnicas, pero esto está dentro de las decisiones de economía política, es un proceso mucho más profundo. La Superintendencia de Pensiones va a tener básicamente un rol para tratar de ordenar el proceso de inversión que realizan las diferentes cajas, controlar que eso se haga de manera adecuada y generar un elemento para disuadir eventuales fraudes. 

– ¿Y quién tendría que impulsar estas reformas? ¿El Ministerio de Economía o de dónde tendría que salir?

Yo creo que la voluntad política que presupone este tipo de reformas se tiene que manejar en otro ámbito, no solo a nivel Presidencia de la República, sino que son reformas que implican un amplio debate nacional, si no, no son posibles y no son sostenibles tampoco; porque todos los procesos de reforma que se hicieron, incluso en países que tenían niveles altísimos de cobertura como el caso uruguayo, que pasó primero de un sistema de reparto a un sistema de capitalización individual, y después pasó a un sistema mixto, implican una dinámica política y social que requiere amplios acuerdos a nivel sociedad. Entonces, imagino yo que esos procesos no son posibles por la mera voluntad política de pocos actores. Pero el problema está identificado, yo creo que no nos podemos hacer los distraídos porque está a la vuelta de la esquina. El problema está identificado, sabemos que el nivel de cobertura es bajísimo, tiene que ver con los niveles de informalidad que tenemos, etc., pero yo creo que un país que pretende dar un salto en términos de desarrollo socioeconómico no puede obviar un debate sobre cómo va a cuidar el ingreso de los paraguayos en la vejez. 

– ¿Cuál es su perspectiva del rol que tiene que tener el Banco Central en el mercado cambiario? 

Lo que yo creo es que para el buen funcionamiento de un esquema de metas de inflación, la libertad del tipo de cambio es un factor importante. Todos los esquemas de metas de inflación que son eficientes en términos de los mecanismos de transmisión, implican de alguna manera reconocer que tenemos un sistema cambiario de flotación, de una manera libre, que el tipo de cambio se mueva como tenga que moverse de acuerdo a la oferta y la demanda y de los fundamentos económicos. Eso es parte de la construcción de un esquema de metas de inflación eficiente. Eso no implica no reconocer que hay momentos en los cuales hay cierta volatilidad no deseada en el mercado cambiario por diferentes factores, que por lo general son exógenos, o determinados jugadores que por su tamaño relativo impactan en el comportamiento del tipo de cambio, entonces el BCP tiene que hacer uso de su capacidad en el sistema bancario. Esa es una atribución del Banco Central y la debe usar de una manera adecuada, y no incidiendo en determinada tendencia que es natural del tipo de cambio, responde a los fundamentos o a la oferta y la demanda. A lo que voy es que en un esquema eficiente y correcto, el tipo de cambio no puede generar otras distorsiones más importantes. 

Lo que pasa es que si ese movimiento en el tipo de cambio responde a factores que estén fundamentados y esté en línea con movimientos en el resto del mundo, si uno interviene puede generar distorsiones más importantes. El rol del tipo de cambio en un esquema de metas de inflación es acomodar choques externos. Cuando ocurre una caída muy fuerte en los términos de intercambio, como choques climáticos, si uno no le da al tipo de cambio la oportunidad de acomodarse, el efecto sobre la economía puede ser mucho mayor, y para combatir la inflación están los instrumentos naturales, que son la tasa interbancaria y la credibilidad. 

– Ahí también, con respecto a la sinergia que puede haber entre la regulación de Valores y Bancos, ¿se pueden fomentar herramientas financieras que ayuden a disminuir el riesgo de tipo de cambio?

Eso no tanto desde las dos superintendencias, porque estas lo que tienen que operar es sobre temas que tienen que ver con indicadores naturales. Yo creo que acá lo que tenemos que hacer es ver cómo generamos indicadores para el incentivo del desarrollo de los mercados de futuros, eso tiene que ver básicamente con la profundidad de los mercados y con la densidad de actores, y con la capacidad de construir instrumentos adecuados para los mercados a futuros. Hoy en día tenemos la curva de forward y otros instrumentos que son adecuados. Pero sí, a mí me parece que es un desafío importante para nuestra economía construir mercados a futuro para que sea una economía predecible.

– Un cuestionamiento que hace la gente, quizás no tanto del mercado, sino la gente común, es el tema de la medición de la inflación. Mucha gente aduce que en otros países el encargado de medir la inflación es el Instituto de Estadística y el BCP hace su política. ¿Cuál es su visión sobre ese tema?

Entiendo esa discusión y el cuestionamiento, yo creo que básicamente en el BCP se siguen estándares que incluso se han hecho abiertos, y son de los más creíbles. Yo creo que en términos prácticos no opera ese cuestionamiento, te puedo garantizar, yo estuve ahí, porque si no, se hubieran maquillado los números de inflación de dos dígitos. Hay mucha fortaleza institucional en ese sentido, los técnicos cuidan mucho su trabajo, defienden el rol técnico del BCP, yo creo que desde ese punto de vista no opera ese conflicto. No es algo que defendería “que se quede en el BCP porque tiene que quedarse”, lo que sí me parece que es importante es tener el cuidado: si es que el día de mañana la decisión es que esto vaya al Instituto de Estadística, hay que tener cuidado de que vaya con las capacidades que tiene el Banco Central. Hoy en día, el BCP tiene un equipo que tiene muchísima capacidad para hacer este trabajo, lo ha hecho muy bien y tiene las herramientas técnicas y todo lo demás.

La pregunta sería cómo hacerlo, porque si le pasamos nomás la tarea al Instituto de Estadística y no le pasamos los recursos, entonces también es complicado. Hay que ver la forma de hacerlo institucionalmente y que no afecte la fortaleza de ese indicador. En lo personal, no es un tema que me preocupe demasiado porque hay las capacidades y la objetividad del índice. Entiendo que se critique esto, pero si el día de mañana se hace el traspaso, lo único que pediría es que se cuide mucho. En el país donde más se manipuló este indicador, no estaba dentro del Banco Central la medición de la inflación, era una institución súper técnica la que hacía la medición en su momento, pero menos fuerte que un Banco Central, entonces, los políticos pudieron intervenir. Entonces, la pregunta es, ¿dónde los políticos pueden intervenir menos en un indicador como este? Yo creo que el Banco Central es el lugar donde los políticos menos pueden intervenir a cualquier precio. 

– En esa misma línea, una crítica que muchas veces hace la gente es sobre la metodología del IPC (Índice de Precios al Consumidor). Es que al ser un promedio que incluye muchos productos que no son de la canasta básica, no termina de ser un indicador que adecuadamente pueda medir el día a día de la gente. ¿Cómo ve eso?

Esta metodología no fue inventada por el BCP, es una metodología que responde a estándares internacionales. Es la forma en que se mide el IPC y hay que recordar que el IPC no es el precio de una canasta básica, sino que es un precio de una canasta promedio. En ese sentido, va a haber productos que no son representativos y probablemente el IPC no es representativo de nadie; pero sí al mismo tiempo, de todos. Es el estándar que se utiliza para medir no solamente acá, sino que a nivel mundial. Por lo tanto, esa crítica no me parece adecuada. Ahora, si lo que se quiere es tener un indicador de precios de un sector de la economía en particular, entonces hay que construir eso. Tal vez el IPC no pueda medir el crecimiento del costo de vida en un sector en particular, pero para eso hay que construir algo que va a servir solo a ese sector. 

– Una institución que probablemente ya esté creada para cuando asuma el nuevo gobierno es el Ministerio de Economía. ¿Cómo se prevé el trabajo en conjunto?

Yo defendí siempre la creación del Ministerio de Economía, y al igual que lo que decía de la Superintendencia de Pensiones y la de Valores, creo que es una necesidad en nuestro país, que nos posiciona diferente hacia afuera. Creo que en este estadio de desarrollo en el que estamos ahora, y que somos una economía de ingresos medios, y donde la estabilidad macroeconómica no está en tela de juicio, considerando estos elementos, es importante la creación de una entidad que se dedique en forma mucho más focalizada en la directriz clara de una política fiscal de mediano y largo plazo, que no sea solo para acomodar la coyuntura, sino que se dedique a asignar de forma eficiente los recursos hacia el gasto público, y que de alguna manera tenga dentro de sus responsabilidades pensar políticas que impacten la productividad de la economía y poder elevar nuestro crecimiento potencial. 

Hasta ahora, no había alguien que tuviera ese rol claramente identificado. La Secretaría Técnica de Planificación hacía algún trabajo en este sentido, pero tenía una debilidad institucional muy importante, no nos sirve ese tipo de instituciones para impulsar políticas que cambien el perfil de la economía a futuro. Entonces, al Ministerio de Economía, por su fortaleza, creo que es importante que le asignemos esa tarea, que el ministro de Hacienda no salga a hablar solo del presupuesto para el siguiente año, sino que de alguna forma también sea el referente en discusiones de política de desarrollo. El hecho de haberle sacado también el rol directo de la recaudación, creo que también es algo que permite que sus esfuerzos estén focalizados en la directriz de la política fiscal. Y la asignación de recursos humanos, está la Secretaría de la Función Pública, pero de vuelta con una debilidad institucional. Es importante tener alguien con ese rol y que además tenga la fortaleza institucional, a mí me parece que es importante la presencia ahí del Ministerio de Economía. 

Por último, lo que siempre se le reclama al sector público, que es mayor racionalidad, lo que es importante en esto es que no es achicamiento del Estado, sino que es fortalecimiento del Estado, porque lo que no sirve es tener una cantidad de instituciones dispersas con cero poder y cero capacidad de hacer reformas, entonces, creemos la aglomeración y mayor fortaleza institucional. 

– Para el Ministerio de Economía, ¿podría ser posible tener también una meta de crecimiento? ya que tenemos una meta de inflación bien consolidada. ¿O una meta de pleno empleo que le acompañe…?

Las metas de crecimiento en el corto plazo responden a diferentes factores y tienen que ver con los ciclos y shocks, entonces, yo creo que es importante que tengamos metas claras de crecimiento potencial de la economía. Es decir, si hacemos tal tipo de reformas, podemos impulsar de tal manera la productividad con 1% o 2% en el crecimiento potencial; luego, puede haber shocks externos como guerras o sequías, pero lo que es importante que hagamos es impactar positivamente sobre el crecimiento potencial de la economía. Si queremos seguir sacando más compatriotas de la pobreza y garantizar un futuro con mayor nivel de vida, tenemos que hacer políticas que impacten en el capital humano para eliminar distorsiones que genera el impacto en la economía, y que el crecimiento tendencial sea sustancialmente más alto que el de ahora. Con un crecimiento del 3% o 4% vamos a tardar demasiado.

– Con las herramientas de medición que pone a disposición el BCP, ¿es posible seguir generando ese tipo de herramientas?

Todo instrumento que otorgue información al mercado y que permita mayor capacidad de leer la coyuntura y el futuro de la economía es bienvenida. Cantidad de información siempre es mejor que escasez de información, y calidad de información siempre es mejor que poca calidad. Todo lo que podemos seguir construyendo en términos de estadística tiene un valor gigantesco, y yo creo que todavía tenemos un trabajo importante que hacer, todo lo que se ha hecho es fantástico, pero todavía hay espacio para seguir profundizando eso. Yo soy un fanático defensor de las estadísticas oportunas y de calidad al servicio de la gente. Entonces sí, va a estar dentro de los aspectos que a mí me gustaría impulsar. 

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