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15 de mayo de 2024

Patrones de consumo en Paraguay no son sostenibles y acentúan la desigualdad social, advierte estudio

Desde Cadep y RedSur sostienen que la integración de objetivos ambientales en el sistema tributario ayudará a aumentar los niveles de presión fiscal generando múltiples dividendos.

Recuerdan que, dentro de unos 15 años, Paraguay estaría consumiendo la totalidad de sus fuentes de energía hidroeléctrica, por lo que se deberían estar desarrollando otras fuentes de energía renovable.

En los últimos años, el cuidado del medio ambiente se ha posicionado como uno de los temas centrales entre los gobernantes, tanto así que muchos de ellos tienen como objetivo la lucha contra el cambio climático, por lo que se encuentran analizando distintas aristas en pos de poder contrarrestar este mal y así crear un ambiente más sostenible para todos.

Paraguay ha llevado adelante distintos proyectos a fin de poder avanzar en crear ambientes más sustentables, tanto del sector público como también del sector privado. Sin embargo, es necesario analizar la relación entre sostenibilidad fiscal y sostenibilidad ambiental. 

De acuerdo con  un estudio realizado por el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), junto a la Red Sudamericana de Economía Aplicada (RedSur), denominado “Política Fiscal y Endeudamiento Público. En la Transición Hacia la Neutralidad del Carbono. El Caso de Paraguay”, los patrones de consumo alimentarios y energéticos en Paraguay no son sostenibles a largo plazo, reflejando una sociedad crecientemente segmentada y desigual desde el punto de vista distributivo. 

Asimismo, el documento resalta que una nueva estrategia fiscal ambiental podría contribuir a controlar las externalidades negativas derivadas de estos patrones de consumo, que deban generar ingresos fiscales adicionales.

En este sentido, el documento indica que el balance fiscal de Paraguay ha venido mostrando un deterioro continuo en el transcurso de los últimos 10 años, acentuados principalmente entre los años 2019 y 2021, debido a los problemas climáticos y los provocados por la pandemia de COVID-19, lo que desembocó  en un fuerte aumento del déficit fiscal traspasando las metas establecidas en la Ley de Responsabilidad Fiscal.

“La disminución de los ingresos públicos de la Administración Central en los años 2020 y 2021 ocurrió tanto en las recaudaciones de impuestos como en los ingresos no tributarios. En tanto que los gastos obligados de la administración central de gobierno aumentaron del 14% al 16% del PIB durante la pandemia, debido principalmente al aumento de gastos sociales (10% en el 2020) y gastos de capital o infraestructura física (46% en 2019 y 25% en 2020)”, reza parte del documento publicado.

En este sentido, resaltan que la incorporación de objetivos ambientales en el sistema tributario paraguayo podría servir de plataforma para “aumentar los niveles de presión fiscal generando múltiples dividendos”, a través de la reducción de riesgos fiscales a mediano y largo plazo y asumiendo un papel más activo en la construcción de una economía baja en carbono y resiliente al clima.

Evolución de las fuentes renovables

Además, detallan que la posición en que se encuentra Paraguay en materia de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables abre un espacio real para que la necesaria transición climática pueda evolucionar más rápidamente que en otros países hacia la progresiva eliminación del consumo de combustibles fósiles.

“El país detenta una situación privilegiada para progresar en un proceso de cambio de las modalidades de transporte, proceso que irremediablemente se intensificará en el transcurso de la próxima década en la región y en el mundo”, resaltan.

Sin embargo, indican que esta situación privilegiada tiene un plazo limitado por cuanto que se estima que en alrededor de quince años, Paraguay estaría consumiendo la totalidad de sus fuentes de energía hidroeléctrica, por lo que debería estar desarrollando, en forma paralela, otras fuentes de energía renovable.

Nuevos recursos financieros

Por otra parte, señalan que para la construcción de una economía baja en carbono y resiliente al clima, sin generar riesgos fiscales, también es importante la obtención de nuevos recursos financieros para suavizar el esfuerzo necesario para financiar al sector público. 

“Una posible fuente de financiamiento puede obtenerse de potenciales nuevos recursos de Itaipú a partir de una renegociación que se inicia en el año 2023”, reza el documento. No obstante, indican que aún sin este financiamiento, la sola existencia de fuentes de generación de energía limpia y renovable determina un potencial ahorro en los recursos destinados a la importación de combustibles y una mejora en la eficiencia energética. 

Por último, manifiestan que Paraguay podría explorar nuevas fuentes de financiamiento con experiencias ya observadas en la región, en donde resaltan que son oportunidades que ofrecen nuevos instrumentos financieros como los bonos temáticos y préstamos vinculados a objetivos climáticos y ambientales, para mejorar la gestión del endeudamiento público.

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